Lo querían matar los iguales, porque era distinto.
Si veis un pájaro distinto, tiradlo; si veis un monte distinto, caedlo; si veis un camino distinto, cortadlo; si veis una rosa distinta, deshojadla; si veis un río distinto, cegadlo… si veis un hombre distinto, matadlo.
¿Y el sol y la luna dando en lo distinto?
Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir distinto de lo distinto; lo que seas que eres, distinto (monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre): si te descubren los iguales, huye a mí, ven a mi ser, mi frente, mi corazón distinto.
Una colina meridiana, 1942-1950. Huerga y Fierro editores, 2003.
Juan Ramón Jiménez, Prix Nobel de littérature 1956.
Nous avons passé une semaine en Cantabrie et aux Asturies du 10 au 17 juin 2024. Magnifiques paysages de l’Espagne atlantique.
Dernier jour à Santander le 17 juin. Aujourd’hui, je classe mes photos et je pense au poète José Hierro (Quinta del 42). Le monument au poète se trouve sur la promenade de la Baie de Santander, entre le Club Maritime et le monument aux Raqueros.
Les 4 statues en bronze représentent 4 enfants. L’un est debout et regarde l’eau. Deux sont assis. Un plonge dans le port. Elles rendent hommage aux enfants pauvres qui, à la fin du XIXe et au début du XXe siècle, plongeaient dans l’eau froide de l’Atlantique pour récupérer des pièces de monnaie.
Ces vers sont inscrits dans la pierre du monument à José Hierro :
“Si muero, que me pongan desnudo, desnudo junto al mar. Serán las aguas grises mi escudo y no habrá que luchar.”
Junto al mar in Quinta del 42, 1952.
” Si je meurs, mettez-moi à nu, nu à côté de la mer. Les eaux grises seront mon bouclier et je n’aurai pas à lutter “.
Paseo
Sin ternuras, que entre nosotros sin ternuras nos entendemos. Sin hablarnos, que las palabras nos desaroman el secreto. ¡Tantas cosas nos hemos dicho cuando no era posible vernos! ¡Tantas cosas vulgares, tantas cosas prosaicas, tantos ecos desvanecidos en los años, en la oscura entraña del tiempo! Son esas fábulas lejanas en las que ahora no creemos. Es octubre. Anochece. Un banco solitario. Desde él te veo eternamente joven, mientras nosotros nos vamos muriendo. Mil novecientos treinta y ocho. La Magdalena. Soles. Sueños. Mil novecientos treinta y nueve, ¡comenzar a vivir de nuevo! Y luego ya toda la vida. Y los años que no veremos. Y esta gente que va a sus casas, a sus trabajos, a sus sueños. Y amigos nuestros muy queridos, que no entrarán en el invierno. Y todo ahogándonos, borrándonos. Y todo hiriéndonos, rompiéndonos. Así te he visto: sin ternuras, que sin ellas nos entendemos. Pensando en ti como no eres, como tan solo yo te veo. Intermedio prosaico para soñar una tarde de invierno.
Quinta del 42, 1952.
José Hierro est né le 3 avril 1922 à Madrid, mais a passé son enfance et son adolescence à Santander. Il a toujours eu la passion de la mer et a gardé un lien très fort avec sa région d’origine, la Cantabrie. Il doit abandonner ses études au début de la Guerre Civile. Son père, Joaquín Hierro, fonctionnaire du télégraphe, républicain, est emprisonné par les franquistes de 1937 à 1941. Lui-même se retrouve en prison en 1939 pour avoir donné son appui à une organisation d’aide aux prisonniers politiques. Il est jugé deux fois et condamné à douze ans et un jour de réclusion. Il connaîtra les prisons de Madrid (Comendadoras, Torrijos, Porlier), Palencia, Santander, Segovia et Alcalá de Henares. Son expérience poétique part de l’expérience extrême de l’après-guerre civile et de l’enfermement. Ses maîtres sont Lope de Vega, San Juan de la Cruz, Rubén Darío et Juan Ramón Jiménez. Il donnera le prénom de ce dernier à un de ses fils. Il a aussi beaucoup lu les poètes de la Génération de 1927 ainsi que Baudelaire, Mallarmé et Paul Valéry. Á sa sortie de prison le premier janvier 1944, José Hierro occupe de nombreux emplois alimentaires. Il épouse en 1949 María de los Ángeles Torres (décédée le 17 juin 2020). Ils ont eu quatre enfants. Il a obtenu en 1998 Prix Cervantès, le plus prestigieux de la littérature hispanique. Il devient membre de la Real Academia Española en 1999. Son recueil Cuaderno de Nueva York (Le Cahier de New York), publié en 1998 et qui regroupe trente trois poèmes, devient en Espagne un véritable best-seller. Il meurt le 21 décembre 2002 dans un hôpital madrilène à l’âge de 80 ans d’une insuffisance respiratoire. L’oeuvre de José Hierro est peu traduite en français. 1951 Poèmes. Pierre Seghers. Traduction Roger Noël-Mayer. 2014 Tout ce que je sais de moi. Circé. Traduction Emmanuel Le Vagueresse.
