Pablo Neruda – Septiembre I

Valparaíso (Chile). Pablo Neruda. Mural.

Oda a las alas de septiembre

He visto entrar a todos los tejados
las tijeras del cielo:
van y vienen y cortan transparencia:
nadie se quedará sin golondrinas.

Aquí era todo
ropa, el aire espeso
como frazada y un vapor del sal
nos empapó el otoño
y nos acurrucó contra la leña.

En la costa del Valparaíso,
hacía el sur de la Planta Ballenera:
allí todo el invierno se sostuvo
intransferible con su cielo amargo.

Hasta que hoy al salir
volaba el vuelo,
no paré mientes al principio, anduve
aún entumido, con dolor de frío,
y allí estaba volando,
allí volvía
la primavera a repartir el cielo.

Golondrinas de agosto y de la costa,
tajantes, disparadas
en el primer azul,
saetas de aroma:
de pronto respiré las acrobacias
y comprendí que aquello
era la luz que volvía a la tierra,
las proezas del polen en el vuelo,
y la velocidad volvía a mi sangre.
Volví a ser piedra de la primavera.

Buenos días, señores golondrinas
o señoritas o alas o tijeras,
buenos días al vuelo del cielo
que volvió a mi tejado:
he comprendido al fin
que las primeras flores
son plumas de septiembre.

Navegaciones y regresos, 1959.

Federico García Lorca

Federico García Lorca.

Le 18 août 1936, il y a 84 ans, dans le ravin de Viznar, près de Grenade, était assassiné par les franquistes le poète Federico García Lorca.

Gacela de la Muerte Oscura

Quiero dormir el sueño de las manzanas
alejarme del tumulto de los cementerios.
Quiero dormir el sueño de aquel niño
que quería cortarse el corazón en alta mar.

No quiero que me repitan que los muertos no pierden la sangre;
que la boca podrida sigue pidiendo agua.
No quiero enterarme de los martirios que da la hierba,
ni de la luna con boca de serpiente
que trabaja antes del amanecer.

Quiero dormir un rato,
un rato, un minuto, un siglo;
pero que todos sepan que no he muerto;
que haya un establo de oro en mis labios;
que soy un pequeño amigo del viento Oeste;
que soy la sombra inmensa de mis lágrimas.

Cúbreme por la aurora con un velo,
porque me arrojará puñados de hormigas,
y moja con agua dura mis zapatos
para que resbale la pinza de su alacrán.

Porque quiero dormir el sueño de las manzanas
para aprender un llanto que me limpie de tierra;
porque quiero vivir con aquel niño oscuro
que quería cortarse el corazón en alta mar.

Publicada en febrero de 1936. Revista Floresta de Prosa y Verso, n°2. Diván del Tamarit. Primera edición completa en la Revista Hispánica Moderna (Nueva York), 1940.

«Gacela» de la Mort Obscure

Je veux dormir le sommeil des pommes,
Et m’éloigner du tumulte des cimetières.
Je veux dormir le sommeil de cet enfant
Qui voulait s’arracher le coeur en pleine mer.

Je ne veux pas que l’on me répète que les morts ne perdent pas leur sang;
Que la bouche pourrie demande encor de l’eau.
Je ne veux rien savoir des martyres que donne l’herbe,
Ni de la lune avec sa bouche de serpent
Qui travaille avant que l’aube naisse.

Je veux dormir un instant,
Un instant, une minute, un siècle;
Mais que tous sachent bien que je ne suis pas mort;
Qu’il y a sur mes lèvres une étable d’or;
Que je suis le petit ami du vent d’ouest;
Que je suis l’ombre immense de mes larmes.

Couvre-moi d’un voile dans l’aurore,
Car elle me lancera des poignées de fourmis,
Et mouille d’une eau dure mes souliers
Afin que glisse la pince de son scorpion.

Car je veux dormir le sommeil des pommes
Pour apprendre un sanglot qui de la terre me nettoie;
Car je veux vivre avec cet enfant obscur
Qui voulait s’arracher le coeur en pleine mer.

Traduction: Claude Couffon. Bernard Sesé.

Jorge Manrique vers 1440 – 1479

Monument en l’honneur de Jorge Manrique à Paredes de Nava (Palencia).

“Neveu de Gómez Manrique (1412-1490), Jorge Manrique naît probablement à Paredes de Navas, sans doute en 1440. Quatrième fils du grand maître don Rodrigo Manrique (1406-1476) , il est, comme les membres de son illustre famille, soldat de profession, menant une vie liée aux querelles dynastiques. Il fait son éducation à Tolède. Chevalier de l’ordre de Santiago, commandeur de Montizón, partisan de l’infant Alfonso contre Enrique IV, roi “anormal” qui, selon Pierre Vilar, règne sur une cour aux moeurs étranges, il se rallie, à la mort de ce dernier, à la cause de soeur Isabel. La future Reine Catholique prétend à la succession de son frère, contre les partisans de Juana, la fille du roi, tenue pour illégitime et surnommée la Beltraneja. Jorge Manrique meurt, très jeune, les armes à la main, devant la forteresse de Garcí-Muñoz.”

Son oeuvre tient toute entière dans son Cancionero, mais elle doit sa postérité à un moment d’inspiration. Lorsque son père meurt en 1476, il compose une élégie funèbre, les quarante strophes de Coplas a la muerte de su padre. Elles sont une des sources essentielles de la poésie espagnole.

(Notices et notes de l’Anthologie bilingue de la poésie espagnole. Bibliothèque de la Pléiade. NRF, Gallimard. 1995.)

Coplas de Don Jorge Manrique por la muerte de su padre

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiera tiempo pasado
fué mejor.

Pues si vemos lo presente
cómo en un punto s’es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por pasado.
Non se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu’es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
E consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
E más chicos,
Alleguados, son iguales
los que viven por sus manos
E los ricos.

