Antonio Machado est mort il y a 85 ans, le 22 février 1939 à Collioure. C’était le mercredi des Cendres. Le 5 mai 1941, il est expulsé post-mortem de sa chaire de professeur de lycée par les autorités franquistes. Il ne sera réhabilité comme professeur qu’en 1981. Son corps sera transféré le 16 juillet 1958 dans une autre tombe, achetée grâce à des dons venant du monde entier. Parmi les donateurs : Pau Casals, Albert Camus, André Malraux, René Char. Sur la pierre tombale se trouve depuis des décennies une boîte aux lettres qui ne désemplit pas.
“Hoy es siempre todavía”
CXX
Dice la esperanza: un día la verás, si bien esperas. Dice la desesperanza: sólo tu amargura es ella. Late, corazón… No todo se lo ha tragado la tierra.
Campos de Castilla, 1907-17
CXX Un jour tu la verras, dit l’espérance, si tu sais espérer. Et la désespérance : elle n’est rien que ta souffrance. Et le cœur bat… La terre n’a pas tout emporté.
Champs de Castille précédé de Solitudes, Galeries et autres poèmes et suivi de Poésies de la guerre. NRF Poésie/Gallimard n°144. 2004. Traduction Sylvie Léger et Bernard Sesé.
Raquel Lanseros.
Raquel Lanseros est née à Jerez de la Frontera, España en 1973. Prix National de la Critique pour Matria (Madrid, Visor, 2018). Une anthologie récente : Sin ley de gravedad. Poesía reunida (2005-2022), Madrid, Visor, 2018.
22 de febrero (Raquel Lanseros)
Estos días azules y este sol de la infancia (Antonio Machado)
La poesía es azul aunque a veces la vistan de luto. Viento del sur escultor de cipreses ahoga la tierra honda de dolor y de rabia.
Abel Martín, conciencia en desbandada pájaro entre dos astros nombrador primigenio de las cosas. Juan de Mairena íntegro espejo limpio donde se refleja el rostro que tenemos de verdad.
Nos dejaste la vida la palabra fecunda la desnudez, la brisa. Nos dejaste las hojas y el rocío el mar las instrucciones para aprender a andar sobre las aguas.
Y después te marchaste. Mejor dicho: te echaron a empujones. Siempre molestan los ángeles perdidos.
Dicen que desde entonces en Collioure no ha dejado jamás de ser invierno.
Croniria. Hiperión, Madrid, 2009. El éxodo de las nubes.
SAZÓN
Ya está todo en sazón. Me siento hecha,
me conozco mujer y clavo al suelo
profunda la raíz, y tiendo en vuelo
la rama, cierta en ti, de su cosecha.
¡Cómo crece la rama y qué derecha!
Todo es hoy en mi tronco un solo anhelo
de vivir y vivir: tender al cielo,
erguida en vertical, como la flecha
que se lanza a la nube. Tan erguida
que tu voz se ha aprendido la destreza
de abrirla sonriente y florecida.
Me remueve tu voz. Por ella siento
que la rama combada se endereza
y el fruto de mi voz se crece al viento.
Arte y parte. Madrid,Colección Adonais.1961.
https://paulatinygriego.wordpress.com/2021/07/13/poesia-maria-victoria-atencia.sazon/
Lettre écrite par le poète à la vieille de sa mort à Nimet Eloui Bey.
” Madame, oui, misérablement, horriblement malade, et douloureusement jusqu’à un point que je n’ai jamais osé imaginer. C’est cette souffrance déjà anonyme, que les médecins baptisent, mais qui, elle, se contente à nous apprendre trois ou quatre cris où notre voix ne se reconnaît point. Elle qui avait l’éducation des nuances !
Point de fleurs, Madame, je vous en supplie, leur présence excite les démons dont la chambre est pleine. Mais ce qui m’est venu avec les fleurs, s’ajoutera la grâce de l’invisible. Oh merci !
(mercredi) 29 décembre 1926. “
La dernière amitié de Rainer Maria Rilke. Arguments, Les vies imaginaires. 2023.
Tombe de Rainer Maria Rilke. Cimetière de Rarogne (Suisse)
Rainer Maria Rilke est décédé des suites d’une leucémie le 29 décembre 1926 dans un sanatorium de Val-Mont, au-dessus de Montreux (Suisse). Il est enterré au cimetière de Rarogne. Il avait rencontré Nimet Eloui Bey en 1926 à Lausanne. Celle-ci, de souche circassienne ou tcherkesse, était née vers 1903 au Caire. Elle avait épousé à 18 ans Aziz Eloui Bey, riche homme d’affaires égyptien que la photographe Lee Miller lui ravit. Elle est morte à Neuilly le 4 août 1943.
De niño, entre las pobres guaridas de la tierra, quieto en ángulo oscuro, buscaba en ti, encendida guirnalda, mis auroras futuras y furtivos nocturnos, y en ti los vislumbraba, naturales y exactos, también libres y fieles, a semejanza mía, a semejanza tuya, eterna soledad.