La revue Diérèse (poésie et littérature) a publié dans son numéro 90 (été 2024) quatre poèmes du grand poète vénézuélien, Eugenio Montejo (1938-2008) : Adiós al siglo XX, Islandia, Ulises, La Poesía. Ils sont traduits par Raymond Farina. Je recommande aussi la lecture de ceux d’Estela Puyuelo (née en 1976 à Labasca – Huesca), traduits par Nathalie de Courson.
Coordonnées de la revue (3 numéros par an. 45 euros) : Daniel Martinez 8 avenue Hoche 77330 Ozoir-la-Ferrière.
Eugenio Montejo, fils d’un boulanger, est né le 19 octobre 1938 à Caracas. Il est mort le 5 juin 2008 à Valencia (Vénézuela). Professeur d’université, chercheur, éditeur (Monte Ávila Editores), animateur de plusieurs revues (Azar Rey, Revista Poesía de la Universidad de Carabobo), il a reçu en 1998 le Prix national de littérature du Venezuela et en 2004 le Prix international Octavio Paz de Poésie. Il a été aussi conseiller culturel à l’ambassade du Venezuela au Portugal. Il est de la même génération que le Prix Cervantes 2023, Rafael Cadenas (1930). Comme ce dernier, il était très critique à l’égard du chavisme au pouvoir dans son pays depuis 1999. Son œuvre complète a été publiée par la maison d’édition espagnole Pre-Textos.
Tomo I. Poesía, 2021. Tomo II. Ensayo y géneros afines, 2022. Tomo III. Blas Coll y los colígrafos, 2023.
J’ai choisi 4 autres poèmes de cet écrivain méconnu en France.
Dura menos un hombre que una vela
Dura menos un hombre que una vela pero la tierra prefiere su lumbre para seguir el paso de los astros. Dura menos que un árbol, que una piedra, se anochece ante el viento más leve, con un soplo se apaga. Dura menos un pájaro, que un pez fuera del agua, casi no tiene tiempo de nacer, da unas vueltas al sol y se borra entre las sombras de las horas hasta que sus huesos en el polvo se mezclan con el viento, y sin embargo, cuando parte siempre deja la tierra más clara.
Muerte y memoria, 1972.
Terredad
Estar aquí por años en la tierra, con las nubes que lleguen, con los pájaros, suspensos de horas frágiles. A bordo, casi a la deriva, más cerca de Saturno, más lejanos, mientras el sol da vuelta y nos arrastra y la sangre recorre su profundo universo más sagrado que todos los astros.
Estar aquí en la tierra: no más lejos que un árbol, no más inexplicables; livianos en otoño, henchidos en verano, con lo que somos o no somos, con la sombra, la memoria, el deseo, hasta el fin (si hay un fin) voz a voz, casa por casa, sea quien lleve la tierra, si la llevan, o quien la espere, si la aguardan, partiendo juntos cada vez el pan en dos, en tres, en cuatro, sin olvidar la parte de la hormiga que siempre viaja de remotas estrellas para estar a la hora en nuestra cena, aunque las migas sean amargas.
Terredad, 1978.
Creo en la vida
Creo en la vida bajo forma terrestre, tangible, vagamente redonda, menos esférica en sus polos, por todas partes llena de horizontes.
Creo en las nubes, en sus páginas nítidamente escritas, y en los árboles, sobre todo en otoño. (A veces creo que soy un árbol.)
Creo en la vida como terredad, como gracia o desgracia. -Mi mayor deseo fue nacer, a cada vez aumenta.
Creo en la duda agónica de Dios, es decir, creo que no creo, aunque de noche, solo, interrogo a las piedras, pero no soy ateo de nada salvo de la muerte.
Terredad, 1978.
La Vida a Vicente Gerbasi
La Vida toma aviones y se aleja; sale de día, de noche, a cada instante hacia remotos aeropuertos.
La Vida se va, se fue, llega más tarde; es difícil seguirla: tiene horarios imprevistos, secretos; cambia de ruta, sueña a bordo, vuela.
La Vida puede llegar ahora, no sabemos, puede estar en Nebraska, en Estambul, o ser esa mujer que duerme en la sala de espera.
La Vida es el misterio en los tableros, los viajantes que parten o regresan, el miedo, la aventura, los sollozos, las nieblas que nos quedan del adiós y los aviones puros que se elevan hacia los aires altos del deseo.