Dexo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
non curo de sus fictiones,
que traen yerbas secretas
sus sabores;
Aquél sólo m’ encomiendo,
aquél sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo
el mundo non conoció
su deidad.
[………………………………………………]

Decidme: la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
el color e la blancura,
cuando viene la vejez,
¿cuál se para?
Las mañas e ligereza
E la fuerça corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud.

[…………………………………………………]

¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes d’ Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invinción
que truxeron?
Las justas e los torneos,
paramentos, bordaduras
e çimeras,
¿fueron sino devaneos?
¿qué fueron sino verduras
de las eras?

¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados e vestidos,
sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
d’amadores?
¿Qué se hizo aquel trobar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel dançar,
aquellas ropas chapadas
que traían?

Pues el otro, su heredero,
don Enrique, ¡qué poderes
alcanzaba!
¡Cuán blando, cuán halaguero
el mundo con sus placeres
se le daba!
Mas verás cuán enemigo,
cuán contrario, cuán cruel
se le mostró;
habiéndole seido amigo,
¡cuán poco duró con él
lo que le dió!
Las dádivas desmedidas,
los edificios reales
llenos d’ oro,
las baxillas tan febridas,
los enriques e reales
del tesoro;
los jaeces, los cavallos
de sus gentes e atavíos
tan sobrados,
¿dónde iremos a buscallos?
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?

Pues su hermano el inocente,
qu’ en su vida sucesor
le ficieron
¡qué corte tan excellente
tuvo e cuánto grand señor
le siguieron!
Mas, como fuese mortal,
metióle la muerte luego
en su fragua.
¡Oh, juïcio divinal,
cuando más ardía el fuego,
echaste agua!

Pues aquel gran Condestable,
maestre que conoscimos
tan privado,
non cumple que dél se hable,
Mas sólo como lo vimos
degollado.
Sus infinitos tesoros,
sus villas y sus lugares,
su mandar,
¿qué le fueron sino lloros?
¿Qué fueron sino pesares
al dexar?

E los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados
como reyes,
C’a los grandes e medianos
truxeron tan sojuzgados
a sus leyes;
aquella prosperidad
qu’en tan alta fue subida
y ensalzada,
¿qué fue sino claridad
que cuando más encendida
fue amatada?

Tantos duques excellentes,
tantos marqueses e condes
e varones
como vimos tan potentes,
di, Muerte, ¿dó los escondes
e traspones?
E las sus claras hazañas
que hicieron en las guerras
y en las paces,
cuando tú, cruda, t’ensañas,
con tu fuerça las atierras
E deshaces.

Las huestes innumerables,
los pendones, estandartes
e banderas,
los castillos impugnables,
los muros e baluartes
e barreras,
la cava honda, chapada,
o cualquier otro reparo,
¿qué aprovecha?
cuando tú vienes airada,
todo lo pasas de claro
con tu flecha.

[…………………………………………………]

«Coplas» sur la mort de son père

Que l’âme endormie s’éveille,
L’esprit s’avive et s’anime,
Contemplant
Comme s’écoule la vie,
Comme s’approche la mort
Tant muette;
Comme le plaisir part vite,
Et, remémoré, qu’il est
Douloureux,
Comme à notre entendement
Tout moment dans le passé
Fut meilleur.

Lors si voyons le présent
Si vitement en allé,
Achevé,
Si nous jugeons sagement,
Nous tiendrons le non venu
Pour passé.
Que nul ne se leurre, non,
Pensant que ce qu’il attend
Durera
Plus que dura ce qu’il vit,
Puisque tout s’écoulera
Mêmement.

Nos vies, elles sont les fleuves
Qui vont se perdre en la mer
Du mourir;
Là s’en vont les seigneuries
Sans détours se consumer
Et s’éteindre;
Là vont les fleuves majeurs,
Là vont les autres, moyens
Ou petits,
Et là deviennent égaux,
Ceux qui vivent de leurs mains
Et les riches.

J’omets les invocations
Des très fameux orateurs
Et poètes;
N’ai cure de leurs fictions,
Elles ont d’herbes secrètes
La saveur.
Á celui-là seul me fie,
Celui seul, en vérité,
Que j’invoque,
Lui qui vécut en ce monde
Où fut sa divinité
Méconnue.

……………………………

Dites- moi, que sont beauté
Gentille fraîcheur et teint
Du visage,
La roseur et la blancheur,
Lorsque vieillesse survient,
Que sont-elles?
L’adresse et l’agilité
Et la force corporelle
De jeunesse,
Tout se mue en pesanteur
Quand on parvient au faubourg
De vieillesse.
……………………………….

Où est le roi Don Juan?
Et les infants d’Aragon
Où sont-ils?
Qu’advint-il de ces galants,
De toutes les inventions
Qu’apportèrent?
Les joutes et les tournois,
Les parements, broderies
Et cimiers,
Que furent sinon chimères,
Que furent-ils sinon herbes
Dans les aires?

Que sont devenues ces dames
Leurs coiffes et vêtements
Leurs parfums?
Que sont devenues les flammes
Des feux où se consumaient
Les amants?
Qu’advint-il de ces trouvères,
Des musiques mélodieuses
Qu’ils jouaient?
Que sont devenues leurs danses,
Et ces robes damassées
Qu’ils portaient?

Et, l’autre, son héritier,
Don Enrique, à quel pouvoir
Parvenait!
Combien doux, combien flatteur
Le monde avec ses plaisirs
Se donnait!
Mais voyez combien adverse,
Combien contraire et cruel
Se montra:
L’ayant comblé d’amitié,
Combien peu dura pour lui
Son offrande.

Les présents démesurés,
Les édifices royaux
Garnis d’or,
Les vaisselles scintillantes,
Les écus et les réaux
Du trésor,
Les harnais et les chevaux
De ses gens et leurs parures
Opulentes,
Où irons-nous les chercher?
Qu’étaient-ils, sinon rosée
Sur les prés?