Me perdí luego por la tierra injusta como quien busca amigos o ignorados amantes; diverso con el mundo, fui luz serena y anhelo desbocado, y en la lluvia sombría o en el sol evidente quería una verdad que a ti te traicionase, olvidando en mi afán cómo las alas fugitivas su propia nube crean.
Y al velarse a mis ojos con nubes sobre nubes de otoño desbordado la luz de aquellos días en ti misma entrevistos, te negué por bien poco; por menudos amores ni ciertos ni fingidos, por quietas amistades de sillón y de gesto, por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma, por los viejos placeres prohibidos como los permitidos nauseabundos, útiles solamente para el elegante salón susurrado, en bocas de mentira y palabras de hielo.
Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona que yo fui, que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones; por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos, limpios de otro deseo, el sol, mi dios, la noche rumorosa, la lluvia, intimidad de siempre, el bosque y su alentar pagano, el mar, el mar como su nombre hermoso; y sobre todo ellos, cuerpo oscuro y esbelto, te encuentro a ti, tú, soledad tan mía, y tú me das fuerza y debilidad como el ave cansada los brazos de la piedra.
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje, oigo sus oscuras imprecaciones, contemplo sus blancas caricias; y ergido desde cuna vigilante soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres, por quienes vivo, aun cuando no los vea; y así, lejos de ellos, ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres, roncas y violentas como el mar, mi morada, puras ante la espera de una revolución ardiente o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.
Tú, verdad solitaria, transparente pasión, mi soledad de siempre, eres inmenso abrazo; el sol, el mar, la oscuridad, la estepa, el hombre y su deseo, la airada muchedumbre, ¿qué son sino tú misma?
Por ti, mi soledad, los busqué un día; en ti, mi soledad, los amo ahora.
Invocaciones, 1935.
Soliloque d’un gardien de phare
Comment t’emplir, solitude sinon de toi-même…
Editorial Renacimiento, 2021. Facsímil de la que salió en 1936 de los talleres de Manuel Altolaguirre para Ediciones del Árbol.
Antonio Machado (José Machado Ruiz 1879-1958), vers 1940. Madrid, Museo del Prado.
Un poème d’Antonio Machado. Nostalgia de Andalucía. Nostalgia de Castilla.
CXXV
En estos campos de la tierra mía, y extranjero en los campos de mi tierra —yo tuve patria donde corre el Duero por entre grises peñas, y fantasmas de viejos encinares, allá en Castilla, mística y guerrera, Castilla la gentil, humilde y brava, Castilla del desdén y de la fuerza—, en estos campos de mi Andalucía, ¡oh tierra en que nací!, cantar quisiera. Tengo recuerdos de mi infancia, tengo imágenes de luz y de palmeras, y en una gloria de oro, de lueñes campanarios con cigüeñas, de ciudades con calles sin mujeres bajo un cielo de añil, plazas desiertas donde crecen naranjos encendidos con sus frutas redondas y bermejas; y en un huerto sombrío, el limonero de ramas polvorientas y pálidos limones amarillos, que el agua clara de la fuente espeja, un aroma de nardos y claveles y un fuerte olor de albahaca y hierbabuena, imágenes de grises olivares bajo un tórrido sol que aturde y ciega, y azules y dispersas serranías con arreboles de una tarde inmensa; mas falta el hilo que el recuerdo anuda al corazón, el ancla en su ribera, o estas memorias no son alma. Tienen, en sus abigarradas vestimentas, señal de ser despojos del recuerdo, la carga bruta que el recuerdo lleva. Un día tornarán, con luz del fondo ungidos, los cuerpos virginales a la orilla vieja.
Lora del Río. 4 de abril de 1913.
Debolsillo. 9,99 euros. Nueva edición de la poesía completa de Antonio Machado, con numerosos inéditos y variantes Edición a cargo de Víctor Fernández.
CXXV
Dans ces campagnes de mon pays, et étranger dans les campagnes de mon pays – moi j’avais ma patrie là où le Douro coule entre des rochers gris et des fantômes d’anciennes chênaies, là-bas en Castille, mystique et guerrière, noble Castille, humble et sauvage, Castille du mépris et de la force –, dans ces campagnes de mon Andalousie, oh ! terre où je naquis ! je voudrais chanter. J’ai des souvenirs de mon enfance, j’ai des images de lumière et de palmiers, et dans une gloire d’or, de clochers lointains avec des cigognes, de villes avec des rues sans femmes, sous un ciel indigo, de places désertes où poussent des orangers flamboyants avec leurs fruits ronds et vermeils ; et dans un jardin sombre, le citronnier aux branches poussiéreuses et aux pâles citrons jaunes que reflète l’eau claire du bassin, un arôme d’iris et d’œillets et une forte odeur de basilic et de menthe ; des images de grises oliveraies sous un soleil torride qui étourdit et aveugle, et de montagnes bleues et dispersées sous les rougeurs d’un soir immense ; mais il manque le fil qui noue le souvenir au cœur, l’ancre au rivage, ou ces souvenirs ne sont pas de l’âme. Ils ont sous leurs vêtements bigarrés, qui montrent qu’ils sont des dépouilles de la mémoire, la charge brute que le souvenir garde. Un jour imprégnés de la lumière des profondeurs, les corps virginaux s’en reviendront à l’ancien rivage.