En Viena hay diez muchachas, un hombro donde solloza la muerte y un bosque de palomas disecadas. Hay un fragmento de la mañana en el museo de la escarcha. Hay un salón con mil ventanas. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals, de sí, de muerte y de coñac que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero, con la butaca y el libro muerto, por el melancólico pasillo, en el oscuro desván del lirio, en nuestra cama de la luna y en la danza que sueña la tortuga. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos donde juegan tu boca y los ecos. Hay una muerte para piano que pinta de azul a los muchachos. Hay mendigos por los tejados. Hay frescas guirnaldas de llanto. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío, en el desván donde juegan los niños, soñando viejas luces de Hungría por los rumores de la tarde tibia, viendo ovejas y lirios de nieve por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals del “Te quiero siempre”.
En Viena bailaré contigo con un disfraz que tenga cabeza de río. ¡Mira qué orilla tengo de jacintos! Dejaré mi boca entre tus piernas, mi alma en fotografías y azucenas, y en las ondas oscuras de tu andar quiero, amor mío, amor mío, dejar, violín y sepulcro, las cintas del vals.
Poeta en Nueva York, 1940.
Petite valse viennoise
Á Vienne il y a dix jeunes filles, une épaule où sanglote la mort et un bois de colombes empaillées. Il y a un fragment du matin dans le musée du givre. Il y a un salon aux mille fenêtres. Ah, la, la, la ! Prends cette valse à la bouche close.
Cette valse, cette valse, cette valse, de oui, de mort et de cognac, qui trempe sa traîne dans la mer.
Je t’aime, je t’aime, je t’aime, avec le fauteuil et le livre mort, dans le mélancolique corridor, dans l’obscur grenier du lys, dans notre lit de la lune et dans la danse dont rêve la tortue. Ah, la, la, la ! Prends cette valse à la taille brisée.
Á Vienne il y a quatre miroirs où jouent ta bouche et les échos. Il y a une mort pour piano qui peint en bleu les garçons, il y a des mendiants sur les auvents, il y a de fraîches guirlandes de pleurs. Ah, la, la,la ! Prends cette valse qui se meurt dans mes bras.
Parce que je t’aime, je t’aime, mon amour dans le grenier où jouent les enfants. Tout en rêvant à de vieilles lueurs de Hongrie dans les rumeurs du tiède après-midi. Tout en voyant des brebis et des lys de neige dans le sielnce obscur de ton front. Ah, la, la, la ! Prends cette valse du « je t’aime à jamais ».
Á Vienne je danserai avec toi dans un costume qui possédera une tête de fleuve. Regarde-moi avec mes rives de jacinthes ! Je laisserai ma bouche entre tes jambes, mon âme dans des photographies et des iris, et dans les ondes obscures de ton allure je veux, mon amour, mon amour, laisser, violon et sépulcre, les rubans de la valse.
Poète à New York. Robert Laffont, 2023. Traduction : Carole Fillière et Zoraida Carandell.
Piedad Bonnett, poète, romancière, essayiste et dramaturge colombienne (Amalfi -Antoquia, 1951), a reçu ces jours derniers le XXXIII Prix Reina Sofía de Poésie Iberoaméricaine. Il est attribué chaque année depuis 1992 à un poète ibéroaméricain par Patrimonio Nacional et l’université de Salamanque.
La liste des précédents lauréats est impressionnante : Claudio Rodríguez, José Hierro, Álvaro Mutis, José Ángel Valente, Nicanor Parra, Sophia de Mello Breyner, Juan Gelman, Antonio Gamoneda, Blanca Varela, José Emilio Pacheco, Francisco Brines, María Victoria Atencia, Ida Vitale, Rafael Cadenas, Joan Margarit, Raúl Zurita. Un seul bémol : le faible nombre de poètes portugais ou brésiliens couronnés.
Poésie De círculo y ceniza (Ediciones Uniandes, 1989) Nadie en casa (Fundación Simón y Lola Gubereck, 1994) El hilo de los días (Colcultura, 1995) Premio Nacional de Poesía de Colombia Ese animal triste (Editorial Norma, 1996) Todos los amantes son guerreros (1998) Las tretas del débil (Punto de lectura, 2004) Las herencias (Visor, 2008) Explicaciones no pedidas (Visor, 2011) Premio Casa de América de poesía americana. Premio de Poesía José Lezama Lima 2014. Los habitados (Visor, 2017). Premio de Poesía Generación del 27 2016 Lo terrible es el borde (Visor, 2021)
Romans et récit autobiographique Después de todo (2001) Para otros es el cielo (2004) Siempre fue invierno (2007) El prestigio de la belleza (2010) Lo que no tiene nombre (2013) qui parle du suicide de son fils Daniel à New York alors qu’il n’avait que 28 ans. Donde nadie me espere (2018) Qué hacer con estos pedazos (2022) Tous ses romans sont publiés par Alfaguara.