Et son frère l’innocent,
Que l’on fit son successeur,
Lui vivant,
Qu’excellente fut sa cour,
Et combien de grands seigneurs,
Le suivirent!
Mais comme il était mortel,
L’emporta bientôt la Mort
Dans sa forge.
Ô céleste jugement!
Quand le feu ardait le plus,
L’eau tomba.

Puis ce fameux connétable,
Grand-Maître que nous connûmes
Favori,
Point ne sied d’en dire plus,
Hormis que décapité
Nous le vîmes.
Ses innombrables trésors,
Et ses villes et ses bourgs,
Et ses charges,
Que lui furent, sinon larmes?
Que furent-ils sinon peine,
les quittant?

Aussi les deux autres frères,
Maîtres prospères autant
Que des rois,
Qui les grands et les petits
Fortement assujétirent
Á leurs lois;
Cette prospérité-là
Aux grandes cimes portée
Et louée,
Que fut donc sinon lueur
Qui lorsque plus éclatante
Fut éteinte?

Et tant de ducs renommés,
Tant de marquis et de comtes,
de barons,
Que nous vîmes si puissants,
Dis, Mort, où les caches-tu
Et les gardes?
Toutes les actions fameuses
Qu’ils accomplirent en guerre
Et en paix,
Toi, cruelle, tu t’acharnes,
Et ta force les renverse
Et défait.

Les innombrables armées,
Les pennons, les étendards,
Les bannières,
Les châteaux inexpugnables,
les murailles, les remparts,
Les barrières,
Les fossés forts et profonds,
Où n’importe quel refuge,
Á quoi servent?
Car tu viens irritée,
Tout, à ton gré, tu transperces
de ta flèche.

………………………………………

Coplas, GLM, Paris, 1962. Traduction Guy Lévis-Mano.

Les Coplas ont été traduites par Guy Lévis Mano (Coplas, Éditions GLM, 1962), puis par Guy Debord (Stances sur la mort de son père, Champ libre, 1980, réédition Le Temps qu’il fait, 1996). Serge Fauchereau a publié une traduction en 2005 aux éditions Séquences. Michel Host, une autre en 2011 aux Éditions de l’Atlantique.

Edith Aron – Julio Cortázar

Édith Aron.

Edith Aron est décédée à Londres le 25 mai 2020. Elle avait 96 ans. Julio Cortázar avait utilisé certains aspects de sa personnalité pour construire le personnage de La Sibylle (La Maga) dans son roman Marelle (Rayuela. 1963).

Elle était née dans une famille juive à Hombourg en Sarre en 1923, mais avait émigré avec sa mère en Argentine avant la Seconde Guerre Mondiale. Elle vécut toute sa jeunesse à Buenos Aires. Elle avait rencontré l’écrivain argentin en 1950 dans le bateau qui les menait en France. Elle revenait alors en Europe pour revoir son père qui avait survécu en France à la guerre.

Elle épousa le peintre britannique John Bergin en 1968. Ils eurent une fille Joanna, chanteuse et photographe. Édith Aron et John Bergin vécurent en Argentine, puis en Angleterre. Ils se séparèrent en 1976. Elle traduisit Julio Cortázar en allemand, mais aussi Jorge Luis Borges, Octavio Paz et Silvina Ocampo. Elle vivait dans un petit appartement du quartier St. John’s Wood à Londres.

Rayuela. 1963.

«¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.»

“Horacio y la Maga no tenían nada que ver, él analizaba demasiado todo, ella sólo vivía”.

Elle disait: “Yo no soy La Maga. Yo soy mi propia persona”.

Marelle (Rayuela) a été publié en France chez Gallimard en 1967. Traduction: Laure Guille-Bataillon et Françoise Rosset. Réédition: Collection L’Imaginaire n° 51, Gallimard 1979.

Federico García Lorca

Carta al diplomático, historiador y crítico cubano José María Chacón y Calvo (1882–1969).

[Asquerosa después del 26 de julio de 1923.]

Queridísimo José María

¡Como me alegró tu carta! Pero…fue tardía. Tú debiste contestarme enseguida… Ya no me fío de ti ¡viajero impediente!
Agredezco mucho los elogios de Loynaz; de ese muchacho pálido y febril que tiene una terrible enfermedad de lirios y círculos concéntricos, pero él todavía no me conoce (lo digo con cierto orgullo). Mi alma avanza disolviendo nieblas y revelando cielos con una florecita de angustia y amor sobre la frente; mi alma brinca y canta por perspectivas que Loynaz no supone en este momento. ¡Si vieras que efecto más raro, más frio me produce el que me digan Lorca! Yo soy Federico pero no soy Lorca ¿No lo ves tú así?
Me siento traspasado por todas las cosas. A veces imagino que tengo una coronita de luciérnagas y que yo soy otra cosa. Creo que nunca seremos puros porque poseemos la cualidad de distinguir y juzgar…, pero por más esfuerzos que hago, el viento no quiere darme lección… y he de permanecer así hasta que sea viejecito buscando la cartilla inefable y verdadera de la brisa.
Oye José María, no sabes la alegría que me das con la fundación de esa sociedad de arte popular que tanto bien puede hacer revelando los cauces puros del carácter de España ¡de España! (Me emociono alegremente pensando en mi país.) Yo creo que Falla se pondra contentísimo con esa idea. Mañana voy a Granada unas horas y hablaré con él. Cuéntame de esto más cosas.
La conversación con [Enrique Díez] Canedo en tu casa, la he recordado varias veces y os agredezco con el alma que os acordarais de mí. Canedo es un hombre por quien siento un respeto extraordinario, un gran cariño y mi más honda admiración. No sé si tú sabes (¡casi como Calderón!) que le he pedido un prólogo para el libro de Monge y él me lo ha ofrecido gustoso.
He recibido libros de varios jóvenes poetas portugueses. ¡Ya te hablaré! Abrazos cordiales de

Federico

P.D. Adiós. Ahora mismo comienza una gran tormenta.Los truenos como grandes brasas de hierro negro que rodaran sobre una pendiente de piedra lisa, hacen temblar los cristales de una casa. ¡Señor, acuérdate de los rebaños que viven en el monte de las garbas de trigo abandonadas sobre el rastrojo! Entre la luz cenicienta mi madre y mis hermanas dicen ¡Santo, Santo, Santo!
Yo como el caracol, encojó mis cuernecitos de poesía.