Lora del Río. 4 avril 1913.
Champs de Castille précédé de Solitudes, Galeries et autres poèmes et suivi de Poésies de la guerre. NRF Poésie/Gallimard n°144. 2004. Traduction Sylvie Léger et Bernard Sesé.
Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer. (Valeriano Bécquer). 1862. Sevilla, Museo de Bellas Artes.
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, connu sous le nom de Gustavo Adolfo Bécquer, vient d’une famille de peintres d’origine flamande installée à Séville au XVII ème siècle. Orphelin à onze ans, il eut une vie marquée par la maladie, les déceptions et la pauvreté. Il découvre dans sa jeunesse la poésie dans la bibliothèque de sa marraine. Il fréquente les ateliers de peinture de sa ville où son père José María Domínguez Bécquer (1805-1841) est connu. Son frère, Valeriano Domínguez Bécquer (1833-1870), dont il sera très proche, est aussi peintre. Il arrive à Madrid en 1854 et connaît la misère jusqu’en 1860. C’est à cette période qu’il écrit la plupart des poèmes qui composeront Rimas. En 1861, il se marie et devient journaliste. Il est censeur de romans de 1865 à 1868 et mène alors une vie plus confortable. Son frère Valeriano meurt le 23 septembre 1870. Gustavo Adolfo disparaît le 22 décembre 1870. Il est considéré comme le précurseur de la poésie espagnole contemporaine. Ses oeuvres sont publiées par ses amis en deux tomes après sa mort au cours de l’été 1871. Le recueil Rimas est constitué de 86 poèmes. Il est marqué par la poésie andalouse, les chants populaires, le romantisme (Heine, Hugo, Espronceda, Zorrilla). On retrouve des échos de sa poésie chez Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez et chez les poètes de la génération de 1927, particulièrement chez Luis Cernuda.
Sevilla, Parque de María Luisa. Glorieta de Gustavo Adolfo Bécquer. (Lorenzo Coullaut Valera) 1911. Busto del poeta.
I
Yo sé un himno gigante y extraño que anuncia en la noche del alma una aurora, y estas páginas son de este himno cadencias que el aire dilata en la sombras.
Yo quisiera escribirlo, del hombre domando el rebelde, mezquino idioma, con palabras que fuesen a un tiempo suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar; que no hay cifra capaz de encerrarle, y apenas ¡oh hermosa! si teniendo en mis manos las tuyas pudiera, al oído, cantártelo a solas.
Rimas.
I
Je sais un hymne géant et étrange Qui annonce dans la nuit de l’âme une aurore, Et ces pages sont de cet hymne Cadences que l’air dilate dans les ombres.
Je voudrais l’écrire, de l’homme Domptant le rebelle et mesquin langage, Avec des paroles qui fussent en un seul temps Soupirs et ris, couleurs et notes.
Mais c’est en vain lutter ; point de chiffre Capable de l’enserrer et c’est à peine – oh belle ! – Si, ayant dans mes mains les tiennes, Je pourrais, à l’oreille, te le chanter dans notre solitude.
Anthologie bilingue de la poésie espagnole. Bibliothèque de la Pléiade. NRF. 1995. Traduction Robert Pingeard.
Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán; pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquéllas que aprendieron nuestros nombres… ésas… ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aun más hermosas, sus flores se abrirán; pero aquéllas, cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día… ésas… ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de su profundo sueño tal vez despertará; pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido…, desengáñate: ¡así no te querrán!
Rimas.
LIII
Les noires hirondelles reviendront Suspendre à ta fenêtre leurs doux nids Et de nouveau, de l’aile, dans leurs jeux, Frapperont à ta vitre. Mais celles qui volaient plus doucement Pour mieux voir ta beauté et mon bonheur, Celles qui surent ton nom et le mien, Non, ne reviendront plus.
Le chèvrefeuille en touffes reviendra Escalader les murs de ton jardin Et de nouveau, le soir, encor plus belles, Les fleurs en écloront. Mais celles dont nous regardions les gouttes De la rosée qui les comblait trembler Et s’écouler comme larmes du jour, Non, ne reviendront plus.
Les accents de l’amour, à tes oreilles, Reviendront faire leur ardent murmure ; De son profond sommeil ton cœur peut-être, Ton cœur s’éveillera. Mais, en suspens, muet, agenouillé, Comme on adore Dieu devant l’autel, Comme je t’ai aimée, détrompe-toi, On ne t’aimera plus.
Anthologie de la poésie espagnole, Stock, 1957. Traduction Mathilde Pomès.
LX
Mi vida es un erial, flor que toco se deshoja; que en mi camino fatal alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja.
Rimas.