J’ai choisi 4 de ses poèmes :
Biografía de un hombre con miedo
Mi padre tuvo pronto miedo de haber nacido. Pero pronto también le recordaron los deberes de un hombre y le enseñaron a rezar, a ahorrar, a trabajar. Así que pronto fue mi padre un hombre bueno. (“Un hombre de verdad”, diría mi abuelo). No obstante, -como un perro que gime, embozalado y amarrado a su estaca- el miedo persistía en el lugar más hondo de mi padre. De mi padre, que de niño tuvo los ojos tristes y de viejo unas manos tan graves y tan limpias como el silencio de las madrugadas. Y siempre, siempre, un aire de hombre solo. De tal modo que cuando yo nací me dio mi padre todo lo que su corazón desorientado sabía dar. Y entre ello se contaba el regalo amoroso de su miedo. Como un hombre de bien mi padre trabajó cada mañana, sorteó cada noche y cuando pudo se compró a cuotas la pequeña muerte que siempre deseó. La fue pagando rigurosamente, sin sobresalto alguno, año tras año, como un hombre de bien, el bueno de mi padre.
El hilo de los días, 1995.
Las cicatrices
No hay cicatriz, por brutal que parezca, que no encierre belleza. Una historia puntual se cuenta en ella, algún dolor. Pero también su fin. Las cicatrices, pues, son las costuras de la memoria, un remate imperfecto que nos sana dañándonos. La forma que el tiempo encuentra de que nunca olvidemos las heridas.
Explicaciones no pedidas, 2011
Oración
Para mis días pido, Señor de los naufragios, no agua para la sed, sino la sed, no sueños sino ganas de soñar. Para las noches, toda la oscuridad que sea necesaria para ahogar mi propia oscuridad.
En el borde
Lo terrible es el borde, no el abismo. En el borde hay un ángel de luz del lado izquierdo, un largo río oscuro del derecho y un estruendo de trenes que abandonan los rieles y van hacia el silencio. Todo cuanto tiembla en el borde es nacimiento. Y solo desde el borde se ve la luz primera el blanco-blanco que nos crece en el pecho. Nunca somos más hombres que cuando el borde quema nuestras plantas desnudas. Nunca estamos más solos. Nunca somos más huérfanos.
Sur France Culture, j’ai écouté le Book Club deMarie Richeux en podcast. Dans la bibliothèque de Josée Kamoun, traductrice de Virginia Woolf, George Orwell, Philip Roth, Richard Ford, Jack Kerouac, Bernard Malamud.
Elle lit des passages de Gustave Flaubert (Madame Bovary) Gabriel García Márquez (Cent ans de solitude) , Emily Brontë (Les Hauts de Hurlevent), Yasunari Kawabata (Les belles endormies), Richard Ford (Canada). Parmi ces cinq romans, il y en a trois que j’ai lus et relus.
Elle vient de faire paraître aussi un Dictionnaire amoureux de la traduction. Illustrations d’Alain Bouldouyre. Plon, 560 pages, 29 €.
On peut écouter aussi un autre entretien dans le magazine Diacritik : Josée Kamoun, dictionnaire amoureux de la traduction (entretien). 23 mai 2024.
J’ai relu pour l’occasion des passages de Cent ans de solitude dont celui qu’elle lit dans l’émission. Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Alejo Carpentier, des lectures marquantes dans les années 70.
« Remedios la Belle continua d’errer dans le désert de la solitude, sans endurer aucun malheur, s’épanouissant dans ses rêves jamais entrecoupés de cauchemars, dans ses bains interminables, ses repas à n’importe quelle heure, ses longs et profonds silences à ne remâcher nul souvenir, jusqu’à cet après-midi de mars où Fernanda décida d’aller au jardin plier ses draps de toile de Brabant et demanda de l’aide aux femmes de la maison. Á peine avait-elle commencé, qu’Amaranta remarque l’intense pâleur de Remedios la Belle qui la rendait presque diaphane.Tu ne te sens pas bien ?, lui demanda-t-elle. Remedios la Belle qui avait empoigné le drap par l’autre bout, eut un sourire de commisération. – Tu ne te sens pas bien ?, lui demanda-t-elle. Remedios la Belle qui avait empoigné le drap par l’autre bout, eut un sourire de commisération. – Au contraire -dit-elle -, jamais je ne me suis mieux trouvé. Á ces mots, Fernanda sentit une brise légère et lumineuse lui arracher les draps des mains et les déplier dans toute leur largeur. Amaranta éprouva comme un frissonnement mystérieux dans les dentelles de ses jupons et voulut s’accrocher au drap pour ne pas tomber, à l’instant où Remedios la Belle commençait à s’élever dans les airs. Ursula, déjà presque aveugle, fut la seule à garder suffisamment de présence d’esprit pour reconnaître la nature de ce vent que rien ne pouvait arrêter et laissait les draps partir au gré de cette lumière, voyant Remedios la Belle lui faire des signes d’adieu, au milieu de l’éblouissant battement d’ailes des draps qui montaient avec elle, quittaient avec elle le monde des scarabées et des dahlias, traversaient avec elle les régions de l’air où il n’était déjà plus quatre heures de l’après-midi, pour se perdre à jamais avec elle dans les hautes sphères où les plus hauts oiseaux de la mémoire ne pourraient pas même la rejoindre. Bien entendu, les étrangers pensèrent que Remedios la Belle avait enfin succombé à son implacable destin de reine des abeilles, et que sa famille voulait sauver l’honneur par cette mensongère histoire de lévitation. Fernanda, dévorée par l’envie, finit par admettre la prodige et longtemps continua de prier Dieu qu’il rendît ses draps. »
Cent ans de solitude. Paris, Le Seuil, décembre 1968. Traduction Claude et Carmen Durand.