Apeadero de San Pascual. Granada

  • Federico García Lorca fait la connaissance du diplomate cubain José María Chacón y Calvo à Séville en avril 1922 lors de la Semaine Sainte. Ils reviennent ensemble à Grenade avec Manuel de Falla. Chacón y Calvo sera le guide de García Lorca à La Havane quand il y débarquera à partir du 7 mars 1930 après son séjour à New York.
  • Enrique Loynaz Muñoz (1904-1966) était un poète cubain, frère de Dulce María Loynaz (1902-1997), Prix Cervantès en 1992. Federico vient souvent voir la famille Loynaz dans la demeure familiale (“La maison enchantée”) à El Vedado, un quartier de La Havane. Gabriela Mistral et Juan Ramón Jiménez y seront aussi reçus.
  • La famille de García Lorca priait, en disant “¡Santo, Santo, Santo!” pour éloigner le tonnerre et la foudre lors des orages.
La Habana. Centro Cultural Dulce María Loynaz.

Juan Marsé

Juan Marsé chez lui à Barcelone en 2016 (Consuelo Bautista).

Le grand romancier espagnol, Juan Marsé, est mort à l’Hospital Sant Pau de Barcelone samedi 18 juillet. Il avait 87 ans.

Mario Vargas Llosa a déclaré: “Marsé est un des meilleurs auteurs de langue espagnole. Son oeuvre a rendu sa dignité au réalisme littéraire en s’ouvrant au langage de la rue et en triturant férocement les lieux communs.”

Il n’est pas suffisamment connu en France, mais ses romans ont marqué ma génération. Il a été traduit essentiellement chez Christian Bourgois.

Ses trois meilleurs romans sont selon moi:

  • Últimas tardes con Teresa (1966, Seix Barral), Premio Biblioteca Breve.
  • La oscura historia de la prima Montse (1970, Seix Barral).
  • Si te dicen que caí (1973, Novaro), Premio México de Novela.
  • Teresa l’après-midi, traduit par Jean-Marie Saint-Lu, Paris, Christian Bourgois, 1993.
  • L’Obscure Histoire de la cousine Montse, traduit par Michèle Gazier, Paris, Le Sycomore, 1981 ; réédition, Paris, Christian Bourgois, 1989 ; réédition dans une nouvelle traduction de Jean-Marie Saint-Lu, Paris, Éditions Points, coll. « Points » n° P2786, 2012.
  • Adieu la vie, adieu l’amour, traduit par Claude Bleton, Paris, Christian Bourgois, 1992.

Juan Marsé, né Juan Faneca Roca, a perdu sa mère à la naissance. Il a été adopté par le couple Marsé. À treize ans, il travaille comme apprenti joaillier. L’ enfance de Juan Marsé a été marqué par la faim, le froid, le marché noir…et le cinéma. Son chef d’oeuvre (Si te dicen que caí) a été écrit en 1973, mais interdit par la censure en Espagne. Le roman a été primé et publié au Mexique. Il ne sera édité en Espagne, qu’après la mort de Franco en 1975. Juan Marsé recrée la vie à Barcelone après la Guerre civile. L’action se situe vers 1944. L’auteur utilise les aventis, histoires racontées par les enfants des familles de vaincus des quartiers de Barcelone (Carmelo, Guinardó, Gràcia). Si te dicen que caí est à l’origine un vers de l’hymne phalangiste Cara al sol que le romancier catalan utilise dans un sens ironique.

Il a reçu le Prix Cervantes en 2008.

Léon-Marc Lévy a cité dans le Club de la Cause Littéraire ce passage d’ Últimas tardes con Teresa qui décrit Manolo Reyes, el Pijoaparte (Bande à part). Ce jeune charnego, typique des classes populaires et marginales de Barcelone, veut séduire Teresa, belle jeune fille blonde, étudiante issue de la haute bourgeoisie catalane.

«Aquéllos fueron, en realidad, sus únicos juguetes de la infancia, juguetes que nunca había de romper ni relegar al cuarto de los trastos viejos. El chico creció guapo y despierto, con una rara disposición para la mentira y la ternura. (…) De su diario trato con el hambre le quedó una luz animal en los ojos y una especial manera de ladear la cabeza que sólo los imbéciles confundían con la sumisión. Muy pronto conoció de la miseria su verdad más arrogante y más útil: no es posible librarse de ella sin riesgo de la propia vida. Así desde niño necesitó la mentira lo mismo que el pan y el aire que respiraba. Tenía la fea costumbre de escupir a menudo; sin embargo, si se le observaba detenidamente, se notaba en su manera de hacerlo (los ojos repentinamente fijos en un punto del horizonte, un total desinterés por el salivazo y por el sitio donde iba a parar, una íntima y secreta impaciencia en la mirada) esa resolución firme e irrevocable, hija de la rabia, que a menudo inmoviliza el gesto de campesinos a punto de emigrar y de algunos muchachos de provincias que ya han decidido huir hacia las grandes ciudades.»

Teresa, l’après-midi . Traduit de l’espagnol par Jean-Marie Saint-Lu.