LX
Ma vie est un désert ; fleur que je touche est fleur qui meurt. Sur mon chemin fatal, quelqu’un sème le mal pour que je le recueille.
Sevilla, Parque de María Luisa. Glorieta de Gustavo Adolfo Bécquer. (Lorenzo Coullaut Valera) 1911. Busto del poeta. Representación del amor que llega, del amor presente y del amor perdido. Ciprés de los pantanos.
Merci à Gio Bonzon de m’avoir rappelé “Mi vida es un erial”,
Vicente Aleixandre est un poète espagnol qui fait partie de la Génération de 1927. Il est né le 26 avril 1898 à Séville, la même année que Federico García Lorca. Il est élevé à Málaga (“la ciudad del paraíso”). Il souffre toute sa vie des conséquences d’une néphrite tuberculeuse. En 1932, il subit une extraction du rein droit. À cause de sa “mauvaise santé de fer”, il sort peu de sa maison de Madrid (Velintonia, 3, aujourd’hui, Vicente Aleixandre), située près de la Cité Universitaire. Tous les artistes qui comptent à cette époque viennent lui rendre visite. À la fin de la Guerre d’Espagne, il reste en Espagne et aide les jeunes poètes de l’après-guerre qui le considèrent comme un maître. Il obtient le Prix Nobel de littérature en 1977. Il meurt à Madrid le 13 décembre 1984. La Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre (Velintonia 3) essaie depuis plus de 25 ans de sauver cet endroit de la destruction et de créer une Maison de la Poésie. Est-ce que le nouveau Ministre de la Culture, Ernest Urtasun, sauvera enfin cet endroit ?
Ciudad del paraíso
A mi ciudad de Málaga
Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos. Colgada del imponente monte, apenas detenida en tu vertical caída a las ondas azules, pareces reinar bajo el cielo, sobre las aguas, intermedia en los aires, como si una mano dichosa te hubiera retenido, un momento de gloria, antes de hundirte para siempre en las olas amantes.
Pero tú duras, nunca desciendes, y el mar suspira o brama, por ti, ciudad de mis días alegres, ciudad madre y blanquísma donde viví, y recuerdo, angélica ciudad que, más alta que el mar, presides sus espumas.
Calles apenas, leves, musicales. Jardines donde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas. Palmas de luz que sobre las cabezas aladas, mecen el brillo de la brisa y suspenden por un instante labios celestiales que cruzan con destino a las islas remotísimas, mágicas, que allá en el azul índigo, libertadas, navegan.
Allí también viví, allí, ciudad graciosa, ciudad honda. Allí, donde los jóvenes resbalan sobre la piedra amable, y donde las rutilantes paredes besan siempre a quienes siempre cruzan, hervidores, en brillos.
Allí fui conducido por una mano materna. Acaso de una reja florida una guitarra triste cantaba la súbita canción suspendida en el tiempo; quieta la noche, más quieto el amante, bajo la luna eterna que instantánea transcurre.
Un soplo de eternidad pudo destruirte, ciudad prodigiosa, momento que en la mente de un Dios emergiste. Los hombres por un sueño vivieron, no vivieron, eternamente fúlgidos como un soplo divino.
Jardines, flores. Mar alentado como un brazo que anhela a la ciudad voladora entre monte y abismo, blanca en los aires, con calidad de pájaro suspenso que nunca arriba ¡Oh ciudad no en la tierra!
Por aquella mano materna fui llevado ligero por tus calles ingrávidas. Pie desnudo en el día. Pie desnudo en la noche. Luna grande. Sol puro. Allí el cielo eras tú, ciudad que en él morabas. Ciudad que en él volabas con tus alas abiertas.
Sombra del Paraíso (1939-1943), 1944.
Málaga, Port.
Cité du paradis
Á Malaga, ma ville.
Mes yeux toujours te revoient, ville de mes jours marins. Au mont imposant accrochée, ta chute verticale dans les yeux bleues de justesse arrêtée, tu sembles régner sous le ciel, sur les eaux, suspendue dans les airs, comme si une main heureuse t’avait retenue un instant de gloire, avant que tu ne t’enfonces à jamais dans les vagues aimantes.
Mais tu dures et jamais ne descends, la mer soupire ou rugit après toi, cité de mes jours joyeux, cité mère et si blanche où j’ai vécu et que j’évoque, angélique cité qui, dominant la mer, présides ses écumes.
Rues à peine, légères, musicales. Jardins où les fleurs tropicales dressent leurs jeunes, fortes palmes. Palmes de lumière, ailées, qui, sur les têtes bercent l’éclat de la brise et retiennent un instant les célestes lèvres appareillant vers les très lointaines et magiques îles, qui là-bas dans le ciel indigo, naviguent, libérées.
Là aussi j’ai vécu, cité gracieuse, cité profonde. Là où les jeunes gens glissent sur la pierre aimable, où les murs rutilants toujours baisent ceux qui sans cesse passent, murs bouillonnants qui étincellent.
