Federico García Lorca – Ánxel Casal

Federico García Lorca. La Barraca.

Manuel Rivas

“A mesma noite foron asasinados Federico García Lorca e o editor dos seus “Seis Poemas Galegos”, Ánxel Casal.
Granada,
Compostela.
Os mesmos disparos.
O mesmo crime.
Sabemos quienes fuisteis.”

Ánxel Casal.

Ánxel Casal Gosenxe (La Coruña, 17 de diciembre de 1895 – Teo, La Coruña, agosto de 1936), fue un editor y político español.

En 1909 emigró a Buenos Aires. Allí estuvo empleado en diversos oficios durante dos años. Volvió a La Coruña y encontró trabajo en el consulado de Francia. Debido a la precariedad económica emigró otra vez, esta vez a Burdeos, pero regresó a los pocos meses. De 1914 a 1917 cumplió el servicio militar, del que siempre guardaría malos recuerdos. Se unió a las Irmandades da Fala de La Coruña, colaboró en el Conservatorio de Arte Gallego y fue el promotor y primer maestro de la escuela de la enseñanza gallega (galleguista y laica) de las Irmandades, la primera que utilizó oficialmente el gallego (1926-1931).

En 1920 se casó con María Miramontes y para sobrevivir abrieron una tienda de tejidos. En noviembre de 1924, en colaboración con Leandro Carré Alvarellos, fundó la Editorial Lar.

Lar representó el verdadero comienzo de la novelística gallega, pues creó una colección de breves novelas mensuales, cuya tirada era de 3000 ejemplares. Abrieron la colección con un título de Wenceslao Fernández Flórez, A miña muller, y la colección resultó un verdadero éxito editorial. Compraron imprenta propia y empezaron a editar el órgano galleguista A Nosa Terra.

Se desvinculó de esa iniciativa para fundar en 1927 la Editorial Nós. De su imprenta salían A Nosa Terra y la revista Nós. La revista Nós, que se había fundado en Orense en 1920 y que a partir del número 16 se había empezado a imprimir en Pontevedra en busca de menores costes, a pesar de todo tuvo que suspender su publicación dos números después, el 1 de junio de 1923, encuentra en la imprenta Lar el medio para seguir publicándose. El 25 de julio de 1925 salió el número 19.

El nombre completo de la editorial era «Nós, Pubricacións Galegas e Imprenta».​ Toda su actividad estaba relacionada con la cultura de Galicia. El taller imprimía la revista A Nosa Terra, que era como el órgano oficial de las Irmandades da Fala. También publicó El Momento, un periódico vespertino, y la mayor parte de las publicaciones del Instituto de Estudios Gallegos. Casal también era un miembro muy activo del Conservatorio de Arte Gallego de La Coruña, con el que colaboró en la puesta en escena de varias obras de teatro gallego. En 1930 fundó el periódico republicano El Momentoque, el cual, por falta de apoyo, sólo duraría 14 números y arrastraría a Nós casi a la quiebra.

En agosto de 1931 se trasladó a Santiago de Compostela para tratar de salvar la editorial. Militante desde su creación del Partido Galeguista, fue alcalde de Santiago desde febrero de 1936 hasta su asesinato. Allí continuó imprimiendo y colaborando con diversas iniciativas republicanas, galleguistas y sindicalistas. Fue el editor e impresor de las revistas vanguardistas Claridad (1934) y Ser (1935) y promotor de la Asociación de Escritores de Galicia, creada en abril de 1936 y truncada por la guerra civil.

Tras la sublevación militar del 18 de julio escapó hacia la parroquia de Vilantime, en Arzúa. Fue detenido el 4 de agosto, y su cuerpo apareció el 19 de agosto en un foso de la carretera de la parroquia de Cacheiras, marcado hoy con un pequeño monumento.

Federico García Lorca

Fragmentos de poemas de García Lorca en el Parque Federico García Lorca en Alfacar (GR), construido en 1986 en memoria del poeta y de las víctimas de la Guerra Civil española.

La madrugada del 18 de agosto de 1936, los falangistas asesinaron al poeta Federico García Lorca, junto al maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, en el camino que va de Víznar a Alfacar (Granada).

Despedida

Si muero,
dejad el balcón abierto.

El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).

El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).

¡Si muero,
dejad el balcón abierto!