“En fait, ce furent là les seuls jouets de son enfance, des jouets qu’il ne devait jamais casser ni mettre au rebut. Il grandit en beauté et en intelligence, avec une disposition rare pour le mensonge et la tendresse. […] De son contact quotidien avec la faim il lui resta une lueur animale dans les yeux et une façon particulière de pencher la tête que seuls les imbéciles prenaient pour de la soumission. Très vite, il connut la vérité la plus arrogante et la plus utile de la misère: qu’il n’est pas possible de s’en délivrer sans risquer sa vie. Ainsi, dès son enfance, il eut besoin de mensonge autant que de pain, autant que de l’air qu’il respirait. Il avait la vilaine habitude de cracher souvent; cependant, si on l’observait attentivement, on remarquait dans sa façon de faire (les yeux fixant soudain un point de l’horizon, un complet désintérêt pour son jet de salive et pour l’endroit où il atterrissait, une intime et secrète impatience dans le regard) cette résolution ferme et irrévocable, fille de la rage, qui souvent fige le visage des paysans sur le point d’émigrer et de certains jeunes provinciaux qui ont pris la décision de s’enfuir un jour vers les grandes villes.”

Quelques citations de l’auteur: «A partir de cierta edad, la felicidad es un referente que está en el pasado.”

“La felicidad es un objetivo circunstancial relacionado con determinados momentos muy concretos, muy fácilmente identificables. Existen formas de felicidad; las puedo precisar sin ninguna dificultad. Para mí, por ejemplo, puede ser incluso una cosa tan sencilla como una canción de Cole Porter en el momento oportuno, casi siempre imprevisto. Y por supuesto una novela de Stevenson o una película de John Ford. Y claro está, la felicidad está relacionada con el amor y con muchísimas otras cosas poco duraderas o poco estables en el tiempo. Pero en términos generales no es algo que me haya obsesionado nunca. Y tampoco me siento particularmente infeliz. Las contrariedades y las adversidades de la vida me parecen lo más natural del mundo; algo ineludible. De todas maneras, yo creo que los momentos más felices de la vida se dan cuando uno consigue dejar de pensar en sí mismo.”

“Durante el franquismo me jodieron los padres y en la democracia me jodieron los hijos, pero siempre me jodieron los mismos.”

Entrevista. El País 5 de febrero de 2011.

“La literatura es un ajuste de cuentas con la vida, porque la vida no suele ser como la esperábamos. Uno busca un sentido a todo esto y a la vez un vago placer estético. ¿Por qué tomarnos tanto trabajo si la literatura no puede cambiar el mundo, no influye en la mejora de nada, ni siquiera cuando denuncia los peores crímenes de la humanidad? No lo sé, pero su origen y su fin está en dar testimonio, tanto de las pesadillas como de los sueños felices de todos nosotros.»

Un día volveré, 1982.

«El olvido es una estrategia del vivir.»

“Nos están cocinando a todos en la olla podrida del olvido, si bien algunos, por si acaso, aún mantenemos el dedo en el gatillo de la memoria.”

Antonio Machado – Federico García Lorca

Cartel en Homenaje a Antonio Machado (Joan Miró) 1966.

Une nuit d’insomnie m’a fait relire ces deux poèmes de Machado et de García Lorca.

Inventario galante
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano,
negras noches sin luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne,
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos.

Tu hermana es clara y débil
como los juncos lánguidos,
como los sauces tristes,
como los linos glaucos.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano…
Y es alba y aura fría
sobre los pobres álamos
que en las orillas tiemblan
del río humilde y manso.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano.

De tu morena gracia
de tu soñar gitano,
de tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Me embriagaré una noche
de cielo negro y bajo,
para cantar contigo,
orilla al mar salado,
una canción que deje
cenizas en los labios…
De tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.

Para tu linda hermana
arrancaré los ramos
de florecillas nuevas
a los almendros blancos
en un tranquilo y triste
alborear de marzo.
Los regaré con agua
de los arroyos claros,
los ataré con verdes
junquillos del remanso…
Para tu linda hermana
yo haré un ramito blanco.

Canciones, 1899-1907.

Inventaire galant

Tes yeux me rappellent
les nuits d’été,
nuits noires sans lune,
sur le bord de la mer salée,
et le scintillement des étoiles
dans le ciel noir et bas.
Tes yeux me rappellent
les nuits d’été.
Et ta chair brune,
les blés brûlés,
et le soupir de feu
des champs mûrs.

Ta soeur est claire et faible
comme les joncs languides,
comme les saules tristes,
comme les lins glauques.
Ta soeur est une étoile
dans l’azur lointain…
Une aube, une brise froide
sur les pauvres peupliers
qui tremblent sur la rive
de l’humble et douce rivière.
Ta soeur est une étoile
dans l’azur lointain.

De ta grâce brune,
de ton songe gitan,
de ton regard d’ombre
je veux emplir mon verre.
Je m’enivrerai une nuit
de ciel noir et bas,
pour chanter avec toi,
au bord de la mer salée,
une chanson qui laissera
des cendres sur les lèvres…
De ton regard d’ombre
je veux emplir mon verre.

Pour ta soeur jolie
j’arracherai les branches
pleines de fleurs nouvelles
des blancs amandiers,
en une aube tranquille
et triste de mars.
Je les arroserai de l’eau
des clairs ruisseaux,
je les enlacerai des joncs
verts qui poussent dans l’eau…
Pour ta soeur jolie
Je ferai un bouquet tout blanc.

Champs de Castille précédé de Solitudes, Galeries et autres poèmes et suivi de Poésies de la guerre. Collection Poésie/Gallimard n° 144, Traduction: Sylvie Léger et Bernard Sesé.

Rafael Alberti, 88 ans et Paco Ibáñez. Récital de poesie et de chansons 21, 22 et 23 mai 1991. Teatro Alcalá Palace de Madrid:

https://www.youtube.com/watch?v=8zPboATGzwQ

El poeta dice la verdad
Quiero llorar mi pena y te lo digo
para que tú me quieras y me llores
en un anochecer de ruiseñores,
con un puñal, con besos y contigo.

Quiero matar al único testigo
para el asesinato de mis flores
y convertir mi llanto y mis sudores
en eterno montón de duro trigo.

Que no se acabe nunca la madeja
del te quiero me quieres, siempre ardida
con decrépito sol y luna vieja.