Là me conduisait une main maternelle. D’une grille fleurie une guitare triste peut-être chantait la soudaine chanson suspendue dans le temps ; tranquille était la nuit, et plus encore l’amant sous la lune éternelle qui passe en un instant.
Un souffle d’éternité aura pu te détruire, cité prodigieuse, moment où dans l’esprit d’un Dieu tu émergeas. Les hommes dans le rêve vécurent, ils n’ont pas vécu, éternellement brillants comme un souffle divin.
Jardins, fleurs. Mer respirant comme un bras qui aspire à la ville volant entre abîme et montagne, blanche dans les airs, pareille à l’oiseau en suspens qui jamais ne se pose. Ô cité qui n’es pas de ce monde !
Par cette main maternelle, je fus conduit léger au long de tes rues irréelles. Pieds nus dans le jour. Pieds nus dans la nuit. Lune immense. Soleil pur. Là-bas le ciel c’était toi, ville qu’il abritait. Ô ville qui volais les ailes déployées !
Pedro Salinas est un des principaux poètes de la Génération de 1927. Il est né le 27 novembre 1891 à Madrid où il fait des études de droit et de lettres. De 1914 à 1917, il est lecteur à la Sorbonne. Son ami, le poète Jorge Guillén, lui succède. Il est professeur titulaire d’une chaire de langue et littérature espagnole à l’Université de Séville de 1918 à 1929. Luis Cernuda est son élève. Il enseigne aussi à Cambridge de 1923 à 1926, puis à Murcia et Madrid. Poète, traducteur de Marcel Proust, il est aussi critique. Il a publié entre autres des études sur Jorge Manrique ou Rubén Darío. Il crée avec Ramón Menéndez Pidal l’Université Internationale d’été de Santander en 1933. Il est contraint comme beaucoup d’intellectuels espagnols de s’exiler à cause de la guerre civile (1936-1939). Il part s’installer aux États-Unis, où il enseigne au Wellesley College (Massachusetts), à l’Université Johns-Hopkins de Baltimore et à l’Université de Porto Rico. Au cours de l’été 1932, il rencontre une étudiante américaine, Katherine R. Whitmore (1897-1982), dont il tombe amoureux. Il écrit pour elle sa trilogie poétique : La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) et Largo lamento (1936-1939). Dans un monde chaotique, la poésie doit apporter ordre et clarté. Dans cette quête, le thème amoureux est privilégié. Il est mort à Boston le 4 décembre 1951, mais repose dans le cimetière de San Juan de Puerto Rico.
Julio Cortázar admirait sa poésie. Il a préfacé et publié une anthologie de ses poèmes chez Alianza Editorial en 1971.
Sa correspondance vaut aussi la peine d’être lue :
Pedro Salinas/Jorge Guillén Correspondencia (1923-1951). Barcelona: Tusquets, 1992.
Cartas a Katherine Whitmore. Epistolario secreto del gran poeta del amor. Barcelona, Tusquets, 2002.
[7]
«Mañana». La palabra iba suelta, vacante, ingrávida, en el aire, tan sin alma y sin cuerpo, tan sin color ni beso, que la dejé pasar por mi lado, en mi hoy. Pero de pronto tú dijiste: «Yo, mañana…» Y todo se pobló de carne y de banderas. Se me precipitaban encima las promesas de seiscientos colores, con vestidos de moda, desnudas, pero todas cargadas de caricias. En trenes o en gacelas me llegaban —agudas, sones de violines— esperanzas delgadas de bocas virginales. O veloces y grandes como buques, de lejos, como ballenas desde mares distantes, inmensas esperanzas de un amor sin final. ¡Mañana! Qué palabra toda vibrante, tensa de alma y carne rosada, cuerda del arco donde tú pusiste, agudísima, arma de veinte años, la flecha más segura cuando dijiste: «Yo…»
La voz a ti debida, 1933.
[7]
« Demain » Le mot Allait, délié, vacant, Sans poids dans le vent, Si dénué d’âme et de corps, De couleur, de baiser, Que je l’ai laissé passer Près de moi aujourd’hui. Mais soudain toi Tu as dit : « Moi, demain… » Et tout s’est peuplé De chair et de drapeaux. Sur moi se précipitaient Les promesses Aux six cents couleurs, Avec des robes à la mode, Nues, mais toutes Chargées de caresses. En train ou en gazelles M’arrivaient – aigus, Sons de violons – Des espoirs ténus De bouches virginales. Ou rapides et grandes Comme des navires, de loin, Comme des baleines Depuis des mers distantes, D’immenses espérances D’un amour sans final. Demain ! Quel mot vibrant, tendu D’âme et de chair rose, Corde de l’arc Où tu posas, si effilée, Arme de vingt années, La flèche la plus sûre Quand tu as dis : «Moi… »
La voix qui t’est due. Traduction Bernard Sesé. Paris, Le Calligraphe. 1982.