Canciones 1921-1924

Andrés Sánchez Robayna – Jacques Ancet II

Tu cuerpo ya para siempre tendido,
Rachel Corrie, en la tierra que te llora.

La excavadora lo abatió en el surco
de la impiedad sobre la tierra roja.

Bajo el metal del odio atravesante
la luz. Nunca supiste de la sombra.

Tu cabello solar alumbra el aire,
tu mejilla nos honra.

Este otro surco dejo, Rachel Corrie,
en tu paz, tu memoria.

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Ton corps à présent étendu, pour toujours,
Rachel Corrie, sur la terre qui te pleure.

La pelleteuse t’a jetée dans le sillon
de l’impiété sur le rouge de la terre.

Sous la haine et son métal tu as traversé
la lumière. Tu n’as jamais rien su de l’ombre.

Ta chevelure solaire illumine l’air,
ta joue est notre honneur.

Je laisse cet autre sillon, Rachel Corrie,
dans ta paix, dans ta mémoire.

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Madrid, para una elegía
Ogne lingua per certo verria meno… Inferno, XXVIII, 4

Pasan trenes en marzo atestados de lágrimas,
palabras o susurros bajo un cielo dormido,
mejillas presurosas que de pronto se tornan
amasijo de hierros en el alba.

Claridad de la sangre. En el crepúsculo
se juntaron los rostros silenciosos.
En todos los paraguas del dolor repicaba
la piedad de la lluvia.

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Madrid, pour une élégie

Ogne lingua per certo verria meno… Inferno, XXVIII, 4

Passent des trains en mars plein à craquer de larmes,
des mots, des murmures sous le sommeil du ciel,
des joues précipitées qui brusquement deviennent
un amas de métal à l’aube.

Le sang et sa clarté. Au crépuscule
se sont serrés, silencieux, les visages,
Sur les parapluies de la douleur crépitait
la pitié de la pluie.

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Gerberas amarillas
en las ventanas: manos
abiertas, breves
soles multiplicados.

Son una ofrenda, fuertes
contra el peso del día,
puro poder de la luz.
Son la luz misma.

Amarillo, naranja,
camino de su fin,
frescor confabulado
en la ventana ― flores

de qué tumba, son lágrimas
del sol, dentadas,
pinnatisectas, omnia mors
poscit, omnia mors poscit.

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Gerberas jaunes
à la fenêtre: des
mains ouvertes, de brefs
soleils multipliés.

C’est une offrande, forte,
contre le poids du jour,
pur pouvoir de lumière.
C’est la lumière même.

Du jaune, de l’orange,
en chemin vers leur fin,
fraîcheur de connivence
à la fenêtre – fleurs

de quelle tombe, larmes
du soleil, dentelées,
pinnées, omnia mors
poscit, omnia mors poscit.

Poèmes traduits de l’espagnol par Jacques Ancet qui est né le 14 juillet 1942 à Lyon. Études secondaires et supérieures dans cette même ville. “Lecteur” de français à l’Université de Séville, puis agrégé d’espagnol. A enseigné pendant plus de trente dans les classes préparatoires aux Grandes Écoles littéraires et commerciales avant de se consacrer à son travail d’écrivain et de traducteur près d’Annecy où il réside.
Prix Nelly Sachs 1992, Prix Rhône-Alpes du Livre 1994.

Jacques Ancet. 2012.
      

Andrés Sánchez Robayna – Jacques Ancet I

Andrés Sánchez Robayna.

J’ai lu ces derniers jours un recueil de poèmes d’Andrés Sánchez Robayna, illustré par Antoni Tàpies: Sur une confidence de la mer grecque précédé de Correspondances. Éditions Gallimard 2005. Les traductions en français sont de Jacques Ancet. 20 + 12 poèmes en tout. Ces poèmes se situent dans la lignée de ceux de José Ángel Valente (1929-2000).

Andrés Sánchez Robayna est né à Santa Brígida (Grande Canarie) le 17 décembre 1952. Ce poète est professeur de littérature espagnole à l’Université de La Laguna (Tenerife). Spécialiste de la littérature du Siècle d’Or espagnol, il est auteur d’ essais et traducteur. Il a publié des textes de poètes de langue anglaise (Wallace Stevens, William Wordsworth) française (Paul Valéry), portugaise (Haroldo de Campos, Oswald de Andrade) et catalane (Joan Brossa, Salvador Espriu, Ramón Xirau, Josep Palau i Fabre).