Que lo que me des y no te pida
será para la muerte, que no deja
ni sombra por la carne estremecida.

Sonetos del amor oscuro

Le poète dit la vérité
Je veux pleurer ma peine et te le dire
pour que tu m’aimes et pour que tu me pleures
par un long crépuscule de rossignols
où poignard et baisers pour toi délirent.

Je veux tuer le seul témoin, l’unique,
qui a pu voir assassiner mes fleurs,
et transformer ma plainte et mes sueurs
en éternel monceau de durs épis.

Fais que jamais ne s’achève la tresse
du je t’aime tu m’aimes toujours ardente
de jours, de cris, de sel, de lune ancienne,

car tes refus rendus à mes silences
se perdront tous dans la mort qui ne laisse
pas même une ombre à la chair frémissante.
Poésies, Tome IV. Collection Poésie/Gallimard n° 185, Traduction: André Belamich.

(Merci à Laura Rambla)

Federico García Lorca – Walt Whitman II

Walt Whitman. 1879.

Ode à Walt Whitman

Par l’East River et le Bronx
les garçons chantaient, montrant leur ceinture
avec la roue, l’huile, le cuir et le marteau.
Quatre-vingt dix mille mineurs tiraient l’argent des rochers
et les enfants dessinaient des escaliers et des perspectives.

Mais aucun ne s’endormait,
aucun ne voulait être rivière,
aucun n’aimait les larges feuilles
ni la langue bleue de la plage.

Par l’East River et le Queensboro
les garçons luttaient avec l’industrie
les Juifs vendaient au faune du fleuve
la rose de la circoncision,
et le ciel lâchait sur les ponts et les toits
des troupeaux de bisons poussés par le vent.

Mais aucun ne s’arrêtait,
aucun ne voulait être nuage,
aucun ne cherchait les fougères
ni la roue jaune du tambourin.

Au lever de la lune
les poulies tourneront pour brouiller le ciel ;
une frontière d’aiguilles cernera la mémoire
et les cercueils emporteront ceux qui ne travaillent pas.

New York de fange,
New York de fil de fer et de mort,
Quel ange portes-tu caché dans ta joue?
Quelle voix parfaite dira la vérité des blés?
Qui dira le sommeil terrible de tes anémones souillées?

Pas un seul instant, beau Walt Whitman,
Je n’ai cessé de voir ta barbe pleine de papillons,
ni tes épaules de panne usées par la lune,
ni tes cuisses d’Apollon virginal,
ni ta voix comme une colonne de cendres,
vieillard beau comme le brouillard
qui gémissait à l’égal d’un oiseau
sexe transpercé d’une aiguille.
Ennemi du satyre,
ennemi de la vigne,
et amant des corps sous la toile grossière.

Pas un seul instant, beauté virile,
qui, parmi les montagnes de charbon, les réclames et les chemins de fer,
rêvait d’être un fleuve et de dormir comme un fleuve
avec ce camarade qui aurait mis dans ta poitrine
cette petite douleur d’innocent léopard.
Pas un seul instant, Adam de sang, mâle,
homme seul sur la mer, beau vieillard Walt Whitman,
parce que sur les terrasses,
groupés dans les bars,
sortant en grappes des égouts,
tremblant entre les jambes des chauffeurs,
ou tournant sur les plates-formes de l’absinthe,
les efféminés, Walt Whitman te suivaient.

Lui aussi! Lui aussi ! et ils se précipitent
sur ta barbe lumineuse et chaste,
Blonds du nord, Noirs du désert,
multitude de cris et de gestes,
comme les chats et comme les serpents,
les efféminés, Walt Whitman, les efféminés,
brouillés de larmes, chair pour le fouet,
la botte ou la morsure du dompteur.

Lui aussi! Lui aussi ! Leurs doigts teints
tintent à l’orée de ton rêve
quand l’ami mange ta pomme
au léger goût de pétrole
et le soleil chante sur le nombril
des garçons qui jouent sous les ponts.

Mais tu ne cherchais pas les yeux égratignés,
ni le sombre marais où dorment les enfants,
ni la salive glacée,
ni les blessures courbes comme des panses de crapaud
que portent les efféminés dans les voitures et aux terrasses
quand la lune les fouette au coin de la terreur.

Tu cherchais un nu qui fût comme un fleuve.
Taureau et songe qui joignît l’algue à la roue,
père de ton agonie, camélia de ta mort,
qui gémirait dans les flammes de ton équateur secret.

Parce qu’il est juste que l’homme ne cherche pas sa jouissance
dans la forêt de sang du proche lendemain.
Le ciel a des plages où éviter la vie
et il y a des corps qui ne doivent pas se répéter dans l’aurore.

Agonie, l’agonie, rêve, ferment et rêve.
Voici le monde ami, agonie, agonie.
Les morts se décomposent sous l’horloge des villes
la guerre passe en pleurant, avec un million de rats gris,
les riches offrent à leurs bien-aimées
de petits moribonds illuminés,
et la vie n’est ni noble, ni bonne, ni sacrée.

L’homme peut s’il le veut conduire son désir
par une veine de corail ou un nu céleste.
Demain, les amours seront des rochers, et le temps
une brise qui vient dormante sous les branches.

C’est pourquoi je n’élève pas la voix, vieux Walt Whitman,
contre l’enfant qui écrit
un nom de fille sur son oreiller
ni contre l’adolescent qui s’habille en mariée
dans l’obscurité de sa chambre,
ni contre les solitaires des casinos
qui boivent avec dégoût l’eau de la prostitution,
ni contre les hommes au regard vert
qui aiment l’homme et brûlent leurs lèvres en silence.
Mais bien contre vous, efféminés des villes
à la chair tuméfiée et aux pensées immondes,
mères de la fange, harpies, ennemies sans trêve
de l’Amour qui partage des couronnes de joie.