[8]
Y súbita, de pronto, porque sí, la alegría. Sola, porque ella quiso, vino. Tan vertical, tan gracia inesperada, tan dádiva caída, que no puedo creer que sea para mí. Miro a mi alrededor, busco. ¿De quién sería? ¿Será de aquella isla escapada del mapa, que pasó por mi lado vestida de muchacha, con espumas al cuello, traje verde y un gran salpicar de aventuras? ¿No se le habrá caído a un tres, a un nueve, a un cinco de este agosto que empieza? ¿O es la que vi temblar detrás de la esperanza, al fondo de una voz que me decía: «No»?
Pero no importa, ya. Conmigo está, me arrastra. Me arranca del dudar. Se sonríe, posible; toma forma de besos, de brazos, hacia mí; pone cara de mía.
Me iré, me iré con ella a amarnos, a vivir temblando de futuro, a sentirla de prisa, segundos, siglos, siempres, nadas. Y la querré tanto, que cuando llegue alguien – y no se le verá, no se le han de sentir los pasos – a pedírmela ( es su dueño, era suya ), ella, cuando la lleven, dócil, a su destino, volverá la cabeza mirándome. Y veré que ahora sí es mía, ya.
La voz a ti debida, 1933.
[8]
Et subite, soudain Sans raison, la joie. Seule, car elle l’a voulu, Elle est venue. Si verticale, Si grâce inespérée, Don tombé du ciel, Que je ne puis croire Qu’elle soit pour moi. Je regarde autour de moi. Je cherche. Á qui est-elle? Á cette île peut-être Échappée de la carte, Qui est passée auprès de moi Vêtue comme une jeune fille, Le cou tout entouré d’écumes, Une robe verte et une grande Éclaboussure d’aventures? N’est-elle pas tombée D’un trois, d’un neuf, d’un cinq De ce mois d’août qui commence ? Ou est-ce celle que j’ai vu trembler Derrière l’espérance Au fond d’une voix Qui me disait: « Non » ?
Mais peu importe, désormais. Elle est avec moi, et m’entraîne. Elle m’arrache au doute. Elle sourit, possible ; Elle prend forme de baisers, De bras, vers moi ; Semble m’appartenir.
J’irai, j’irai avec elle, Nous aimer, vivre Tremblant de futur, Et l’éprouver très vite, Secondes, siècles, toujours, Néants. Et je l’aimerai Tant, que lorsque viendra Quelqu’un – Mais on ne le verra pas, On n’entendra pas Ses pas – pour me la demander (Son maître, elle était sienne), Elle, quand on l’emmènera, Docile, à son destin, Tournera la tête Et me regardera. Et je verrai Qu’elle est toute à moi, désormais.
La voix qui t’est due. Traduction Bernard Sesé. Paris, Le Calligraphe. 1982.
[14]
Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de algo. Te quiero pura, libre, irreductible: tú. Sé que cuando te llame entre todas las gentes del mundo, sólo tú serás tú. Y cuando me preguntes quién es el que te llama, el que te quiere suya, enterraré los nombres, los rótulos, la historia. Iré rompiendo todo lo que encima me echaron desde antes de nacer. Y vuelto ya al anónimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo, te diré: «Yo te quiero, soy yo».
La voz a ti debida, 1933.
[14]
Pour vivre je ne veux Îles, palais ni tours. Quelle plus haute joie : Vivre dans les pronoms ! Jette les vêtements, Les signes, les portraits ; Je ne te veux ainsi, Déguisée en autre, Fille toujours de quelque chose. Je te veux pure, libre, Irréductible : toi. Je sais que lorsque je t’appellerai Parmi toutes les foules Du monde. Toi seulement tu seras toi. Et quand tu me demanderas Qui est celui qui t’appelle, Celui qui te veut sienne, J’enterrerai les noms, Les titres, l’histoire. Je briserai tout Ce que sur moi on a jeté Dès avant ma naissance. Et puis revenu à l’anonymat Éternel de la nudité, De la pierre, du monde, Je te dirai : « Je t’aime, me voici. »
La voix qui t’est due. Traduction Bernard Sesé. Le Calligraphe. 1982.
Je relis des textes de Jorge Semprún (1923-2011), résistant FTP-MOI, rotspanier déporté à Buchenwald, militant communiste orthodoxe puis critique, exclu du PCE en 1964, ministre de la culture d’un gouvernement socialiste en Espagne de 1988 à 1991.
La poésie l’a toujours passionné. Son père, José María Semprún Gurrea (1893-1966), fut correspondant en Espagne de la revue Esprit et représentant de la République espagnole à La Haye de 1937 à 1939. En famille, ils récitaient et apprenaient par coeur des poèmes de Garcilaso de la Vega, Rubén Darío, Gustavo Adolfo Bécquer, César Vallejo, Pablo Neruda. Ceux de Baudelaire et de Rimbaud ont été essentiels dans son rapide apprentissage du français à Paris à partir de 1939.