Recueils de poèmes:
Día de aire (Tiempo de efigies). El Ancla en la Ribera, 1970.
Clima. Edicions del Mall, 1978.
Tinta. Edicions del Mall, 1981.
La roca. Edicions del Mall, 1984.
Palmas sobre la losa fría. Cátedra, 1989.
Fuego blanco. Àmbit Serveis Editorials, 1992.
Sobre una piedra extrema. Ave del Paraíso Ediciones, 1995.
Inscripciones. Ediciones La Palma, 1999.
El libro, tras la duna. Pre-Textos, 2002.
Sobre una confidencia del mar griego: precedido de Correspondencias, en colaboración con Antoni Tàpies. Huerga y Fierro Editores, 2005.
La sombra y la apariencia. Tusquets, 2010.
Anthologies et œuvres réunies:
Poemas 1970-1985. Edicions del Mall, 1987.
Poemas 1970-1995. Vuelta, 1997.
Poemas 1970-1999. Galaxia Gutenberg, 2000.
En el cuerpo del mundo: obra poética (1970-2002). Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2003.
Ideas de existencia. Antología poética, 1970-2002. Aldus, 2006.
El espejo de tinta. Antología poética, 1970-2010. Ed. de J. F. Ruiz Casanova. Cátedra, Letras Hispánicas, 2012.
Al cúmulo de octubre. Antología poética, 1970-2015. Visor, 2015.

Journal:La inminencia. Diarios 1980-1995. Fondo de Cultura Económica, 1996. – Días y mitos. Diarios, 1996-2000. Fondo de Cultura Económica, 2002. – Mundo, año, hombre. Diarios, 2001-2007. Fondo de Cultura Económica, 2016.

Jacques Ancet. Présentation:

“…Sur une confidence de la mer grecque est le prolongement direct du livre précédent, El libro, tras la duna (Le livre, derrière la dune, 2000-2001), long poème qui se présente non seulement comme une exploration de la mémoire personnelle, mais comme une plongée dans une mémoire plus vaste à la fois sociale, culturelle et cosmique. ici aussi, c’est à un dialogue que nous avons affaire: celui de l’expérience historique et individuelle, de l’ombre et de la lumière, de l’espace et du temps, du multiple et de l’un. ” Le dialogue avec le peintre catalan Antoni Tàpies (1923-2012) a été très fructueux (8 illustrations).

Je dois signaler particulièrement certains poèmes: “Tu cuerpo ya para siempre tendido” qui évoque Rachel Corrie, militante pacifiste nord-américaine écrasée par les chars israéliens; “Madrid, para una elegía” qui rappelle les attentats terroristes du 11 mars 2004 à Madrid; “Gerberas amarillas en las ventanas” qui évoque le poète Juan Ramón Jiménez, enterré dans le cimetière de sa ville natale, Moguer.

  
  

Raquel Lanseros

Raquel Lanseros.

Guerra con G de genocidio

                                      

Fue en España donde mi generación aprendió
que uno puede tener razón
y ser derrotado
.

Albert Camus

                                       

Existen muchas formas de perder una guerra.
Puede perderse por faltas de adhesiones
por abuso de fuerza
por el macabro redoble de monedas
contra las mesas de altos gabinetes.
Una guerra se puede perder por omisión.
Y es posible perder
una guerra de todas las maneras.

Eso ocurrió en España.
Como era de esperar, Goliat vence a David.
Pablo Neruda dijo: Mirad mi casa muerta,
mirad España rota.

Mis abuelos no dijeron nada.
Comprendieron muy bien que era hablar o vivir.
Fueron pariendo en silencio a sus hijos,
el silencio que arrulla los nombres de los mártires.

Muchos años pasaron
pero lo nuevoviejo no cesó de amamantar
el silencio con ira.
Ese silencio enfermo engordó tanto
que su enorme barriga es un acantilado
donde se estrella cada día la verdad.

Fue en España donde mi generación aprendió
que una guerra también puede perderse
mucho antes de nacer.

Matria (Visor, Madrid, 2018; 2ª ed. 2019)

Raquel Lanseros es una poeta española nacida en 1973 en Jerez de la Frontera (Andalucía).
Su libro Matria ha sido galardonado en abril 2019 con el Premio de la Crítica 2018 que otorga anualmente la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL) al mejor libro de poesía.
Desde 2018 es profesora de Didáctica de la Lengua y Literatura en la Universidad de Zaragoza.