Contre vous toujours, qui donnez aux garçons
des gouttes de mort sale et du venin amer.
Contre vous toujours,
Faeries de l’Amérique
Pajaros de La Havane,
Jotos de Mexico,
Sarasas de Cadix,
Apios de Séville,
Cancos de Madrid,
Floras d’Alicante,
Adelaidas du Portugal..

Efféminés du monde entier, assassins de colombes !
Esclaves de la femme, chiens de leurs boudoirs,
ouverts sur les places avec des fièvres d’éventail
ou embusqués dans des paysages desséchés de ciguë.

Pas de quartier ! La mort
sourd de vos yeux
et rassemble ses fleurs grises aux frontières de la fange.
Pas de quartier ! Alerte !
Que les confondus, les purs,
les classiques, les insignes, les suppliants
vous ferment les portes de l’orgie.

Et toi, beau Walt Whitman, dors au rivage de l’Hudson,
la barbe vers le pôle, et les mains ouvertes.
Argile tendre ou neige, ta langue appelle
tes camarades qui veillent ta gazelle sans corps.

Dors, rien ne subsiste.
Une danse de murs agite les prairies
et l’Amérique est submergée de machines et de larmes.
Je veux que l’air violent de la nuit la plus profonde
arrache fleurs et lettres à l’arche où tu dors
et qu’un enfant noir annonce aux blanc de l’or
la venue du règne de l’épi.

Poète à New York suivi de Chant funèbre pour Ignacio Sanchez Mejías et de Divan du Tamarit.
Traduit de l’espagnol par André Belamich. Nouvelle édition en 2016 de Poésies, III.
Collection Poésie/Gallimard n° 30, Gallimard. 1968.

Federico García Lorca – Walt Whitman I

Federico García Lorca.

Federico García Lorca a écrit une magnifique ode au grand Walt Whitman, poète américain qui a eu une influence certaine sur sa vie et son œuvre. Le manuscrit indique comme date de rédaction le 15 juin 1930. Le poète n’a jamais publié l’ode entière en Espagne. Une version a été tirée à trente exemplaires au Mexique en 1933. Une partie de l’ode (les 52 premiers vers) figure dans la seconde édition de la célèbre Poesía española. Antología (Contemporáneos) de Gerardo Diego. (Editorial Signo 1934).  L’ode figure bien sûr dans Poeta en Nueva York, recueil publié dans deux éditions différentes en 1940, une bilingue préparée par Rolfe Humphries chez Norton, et une espagnole préparée par José Bergamín chez Séneca.

On sait que le voyage de García Lorca à New York et à Cuba en 1929 et 1930 fut pour lui une libération sexuelle et littéraire. Il a lu ou relu Walt Whitman à New York. Il a rencontré là-bas le poète León Felipe (1884-1968) qui y vivait depuis 6 ans. Ce dernier connaissait bien l’anglais et traduisait alors le poète américain qu’il a publié en 1941: Canto a mí mismo (Song of myself). Editorial Losada, Buenos Aires.

Selon le biographe de León Felipe, une bonne relation s’établit entre aux deux, malgré leurs différences (Luis Rius, León Felipe, poeta de barro, México, Colección Málaga, 1974.) León Felipe lui a dit : « Él no quería estar dentro del grupo de maricas, de gentes…Él sabía que había otra…y que él tenía otra actitud, porque era de una gran simpatía, lo quería todo el mundo ; hombres, mujeres, niños, y él se sentía querido por todos, y debía de tener la tragedia de que un hombre tan afectuoso como él, y a quien le querían todos, no poder expresar de una manera…, de alguna manera…Luego…de eso sí quisiera…, si habría que hablar con cuidado. »

L’évocation de Walt Whitman est magnifique, mais on a reproché parfois à cette ode d’être homophobe, d’être une croisade contre les « tantes ». Elle reprend, en effet, les préjugés homophobes de l’époque dont Federico García Lorca avait lui-même souffert. Le poète de Grenade craignait qu’on le prenne pour un homme efféminé. On trouve le même type de processus contradictoire et autodestructeur chez Marcel Proust, qui parlait de “race maudite”. Walt Whitman, en revanche, est présenté par García Lorca comme un “bon” homosexuel, viril et non pervers. Luis Cernuda, dans un texte de 1957 Federico García Lorca (1898-1936), recueilli dans Prosa I, Obra completa (Madrid, Siruela. 1994), affirme: « Por eso puede lamentarse que dicho poema sea tan confuso, a pesar de su fuerza expresiva ; pero el autor no quiso advertir que, asumiendo ahí una actitud contradictoria consigo mismo y con sus propias emociones, el poema resultaría contraproducente. Para quien conociese bien a Lorca, el efecto de la Oda a Walt Whitman es de ciertas esculturas inacabadas porque el bloque de mármol encerraba una grieta.»

Oda a Walt Whitman

Por el East River y el Bronx
los muchachos cantaban enseñando sus cinturas,
con la rueda, el aceite, el cuero y el martillo.
Noventa mil mineros sacaban la plata de las rocas
y los niños dibujaban escaleras y perspectivas.

Pero ninguno se dormía,
ninguno quería ser el río,
ninguno amaba las hojas grandes,
ninguno la lengua azul de la playa.

Por el East River y el Queensborough
los muchachos luchaban con la industria,
y los judíos vendían al fauno del río
la rosa de la circuncisión
y el cielo desembocaba por los puentes y los tejados
manadas de bisontes empujadas por el viento.

Pero ninguno se detenía,
ninguno quería ser nube,
ninguno buscaba los helechos
ni la rueda amarilla del tamboril.

Cuando la luna salga
las poleas rodarán para tumbar el cielo;
un límite de agujas cercará la memoria
y los ataúdes se llevarán a los que no trabajan.

Nueva York de cieno,
Nueva York de alambre y de muerte.
¿Qué ángel llevas oculto en la mejilla?
¿Qué voz perfecta dirá las verdades del trigo?
¿Quién el sueño terrible de sus anémonas manchadas?

Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla,
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid,
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.

Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles,
soñabas ser un río y dormir como un río
con aquel camarada que pondría en tu pecho
un pequeño dolor de ignorante leopardo.
Ni un sólo momento, Adán de sangre, macho,
hombre solo en el mar, viejo hermoso Walt Whitman,
porque por las azoteas,
agrupados en los bares,
saliendo en racimos de las alcantarillas,
temblando entre las piernas de los chauffeurs
o girando en las plataformas del ajenjo,
los maricas, Walt Whitman, te señalan.

¡También ése! ¡También! Y se despeñan
sobre tu barba luminosa y casta,
rubios del norte, negros de la arena,
muchedumbres de gritos y ademanes,
como los gatos y como las serpientes,
los maricas, Walt Whitman, los maricas
turbios de lágrimas, carne para fusta,
bota o mordisco de los domadores.

¡También ése! ¡También! Dedos teñidos
apuntan a la orilla de tu sueño
cuando el amigo come tu manzana
con un leve sabor de gasolina
y el sol canta por los ombligos
de los muchachos que juegan bajo los puentes.

Pero tú no buscabas los ojos arañados,
ni el pantano oscurísimo donde sumergen a los niños,
ni la saliva helada,
ni las curvas heridas como panza de sapo
que llevan los maricas en coches y terrazas
mientras la luna los azota por las esquinas del terror.

Tú buscabas un desnudo que fuera como un río,
toro y sueño que junte la rueda con el alga,
padre de tu agonía, camelia de tu muerte,
y gimiera en las llamas de tu ecuador oculto.

Porque es justo que el hombre no busque su deleite
en la selva de sangre de la mañana próxima.
El cielo tiene playas donde evitar la vida
y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora.

Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño.
Éste es el mundo, amigo, agonía, agonía.
Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades,
la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises,
los ricos dan a sus queridas
pequeños moribundos iluminados,
y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada.

Puede el hombre, si quiere, conducir su deseo
por vena de coral o celeste desnudo.
Mañana los amores serán rocas y el Tiempo
una brisa que viene dormida por las ramas.
Por eso no levanto mi voz, viejo Walt Whítman,
contra el niño que escribe
nombre de niña en su almohada,
ni contra el muchacho que se viste de novia
en la oscuridad del ropero,
ni contra los solitarios de los casinos
que beben con asco el agua de la prostitución,
ni contra los hombres de mirada verde
que aman al hombre y queman sus labios en silencio.
Pero sí contra vosotros, maricas de las ciudades,
de carne tumefacta y pensamiento inmundo.
Madres de lodo, Arpías, Enemigos sin sueño
del Amor que reparte coronas de alegría.

Contra vosotros siempre, que dais a los muchachos
gotas de sucia muerte con amargo veneno.
Contra vosotros siempre,
Faeries de Norteamérica,
Pájaros de la Habana,
Jotos de Méjico,
Sarasas de Cádiz,
Ápios de Sevilla,
Cancos de Madrid,
Floras de Alicante,
Adelaidas de Portugal.

¡Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas!
Esclavos de la mujer. Perras de sus tocadores.
Abiertos en las plazas con fiebre de abanico
o emboscadas en yertos paisajes de cicuta.

¡No haya cuartel! La muerte
mana de vuestros ojos
y agrupa flores grises en la orilla del cieno.
¡No haya cuartel! ¡¡Alerta!!
Que los confundidos, los puros,
los clásicos, los señalados, los suplicantes
os cierren las puertas de la bacanal.

Y tú, bello Walt Whitman, duerme a orillas del Hudson
con la barba hacia el polo y las manos abiertas.
Arcilla blanda o nieve, tu lengua está llamando
camaradas que velen tu gacela sin cuerpo.

Duerme: no queda nada.
Una danza de muros agita las praderas
y América se anega de máquinas y llanto.
Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arco donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga.

Dibujo de Federico García Lorca para la Oda a Walt Whitman.

Rubén Darío – Walt Whitman

Walt Whitman autour de la cinquantaine.

Walt Whitman est né le 31 mai 1819 à West Hills, New York (Long Island). Il est mort le 26 mars 1892 à Camden. L’influence du grand poète lyrique américain a été grande sur la littérature en langue espagnole, d’abord à travers Rubén Darío, fondateur du mouvement littéraire moderniste.

Walt Whitman

En su país de hierro vive el gran viejo,
bello como un patriarca, sereno y santo.
Tiene en la arruga olímpica de su entrecejo
algo que impera y vence con noble encanto.

Su alma del infinito parece espejo;
son sus cansados hombros dignos del manto;
y con arpa labrada de un roble añejo,
como un profeta nuevo canta su canto.

Sacerdote que alienta soplo divino,
anuncia en el futuro tiempo mejor.
Dice al águila: «¡Vuela!»; «¡Boga!», al marino,

y «¡Trabaja!», al robusto trabajador.
¡Así va ese poeta por su camino,
con su soberbio rostro de emperador!

Medallones, III, in Azul [1888]

Walt Whitman

Dans son pays de fer vit le grand vieillard,
beau comme un patriarche, saint et serein.
Il y a dans la ride olympique de sa gabelle
quelque chose de noble, de conquérant et d’enchanteur.

Son âme est comme le miroir de l’infini ;
ses épaules éreintées sont dignes de la mante ;
et d’une harpe ouvrée dans du chêne vieilli
tel un nouveau prophète il chante son chant.

Aruspice soufflant un souffle divin,
il annonce pour l’avenir un temps meilleur.
Il dit à l’aigle ; «Vole!»; «Vogue!» au marin,

et «travaille!», au robuste travailleur.
Ainsi va ce poète sur son chemin
avec son visage superbe d’empereur !

Médaillons, III, in Azul, suivi d’un choix de textes, Éditions José Corti, 2012, pp. 117-118. Traduit de l’espagnol (Nicaragua) par Jean-Luc Lacarrière.