Adieu, vive clarté est un récit autobiographique de Jorge Semprún, publié en 1998, qui se déroule pendant la période précédant sa déportation à Buchenwald en janvier 1944. Il participait à la Résistance en Bourgogne dans le groupe « Jean-Marie Action », dépendant du réseau Buckmaster, mis en place par les services secrets britanniques. Il fut arrêté à Joigny, le 8 octobre 1943, avec la résistante Irène Chiot, puis détenu à la prison d’Auxerre et torturé par la Gestapo à l’hôpital psychiatrique .
Gallimard. Collection Folio n° 3317.
Chant d’automne (Charles Baudelaire)
I
Bientôt nous plongerons dans les froides ténèbres ; Adieu, vive clarté de nos étés trop courts ! J’entends déjà tomber avec des chocs funèbres Le bois retentissant sur le pavé des cours.
Tout l’hiver va rentrer dans mon être : colère, Haine, frissons, horreur, labeur dur et forcé, Et, comme le soleil dans son enfer polaire, Mon coeur ne sera plus qu’un bloc rouge et glacé.
J’écoute en frémissant chaque bûche qui tombe ; L’échafaud qu’on bâtit n’a pas d’écho plus sourd. Mon esprit est pareil à la tour qui succombe Sous les coups du bélier infatigable et lourd.
Il me semble, bercé par ce choc monotone, Qu’on cloue en grande hâte un cercueil quelque part. Pour qui ? – C’était hier l’été ; voici l’automne ! Ce bruit mystérieux sonne comme un départ.
II
J’aime de vos longs yeux la lumière verdâtre, Douce beauté, mais tout aujourd’hui m’est amer, Et rien, ni votre amour, ni le boudoir, ni l’âtre, Ne me vaut le soleil rayonnant sur la mer.
Et pourtant aimez-moi, tendre cœur ! soyez mère, Même pour un ingrat, même pour un méchant ; Amante ou soeur, soyez la douceur éphémère D’un glorieux automne ou d’un soleil couchant.
Courte tâche ! La tombe attend ; elle est avide ! Ah ! laissez-moi, mon front posé sur vos genoux, Goûter, en regrettant l’été blanc et torride, De l’arrière-saison le rayon jaune et doux !
Les Fleurs du mal, 1857.
Dans L’Écriture ou la vie (1994) Jorge Semprun évoque la mort à Buchenwald le 16 mars 1945 du sociologue Maurice Halbwachs (1877-1945), professeur à la Sorbonne.
« J’avais pris la main de Halbwachs qui n’avait pas eu la force d’ouvrir les yeux. J’avais senti seulement une réponse de ses doigts, une pression légère : message presque imperceptible. Le professeur Maurice Halbwachs était parvenu à la limite des résistances humaines. Il se vidait lentement de sa substance, arrivé au stade ultime de la dysenterie qui l’emportait dans la puanteur. Un peu plus tard, alors que je lui racontais n’importe quoi, simplement pour qu’il entende le son d’une voix amie, il a soudain ouvert les yeux. La détresse immonde, la honte de son corps en déliquescence y étaient lisibles. Mais aussi une flamme de dignité, d’humanité vaincue mais inentamée. La lueur immortelle d’un regard qui constate l’approche de la mort, qui sait à quoi s’en tenir, qui en a fait le tour, qui en mesure face à face les risques et les enjeux, librement : souverainement. Alors, dans une panique soudaine, ignorant si je puis invoquer quelque Dieu pour accompagner Maurice Halbwachs, conscient de la nécessité d’une prière, pourtant, la gorge serrée, je dis à haute voix, essayant de maîtriser celle-ci, de la timbrer comme il faut, quelques vers de Baudelaire. C’est la seule chose qui me vienne à l’esprit. Ô mort, vieux capitaine, il est temps, levons l’ancre… Le regard de Halbwachs devient moins flou, semble s’étonner. Je continue de réciter. Quand j’arrive à … – nos cœurs que tu connais sont remplis de rayons, un mince frémissement s’esquisse sur les lèvres de Maurice Halbwachs. Il sourit, mourant, son regard sur moi, fraternel. »
Maurice Halbwachs, 1944.
Le voyage (Charles Baudelaire)
VIII
Ô Mort, vieux capitaine, il est temps ! levons l’ancre ! Ce pays nous ennuie, ô Mort ! Appareillons ! Si le ciel et la mer sont noirs comme de l’encre, Nos coeurs que tu connais sont remplis de rayons !
Verse-nous ton poison pour qu’il nous réconforte ! Nous voulons, tant ce feu nous brûle le cerveau, Plonger au fond du gouffre, Enfer ou Ciel, qu’importe ? Au fond de l’Inconnu pour trouver du nouveau !
Jorge Semprún a glissé ce vers de Baudelaire – ” Et les soirs au balcon, voilés de vapeurs roses. ” – dans le scénario de La Guerre est finie d’Alain Resnais. Ce film raconte trois jours de Diego Mora, permanent en exil du PCE qui passe régulièrement la frontière sous des identités d’emprunt pour assurer la liaison entre les militants exilés et ceux qui sont restés en Espagne. Il décrit la vie quotidienne d’un révolutionnaire clandestin qui doute du sens de son action et des moyens mis en oeuvre.