Rafael Alberti

Rafael Alberti. Punta del Este.1943.

Rafael Alberti évoque la figure de Ramón dans La arboleda perdida. Il critique ses prises de position franquistes, mais reconnaît son génie.

La arboleda perdida. Tercer libro (1931-1977). 1987.

«Ramón Gómez de la Serna vive muy aislado, casi oculto, en la ciudad de Buenos Aires desde el inicio de nuestra guerra civil. Yo, a pesar de que lo admiraba de verdad, me pasé muchos años sin saludarlo, debido a su tonto e innecesario franquismo, que lo alejó de sus más grandes amigos. Ramón se aburría hasta el infinito -él, tan bullanguero y sacamuelas- en la Argentina sin su tertulia cafetera de Pombo, en la que había sido su dirigente inagotable y genial. Un día, un hermano, por cierto comunista, de su mujer, la delicada y muy hermosa escritora hebrea Luisa Sofovich, me dijo que Ramón vivía muy triste, sin ver a nadie, desesperado, tan lejos de Madrid, preguntándome tímidamente si a mí no me importaría verlo. Me emocionó la petición. Nunca habíamos comprendido el franquismo de Ramón, digno, en verdad, de aquel personaje de su novela Gustavo el incongruente, pues al principio de la guerra, allá en su soledad argentina, Ramón había escrito greguerías laudatorias dedicadas a Ramón Franco, el aviador, creyendo que se trataba del generalísimo. ¡Gran ramonada esta ramoniana confusión de Ramón! Cuando por fin fui a verlo, Ramón me recibió sentado ante la mesa de su comedor, como si estuviera oficiando en su amada tertulia pombiana, iluminándosele la ancha cara de chispero goyesco, hablando alegremente, casi a gritos, y levantándose, a veces, lo mismo que en el cuadro que Gutiérrez Solana le pintó, rodeado de los más famosos contertulios. De pronto, Ramón alzó una mano, ofreciéndole el dedo índice doblado a su mujer, como si fuese el saltadero de una jaula, invitándola muy cariñosamente: “Apoye usted, mi pajarito, sus patitas en este dedo”. Luisa, prendiendo dos de los suyos sobre el que le ofrecía Ramón, estuvo así todo el tiempo que duró la visita. En un momento que Ramón aspiró una bocanada de humo que yo solté de mi pipa, me preguntó por el tabaco que fumaba. “Dunhill”, le dije. Muy serio entonces, me sentenció, rotundo: “¡Cáncer! Mi hermano fumaba esos tabacos. Y se murió. Hay que fumar el que yo fumo: La hija del toro de América“. Y a continuación se preparó una pipa con aquel horrible tabaco, que levantó una fumarola como la del Vesubio, despidiendo un fuerte olor a yerbajos secos, mezclado con el de las cerillas que había dejado dentro del hogar de su pipa, ya que aquel tabaco -afirmaba- tenía mejor sabor mezclado con ellas.

Más tarde, y ya muerto Ramón, le dediqué este soneto impuntuado, en el que quise dar, todo revuelto, lo que fue para mí el gran inventor de las greguerías:

Por qué franquista tú torpe ramón
elefante ramón payaso harina
ramón zapato alambre golondrina
solana madrid pombo pin pan pon

ramón senos ramón chapeaumelón
tío-vivo ramón pipa pamplina
sacamuelas trapero orina esquina
y con de en por sin sobre tras ramón

ramón columpio múltiple vaivén
descabezado tonto ten sin ten
ramón orquesta solo de trombón

ramón timón tampón titiritero
incongruente inverosímil pero
ramón genial ramón solo ramón.

… Pero le dije a Ramón que Juan Ramón Jiménez estaba en Buenos Aires. Habían sido en otro tiempo muy amigos. Discretamente, Juan Ramón me insinuó que quería verlo, que se lo preguntara. Ramón dijo que sí. Al día siguiente, yo acompañé al poeta de Huelva con su mujer, Zenobia, a casa de Ramón. La escalera del piso donde vivía arrancaba del zaguán. Cuando llegamos, Ramón esperaba en el rellano de su piso al lado de Luisita. “¡Un momento!”, gritó a Juan Ramón, sin más saludo. “¡Un momento! ¿Puedes explicarme, antes de subir, por qué escribes Dios sin mayúscula últimamente? A Dios le han quitado ya todo en la tierra. Y ahora vienes tú y le quitas lo último que le quedaba: la mayúscula. Promete que se la devolverás”. A Juan Ramón le temblaba la barba. Balbució algo que no entendí. Y me fui detrás de él y de Zenobia, cerrando la puerta de la calle suavemente.»