« Remedios, la bella, se quedó vagando por el desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin pesadillas, en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios, en sus hondos y prolongados silencios sin recuerdos, hasta una tarde de marzo en que Fernanda quiso doblar en el jardín sus sábanas de bramante, y pidió ayuda a las mujeres de la casa. Apenas había empezado, cuando Amaranta advirtió que Remedios, la bella, estaba transparentada por una palidez intensa. – ¿Te sientes mal? – le preguntó. Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de lástima. – Al contrario – dijo -, nunca me he sentido mejor. Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerines y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria. Los forasteros, por supuesto, pensaron que Remedios, la bella, había sucumbido por fin a su irrevocable destino de abeja reina, y que su familia trataba de salvar la honra con la patraña de la levitación. Fernanda, mordida por la envidia, terminó por aceptar el prodigio, y durante mucho tiempo siguió rogando a Dios que le devolviera las sábanas. »
Cien años de soledad. Buenos Aires, Editorial Sudamericana. Mai 1967.
Walt Whitman est né le 31 mai 1819. L’influence du grand poète lyrique américain sur la poésie en langue espagnole a été très grande, d’abord à travers Rubén Darío, le fondateur du mouvement littéraire moderniste. On la retrouve aussi chez Miguel de Unamuno, Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Miguel Hernández. Walt Whitman a été traduit en espagnol dès 1926 par le poète León Felipe (1884-1968) et publié dans la Revista de Occidente, la revue de José Ortega y Gasset. León Felipe avait découvert Whitman vers 1923-1924 alors qu’il vivait à New York. Canto a mí mismo (la traduction de León Felipe de Song of myself de Walt Whitman) a été publié par Losada à Buenos Aires en 1941.
Jorge Luis Borges a traduit en 1969 Leaves of Grass de Walt Whitman (1855 – Hojas de hierba. Publication : Editorial Lumen, Barcelona, 1972– Feuilles d’herbe). Il a écrit aussi un poème à la mémoire du poète américain : Camden 1892. Le titre fait référence à la ville du New Jersey où est mort Whitman ainsi qu’à l’année de son décès.
Camden, 1892
El olor del café y de los periódicos. El domingo y su tedio. La mañana y en la entrevista página esa vana publicación de versos alegóricos
de un colega feliz. El hombre viejo está postrado y blanco en su decente habitación de pobre. Ociosamente mira su cara en el cansado espejo.
Piensa, ya sin asombro, que esa cara es él. La distraída mano toca la turbia barba y la saqueada boca.
No está lejos el fin. Su voz declara: Casi no soy, pero mis versos ritman la vida y su esplendor. Yo fui Walt Whitman.
El otro, el mismo. Emecé, 1964.
Camden, 1892
Cette odeur des journaux et du café. Le dimanche, son ennui. Le matin Et la page entrevue avec les vains Poèmes allégoriques publiés
Par ce collègue en vue. Blanchi par l’âge L’homme est là prostré dans son logement Décent et pauvre. Avec désoeuvrement, Sur le miroir, il fixe son visage.
Il pense sans surprise que c’est lui Ce visage. Sa main distraite touche, En vrac sa barbe et, dévastée, sa bouche.
Sa fin n’est pas très loin. Et sa voix dit : Je ne suis presque plus, mais mes vers trament La vie et sa splendeur. Moi, Walt Whitman.
Em declaro vençut. Els anys que em resten els malviuré en somort. Cada matí esfullaré una rosa, la mateixa, i amb tinta evanescent escriuré un vers decadent i enyorós a cada pètal. Us llego la meva ombra en testament: és el que tinc més perdurable i sòlid, i els quatre pams de món sense neguit que invento cada dia amb la mirada. Quan em mori, caveu un clot profund i enterreu-m’hi dempeus, cara a migdia, que el sol, quan surt, m’encengui el fons dels ulls. Així la gent que em vegi exclamarà: Mireu, un mort amb la mirada viva.