Las Majas en el balcón (Francisco de Goya). 1808-14. New York, Metropolitan Museum of Art.
XXXVI Le balcon (Charles Baudelaire)
Mère des souvenirs maîtresse des maîtresses Ô toi, tous mes plaisirs! ô, toi, tous mes devoirs ! Tu te rappelleras la beauté des caresses, La douceur du foyer et le charme des soirs, Mère des souvenirs maîtresse des maîtresses !
Les soirs illuminés par l’ardeur du charbon, Et les soirs au balcon, voilés de vapeurs roses. Que ton sein m’était doux ! que ton coeur m’était bon ! Nous avons dit souvent d’impérissables choses Les soirs illuminés par l’ardeur du charbon.
Que les soleils sont beaux dans les chaudes soirées ! Que l’espace est profond ! que le coeur est puissant ! En me penchant vers toi, reine des adorées, Je croyais respirer le parfum de ton sang. Que les soleils sont beaux dans les chaudes soirées !
La nuit s’épaississait ainsi qu’une cloison, Et mes yeux dans le noir devinaient tes prunelles, Et je buvais ton souffle, ô douceur ! ô poison ! Et tes pieds s’endormaient dans mes mains fraternelles. La nuit s’épaississait ainsi qu’une cloison.
Je sais l’art d’évoquer les minutes heureuses, Et revis mon passé blotti dans tes genoux. Car à quoi bon chercher tes beautés langoureuses Ailleurs qu’en ton cher corps et qu’en ton coeur si doux ? Je sais l’art d’évoquer les minutes heureuses !
Ces serments, ces parfums, ces baisers infinis, Renaîtront-ils d’un gouffre interdit à nos sondes, Comme montent au ciel les soleils rajeunis Après s’être lavés au fond des mers profondes.
– Ô serments ! ô parfums ! ô baisers infinis !
Les Fleurs du Mal, 1857.
Le balcon (Edouard Manet). 1869. Paris, Musée d’ Orsay.
Louise Glück, poétesse américaine et prix Nobel de littérature en 2020, est morte à quatre-vingts ans d’un cancer le 13 octobre 2023 à Cambridge (Massachusetts). Son dernier recueil de poésie, Recueil collectif de recettes d’hiver, est sorti en France le 9 novembre 2023 dans la collection Du Monde entier (Gallimard), en même temps qu’un volume de la collection Poésie/Gallimard : L’iris sauvage – Meadowlands – Averno, avec une préface inédite de sa traductrice Marie Olivier.
Ce livre a été écrit après l’attribution du prix Nobel. Il est composé de quinze poèmes assez longs. Le lyrisme est retenu, la langue simple, les situations quotidiennes et familières. Ils renvoient au silence et à l’obscurité. Le premier texte, magnifique, incite à lire tous les autres dans la foulée.
Poème
Le jour et la nuit arrivent main dans la main comme un garçon et une fille s’arrêtant seulement pour manger des baies sauvages dans un plat décoré de peintures d’oiseaux.
Ils gravissent la haute montagne couverte de glace, puis ils s’envolent au loin. Mais toi et moi ne faisons pas de telles choses –
Nous gravissons la même montagne ; je prie pour que le vent nous soulève mais cela ne fonctionne pas ; tu caches ta tête afin de ne pas voir la fin –
toujours plus bas, toujours plus bas, toujours plus bas, toujours plus bas voilà où le vent nous emmène ;
j’essaie de te réconforter mais les mots ne sont pas la réponse ; je chante pour toi comme mère chantait pour moi –
Tes yeux sont fermés. Nous dépassons le garçon et la fille que nous avons vus au début ; maintenant ils sont sur un pont de bois ; je peux voir leur maison derrière eux ;
comme vous allez vite nous crient-ils, mais non, le vent nous rend sourds, c’est lui que nous entendons –
Et puis, nous tombons tout simplement –
Et le monde passe, tous les mondes, chacun plus beau que le précédent ;
je touche ta joue pour te protéger –
Recueil collectif de recettes d’hiver. Gallimard, 2023. Traduction: Marie Olivier.
Poem
Day and night come hand in hand like a boy and a girl pausing only to eat wild berries out of a dish painted with pictures of birds.
They climb the high ice-covered mountain, then they fly away. But you and I don’t do such things—
We climb the same mountain; I say a prayer for the wind to lift us but it does no good; you hide your head so as not to see the end—
Downward and downward and downward and downward is where the wind is taking us;
I try to comfort you but words are not the answer; I sing to you as mother sang to me—
Your eyes are closed. We pass the boy and girl we saw at the beginning; now they are standing on a wooden bridge; I can see their house behind them;
How fast you go they call to us, but no, the wind is in our ears, that is what we hear—
And then we are simply falling—
And the world goes by, all the worlds, each more beautiful than the last;
I touch your cheek to protect you—
Winter Recipes from the Collective. Farrar, Straus, and Giroux, 2021.