Pablo Neruda

Ramón Gómez de la Serna, 1931.

Oda a Ramón Gómez de la Serna

Ramón
está escondido,
vive en su gruta
como un oso de azúcar.
Sale sólo de noche
y trepa por las ramas
de la ciudad, recoge
castañas tricolores,
piñones erizados,
clavos de olor, peinetas de tormenta,
azafranados abanicos muertos,
ojos perdidos en las bocacalles,
y vuelve con su saco
hasta su madriguera trasandina
alfombrada con largas cabelleras
y orejas celestiales.

Vuelve lleno de miedo
al golpe de la puerta,
al ímpetu
espacial de los aviones,
al frío que se cuela desde España,
a las enredaderas, a los hombres,
a las banderas, a la ingeniería.

Tiene miedo de todo.

Allí en su cueva
reunió los alimentos
migratorios
y se nutre de claridad sombría
y de naranjas.

De pronto
sale un fulgor, un rayo
de su faro
y el haz ultravioleta
que encerraba
su frente
nos ilumina el diámetro y la fiesta,
nos muestra el calendario
con Viernes más profundos,
con Jueves como el mar vociferante,
todo repleto, todo
maduro con sus orbes,
porque el revelador del universo
Ramón se llama y cuando
sopla en su flor de losa, en su trompeta,
acuden manantiales,
muestra el silencio sus categorías.
Oh Rey Ramón,
monarca
mental,
director
ditirámbico
de la interrogadora poesía,
pastor de las parábolas
secretas, autor
del alba y su
desamparado
cataclismo,
poeta
presuroso
y espacioso,
con tantos sin embargos
con tantos ojos ciegos,
porque
viéndolo todo
Ramón se irrita
y se desaparece,
se confunde en la bruma
del calamar lunario
y el que todo lo dice
y puede
saludar lo que va y lo que viene,
de pronto
se inclina hacia anteayer, da un cabezazo
contra el sol de la historia,
y de ese encuentro salen chispas negras
sin la electricidad de su insurgencia.

Escribo en Isla Negra,
construyo
carta y canto.
El día estaba roto
como la antigua estatua
de una diosa marina
recién sacada de su lecho frío
con lágrimas y légamo,
y junto al movimiento
descubridor
del mar y sus arenas,
recordé los trabajos
del Poeta,
la insistencia radiante de su espuma,
el venidero viento de sus olas.

Y a Ramón
dediqué
mis himnos matinales,
la culebra de mi caligrafía,
para cuando
salga
de su prolija torre de carpincho
reciba la serena
magnitud de una ráfaga de Chile
y que le brille al mago el cucurucho
y se derramen todas sus estrellas.

Navegaciones y regresos, Buenos Aires: Losada, 1959.

Ramón Gómez de la Serna 1888 – 1963

Ramón Gómez de la Serna et sa poupée en cire. Ramón Gómez de la Serna, con su muñeca de cera. (Alfonso)

Greguerías.
«Hay que hacer tumbas con periscopio.»

«Il faut faire des tombes avec des périscopes.»

«Queremos ser de piedra y somos de gelatina.»

«Nous voulons être de pierre et nous sommes de gélatine.»

«Los fantasmas salen por un espejo y se meten por otro.»

«Les fantômes sortent par un miroir et ils entrent par un autre.»

«La tortícolis del ahorcado es incurable.»

«Le torticolis du pendu est incurable.»


«Yo no seré ga-ga, porque seré ja-ja.»

«Lo más importante de la vida es no haber muerto.»

“Aburrirse es besar a la muerte.”

“El cerebro es un paquete de ideas arrugadas que llevamos en la cabeza.”

“En realidad, los seguros de vida son seguros de muerte.”

“Escritor es el que descubre que las palabras salen de la mano.”

«La felicidad consiste en ser un desgraciado que se sienta feliz.”

“Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte.”

“Aquel tipo tenía un tic, pero le faltaba un tac: por eso no era un reloj.”

“Las croquetas deberían tener hueso, para que pudiéramos llevar la cuenta de las que comemos.”

“Roncar es tomar ruidosamente sopa de sueño”.