La pell del violí, 1972-1973.
Coup de blues. En espagnol.
Me declaro vencido
Me declaro vencido. Los años que me quedan los malviviré en penumbra. Cada mañana deshojaré una rosa, la misma, y con tinta evanescente escribiré un verso débil y nostálgico en cada pétalo. Os lego mi sombra en testamento: es lo más perdurable y sólido que tengo, y los cuatro palmos de mundo tranquilo que creo cada día con la mirada. Cuando muera, cavad un profundo hoyo y enterradme en él de pie, frente al mediodía, que el sol, al salir, me ciegue el fondo de los ojos. Así la gente que me vea exclamará: Mirad, un muerto con la mirada viva.
La piel del violín. 1972-1973. in Un día cualquiera Ed. Nórdica Libros 2013
Coup de blues. En français.
Je me déclare vaincu
Je me déclare vaincu. Les années qu’il me reste Je les vivrai dans un sourd malaise. Chaque matin J’effeuillerai une rose – la même – Et avec une encre évanescente, j’écrirai un vers Décadent et nostalgique à chaque pétale. Je vous lègue mon ombre pour testament : C’est ce que j’ai de plus durable et solide, Et les quatre bouts de monde sans angoisse Que j’invente chaque jour avec le regard. Quand je mourrai, creusez un trou profond Et enterrez-moi debout, face au midi, Que le soleil, en sortant, allume le fond de mes yeux. Ainsi les gens en me voyant exclameront : – Regardez, un mort au regard vivant.
Traduction : Ricard Ripoll.
Miquel Martí i Pol est un poète catalan. Il est né le 19 mars 1929 à Roda de Ter. Il est mort le 11 novembre 2003 à Vic .
Il commence à travailler à l’âge de 14 ans dans une usine textile de sa ville. A 19 ans, il est atteint d’une tuberculose pulmonaire, ce qui le maintient alité. Il lit beaucoup. Sa poésie des années 50 est simple. Elle exprime le sentiment amoureux.
Dans les années 1960, il commence à être connu pour ses poèmes engagés et réalistes. Il milite alors au PSUC clandestin (Partit Socialista Unificat de Catalunya). Atteint de sclérose multiple, il est obligé de cesser de travailler en 1973. Sa poésie devient plus intérieure et intimiste. Elle exprime aussi sa lutte contre la maladie. Il devient un des poètes catalans les plus lus et les plus populaires. Ses poèmes sont chantés par des interprètes tels que Lluís Llach, María del Mar Bonet, Teresa Rebull, Arianna Savall.
Ses œuvres complètes sont publiées en quatre volumes de 1989 à 2004.
Le poète cubain Eliseo Diego (1920 – 1994) aimait ce poème de Verlaine.
Le ciel est, par-dessus le toit
Le ciel est, par-dessus le toit, Si bleu, si calme ! Un arbre, par-dessus le toit, Berce sa palme.
La cloche, dans le ciel qu’on voit, Doucement tinte. Un oiseau sur l’arbre qu’on voit Chante sa plainte.
Mon Dieu, mon Dieu, la vie est là, Simple et tranquille. Cette paisible rumeur-là Vient de la ville.
Qu’as-tu fait, ô toi que voilà Pleurant sans cesse, Dis, qu’as-tu fait, toi que voilà, De ta jeunesse ?
Sagesse, 1881.
Oda a la joven luz (Eliseo Diego)
En mi país la luz es mucho más que el tiempo, se demora con extraña delicia en los contornos militares de todo, en las reliquias escuetas del diluvio.
La luz en mi país resiste a la memoria como el oro al sudor de la codicia, perdura entre sí misma, nos ignora desde su ajeno ser, su transparencia.
Quien corteje a la luz con cintas y tambores inclinándose aquí y allá según astucia de una sensualidad arcaica, incalculable, pierde su tiempo, arguye con las olas mientras la luz, ensimismada, duerme.
Pues no mira la luz en mi país las modestas victorias del sentido ni los finos desastres de la suerte, sino que se entretiene con hojas, pajarillos, caracoles, relumbres, hondos verdes.
Y es que ciega la luz en mi país deslumbra su propio corazón inviolable sin saber de ganancias ni de pérdidas. Pura como la sal, intacta, erguida la casta, demente luz deshoja el tiempo.
Los días de tu vida, 1977.
Ode à la jeune lumière
En mon pays la lumière est beaucoup plus que le temps, elle s’attarde avec une étrange délectation sur les contours militaires de toute chose, sur les vestiges épurés du déluge.