“Como daba besos lentos le duraban más los amores”.

«Menos mal que a los mosquitos no les ha dado por tocar el saxofón.»

«Nunca es mañana; siempre es hoy.»

Retrato de Ramón Gómez de la Serna. (Diego Rivera) 1915. Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires

José Bergamín II 1895 -1983

La tertulia del café Pombo (José Gutiérrez Solana). 1920. Madrid, Museo Reina Sofía. Esta tertulia era presidida en Madrid en la calle de Carretas por el “padre de las vanguardias en España”, Ramón Gómez de la Serna. Bergamín era muy joven entonces pero su excepcional agudeza e inteligencia le permitía participar en pie de igualdad con conterturlios mayores. Manuel Abril, Tomás Borrás, José Bergamín, José Cabrero, Gómez de la Serna –de pie– Mauricio Bacarisse, el propio Solana autorretratado, Pedro Emilio Coll y Salvador Bartolozzi.

José Bergamín, grande figure qui traversa tout le XXe siècle espagnol est mort en 1983, tout de suite après avoir corrigé les épreuves de son dernier recueil de poèmes, En attendant la main de neige, c’est-à-dire la mort. Il sera enterré le lendemain, selon ses propres vœux, dans une tombe anonyme du cimetière de Fontarrabie (en basque : Hondarribia ; en espagnol : Fuenterrabía) De là, il domine la mer, comme la croix du Christ de ses trois grands sonnets (Tres sonetos a Cristo crucificado ante el mar) dédiés à Jacques et Raïssa Maritain et qu’Antonio Machado considérait parmi les plus beaux de la langue espagnole.

Tres sonetos a Cristo crucificado ante el mar

(París, 1937)

                   A Jacques y Raïssa Maritain

                  Solo a lo lejos el piadoso mar
                  Unamuno

                             I

No te entiendo, Señor, cuando te miro
frente al mar, ante el mar crucificado.
Solos el mar y tú. Tú en cruz anclado,
dando a la mar el último suspiro.

No sé si entiendo lo que más admiro:
que cante el mar estando Dios callado;
que brote el agua, muda, a su costado,
tras el morir, de herida sin respiro.

O el mar o tú me engañan, al mirarte
entre dos soledades, a la espera
de un mar de sed, que es sed de mar perdido.

¿Me engañas tú o el mar, al contemplarte
ancla celeste en tierra marinera,
mortal memoria ante inmortal olvido?

                         II

Ven ya, madre de monstruos y quimeras,
paridora de música radiante,
ven a cantarle al Hombre agonizante
tus mágicas palabras verdaderas.

Rompe a tus pies tus olas altaneras
deshechas en murmullo suspirante.
De la nube sin agua, al desbordante
trueno de voz, enciende tus banderas.

Relampaguea, de tormenta suma,
la faz divinamente atormentada
del Hijo a tus entrañas evadido.

Pulsa la cruz con dedos de tu espuma.
Y mece por el sueño acariciada,
la muerte de tu Dios recién nacido.

             III

No se mueven de Dios para anegarte
las aguas por sus manos esparcidas;
ni se hace lengua el mar en tus heridas
lamiéndolas del sal para callarte.

Llega hasta ti la mar, a suplicarte,
madre de madres por tu afán transidas,
que ancles en tus entrañas doloridas
la misteriosa voz con que engendrarte.

No hagas tu cruz espada en carne muerta;
mástil en tierra y sequedad hundido;
árbol en cielo y nubes arraigado.

Madre tuya es la mar: sola, desierta.
Mírala tú que callas, tú caído.
Y entrégale tu grito arrebatado.

Poesías casi completas, pp.23-24.

José Bergamín (Adolf Hoffmeister 1902 – 1973) 1939.

José Bergamín I 1895 – 1983

José Bergamín.

“Con los comunistas hasta la muerte… pero ni un paso más”

«Sería objetivo si fuera objeto, pero soy sujeto.»

«Las cosas como son. ¿Cómo son las cosas?”

“Buscar las raíces no es más que una forma subterránea de andarse por las ramas”

“Detrás de un patriota hay siempre un comerciante “

Gracias a M.V.F.

Madrid Plaza de la Independencia n°8. Casas Salabert. Conjunto de tres edificios en la esquina de la calle Alfonso XII y la Plaza de la Independencia 1878. (Francisco de Cubas 1826-1899) Ahí nació José Bergamín.