La lumière dans mon pays résiste à la mémoire comme l’or à la sueur de la cupidité, elle se perpétue en elle-même, nous ignore depuis la différence de son être, sa transparence.
Quiconque courtise la lumière avec rubans et tambours en s’inclinant de-ci de-là selon la ruse d’une sensualité archaïque, immémoriale, perd son temps, jette ses arguties aux flots tandis que la lumière, tout à elle-même, dort.
Car dans mon pays la lumière ne regarde pas les modestes victoires du sens, ni les désastres raffinés du sort, elle s’amuse de feuilles, de petits oiseaux, de coquillages, de reflets, de verts profonds.
Aveugle, la lumière, dans mon pays, illumine son propre coeur inviolable sans se soucier de gains ni de pertes. Pure comme le sel, intacte, fièrement dressée, la chaste, démente lumière effeuille le temps.
Les jours de ta vie, 1977, in L’obscure splendeur. Traduction : Jean Marc Pelorson. Collection Orphée. La Différence, 1996.
Versiones (Eliseo Diego)
La muerte es esa pequeña jarra, con flores pintadas a mano, que hay en todas las casas y que uno jamás se detiene a ver.
La muerte es ese pequeño animal que ha cruzado en el patio, y del que nos consuela la ilusión, sentida como un soplo, de que es sólo el gato de la casa, el gato de costumbre, el gato que ha cruzado y al que ya no volveremos a ver.
La muerte es ese amigo que aparece en las fotografías de la familia, discretamente a un lado, y al que nadie acertó nunca a reconocer.
La muerte, en fin, es esa mancha en el muro que una tarde hemos mirado, sin saberlo, con un poco de terror.
Versiones, 1970.
Versions
La mort est cette petite jarre, couverte de fleurs peintes à la main, qui est dans toutes les maisons, et sur qui jamais ne s’arrêtent les yeux.
La mort est ce petit animal qui est passé dans la cour et dont on se remet en se disant dans une bouffée d’illusion que ce n’est que le chat de maison, le chat de toujours, le chat qui est passé et qu’on ne reverra plus.
La mort est cet ami qu’on voit sur les photos de famille, discrètement marginal, et que personne n’a jamais réussi à reconnaître.
La mort, enfin, c’est cette tache sur le mur qu’un soir nous avons regardée, sans le savoir, avec un soupçon de terreur.
Versions, 1970, in L’obscure splendeur. Traduction : Jean Marc Pelorson. Collection Orphée. La Différence, 1996.
Eliseo Diego (de son vrai nom Eliseo de Jesús de Diego y Fernández Cuervo) est né le 2 juillet 1920 à La Havane (Cuba). En 1944, c’ est un des fondateurs du groupe Orígenes dont la revue est dirigée par José Lezama Lima (1910-1976), l’auteur de Paradiso (1966. Paradiso, Le Seuil, 1971. Traduction : Didier Coste). Cintio Vitier (1921-2009), son épouse Fina García Maruz (1923-2022) et Eliseo Diego forment un cercle de poètes chrétiens progressistes. Fina est la soeur de Bella, épouse d’Eliseo (1921 – 2006). Celui-ci publie des recueils de poèmes et des récits poétiques en prose. Il obtient le Prix national de littérature pour l’ensemble de son oeuvre en 1986 et le Prix international Juan Rulfo en 1993. Il meurt à Mexico le 1 mars 1994. Il est enterré à La Havane. Gabriel García Márquez l’a présenté comme «uno de los más grandes poetas que hay en la lengua castellana». Son fils est le journaliste et romancier Eliseo Alberto, surnommé ” Lichi ” (1951-2011).
Eliseo Diego a aussi enseigné l’anglais au collège, puis à l’université. De 1962 à 1970, il a dirigé la section de littérature enfantine à la Bibliothèque Nationale José Martí. Il a exercé aussi d’importantes fonctions dans l’Union des Écrivains et Artistes de Cuba. Il était angliciste, mais il a aussi traduit Dante et les poètes russes. Il connaissait mal le français. Dans son oeuvre, on trouve pourtant des allusions à la Chanson de Roland, à François Villon, aux contes de Perrault, à Baudelaire, Verlaine, Flaubert et même à Aloysius Bertrand.
(Marie Paule et Raymond Farina m’incitent régulièrement à relire des poètes que j’aime. Merci à eux une fois de plus.)
Rafael Alberti est né le 16 décembre 1902 à El Puerto de Santa María (province de Cadix). Peintre à ses débuts, il devient ensuite poète car il doit rester cloîtré dans sa chambre pour soigner sa tuberculose. Son premier recueil, Marinero en tierra, reçoit le Prix national de Poésie. En 1932, il épouse María Teresa León (1903-1988), romancière et dramaturge dont les oeuvres devraient être mieux connues. Ils deviennent communistes dans les années 30 et jouent un grand rôle dans les milieux intellectuels pendant le guerre civile ( Alianza de Intelectuales Antifascistas ; revue El Mono azul). Ils vivent en exil ,d’abord en Argentine, ensuite à Rome (Italie) de 1939 à 1977. Rafael Alberti et María Teresa León rentrent en Espagne le 27 avril 1977. Le poète devient cette année-là député communiste. Il obtient le prix Cervantès en 1983. Il meurt dans sa ville natale le 28 octobre 1999. Ses cendres sont dispersées dans la Baie de Cadix. Certains de ses poèmes, mis en musique notamment par Paco Ibáñez, sont très célèbres (A galopar, Balada del que nunca fue a Granada, Muelle del reloj, Nocturno).
Une grande amitié le liait a Federico García Lorca, mais aussi une certaine rivalité poétique.
En esta noche en que el puñal del viento acuchilla el cadáver del verano, yo he visto dibujarse en mi aposento tu rostro oscuro de perfil gitano.
Vega florida. Alfanjes de los ríos, tintos en sangre pura de las flores. Adelfares. Cabañas. Praderíos. Por la sierra, cuarenta salteadores.
Despertaste a la sombra de una oliva, junto a la pitiflor de los cantares. Tu alma de tierra y aire fue cautiva…
Abandonando, dulce, sus altares, quemó ante ti una anémona votiva la musa de los cantos populares.
II
(Primavera)
(Primavera)
Todas mis novias, las de mar y tierra – Amaranta, Coral y Serpentina, Trébol del agua, Rosa y Leontina -, verdes del sol, del aire, de la sierra;
contigo, abiertas por la ventolina, coronándote están sobre las dunas, de amarantos, corales y de lunas de tréboles del agua matutina.
¡Vientos del mar, salid, y, coronado por mis novias, mirad al dulce amigo sobre las altas dunas reclinado!
¡Peces del mar, salid, cantad conmigo: – Pez azul yo te nombro, al desabrigo del aire, pez del monte, colorado!
III
(Verano)
Sal tú, bebiendo campos y ciudades, en largo ciervo de agua convertido, hacia el mar de las albas claridades, del martín-pescador mecido nido;
que yo saldré a esperarte amortecido, hecho junco, a las altas soledades, herido por el aire y requerido por tu voz, sola entre las tempestades.
Deja que escriba, débil junco frío, mi nombre en esas aguas corredoras, que el viento llama, solitario, río.
Disuelto ya en tu nieve el nombre mío, vuélvete a tus montañas trepadoras, ciervo de espuma, rey del monterío.
Marinero en tierra, 1924.
A Federico García Lorca, poète de Grenade
(1924)
I
(automne)
Cette nuit où le vent et son stylet poignardent le cadavre de l’été, j’ai vu, dans ma chambre, se dessiner ton visage brun au profil gitan.
La vega fleurie. Les fleuves, alfanges rougies par le sang virginal des fleurs. Lauriers-roses. Chaumines et prairies. Et dans la sierra, quarante voleurs.
Tu t’es réveillé sous un olivier, avec près de toi la fleur des comptines. Ton âme de terre et brise, captive…
Lors abandonnant, très doux, ses autels, l’ange des chansons est venu brûler devant toi une anémone votive.
II
(printemps)
Toutes mes fiancées, de mer et de terre – Amarante, Corail et Serpentine, Trèfle-de-l’Onde, Rose, Léontine -, vertes du soleil, du vent, des sierras ;
ouvertes par la brise et rassemblées, te couronnent là, au milieu des dunes, d’amarantes, de coraux et de lunes de trèfles de l’onde à l’aube éveillée.
Venez, vents de la mer, et regardez l’ami, couronné par mes fiancées, si doux, incliné sur les hautes dunes !
Venez, poissons des mers, chantons ensemble : – Poisson bleu, je te nomme, à tous les vents, poisson des bois et monts, rouge poisson !
III
(été)
Viens, en t’abreuvant de champs et de villes, et cerf devenu, d’eau long cervidé, rejoins cette mer aux blanches clartés, ce doux nid bercé du martin-pêcheur ;
car je vais aller t’attendre, soumis, et jonc devenu, dans les hauts espaces, blessé par l’air vif tandis que me hêle ta voix solitaire au sein des tempêtes.
Jonc fragile et froid, laisse-moi écrire mon nom sur ces eaux livrées à leur cours que le vent appelle, esseulé, rivière.
Emportant mon nom fondu à ta neige, retourne à tes monts grimpant vers leurs cimes, cerf d’écume, roi de la vénerie.
Marin à terre suivi de L’Amante et de L’aube de la giroflée. 1985. Poésie Gallimard n°474. 2012. Traduction Claude Couffon.