Retrato de Juan Ramón Jiménez (Daniel Vázquez Díaz) 1916.
Diario de un poeta recién casado, 1916. (Journal d’un poète jeune marié) “Uno de los libros más vivos y renovadores de la poesía española.” (Lorenzo Oliván). Celui-ci cite deux poèmes dont Soledad. J’ai retrouvé deux traductions en français: l’une de Guy Lévis-Mano (1904-1980), poète, traducteur de poètes espagnols, typographe, imprimeur et éditeur ami de René Char depuis 1936; l’autre de Victor Martinez.
René Char dira de Guy Lévis-Mano dans Guy Lévis-Mano, artisan superbe, préface au Catalogue abrégé 1933-1952 des éditions GLM, Paris, 1956, (repris dans René Char, Dans l’atelier du poète, Gallimard, collection « Quarto », Paris, 1996, p. 745.): « Lorsque la passion de donner l’existence à un recueil de poèmes s’unit à la connaissance de la poésie et de l’art d’imprimer, cela nous apporte d’admirables réussites et rétablit l’objet dans sa plénitude durable. Guy Lévis-Mano est le seul aujourd’hui qui satisfasse à ce souci hautain. Il y consacre sa foi, sa compétence, sa générosité et son enthousiasme. […] L’oasis G.L.M. sur la carte de la Poésie, c’est l’oasis des méharistes de fond ! »
Soledad
1 de febrero
En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late, y no lo siente…
¡Qué plenitud de soledad, mar solo!
Diario de un poeta recién casado, 1916.
Solitude
Tu es toute en toi, mer, et cependant,
comme tu es sans toi, que tu es seule,
et que lointaine, toujours, de toi-même!
Ouverte de mille blessures, sans cesse,
tel mon front,
tes vagues vont, comme mes pensées,
et viennent, vont et viennent,
se baisant, s’écartant,
en un éternel se connaître,
mer, et ne plus se connaître.
Tu es toi, et tu ne le sais,
ton coeur te bat, et ne le sent pas…
Quelle plénitude en solitude, mer seule!
Journal d’un poète jeune marié. Traduction: Guy Lévis-Mano.
Portrait de Guy Lévis-Mano (Valentine Hugo). 1945.
Solitude
En toi tu es toute, mer, et cependant,
comme tu es sans toi, comme tu es seule,
et loin, toujours, de toi-même!
Ouverte de mille blessures, sans cesse,
tel mon front,
tes vagues vont, comme mes pensées,
et viennent, vont et viennent,
se baisant, s’écartant,
en un éternel se connaître,
mer, et ne plus se connaître éternel.
Tu es toi, et tu ne le sais pas,
ton coeur bat, et il ne le sent pas…
Quelle plénitude solitude, mer seule!
Journal d’un poète jeune marié. 2009. Traduit par Victor Martinez. Librairie La Nerthe éditeur / Collection classique.
Libros sagrados y sobados, libros devorados, devoradores, secretos, en las faltriqueras: Nietzsche, con olor a membrillos, y subrepticio y subterráneo, Gorki caminaba conmigo. Oh aquel momento mortal en las rocas de Víctor Hugo cuando el pastor casa a su novia después de derrotar al pulpo, y El Jorobado de París sube circulando en las venas de la gótica anatomía. Oh, María, de Jorge Isaacs, beso blanco en el día rojo de las haciendas celestes que allí se inmovilizaron con el azúcar mentiroso que nos hizo llorar de puros.
Los libros tejieron, cavaron, deslizaron su serpentina y poco a poco, detrás de las cosas, de los trabajos, surgió como un olor amargo con la claridad de la sal el árbol del conocimiento.
Memorial de Isla Negra, 1964.
Les livres
Livres sacrés et tout écornés, livres dévorés, dévorants, secrets, dans les poches : Nietzsche sentait le coing, et comme en fraude et souterrain Gorki m’accompagnait. Ô ce moment fatal où, sur les rochers de Victor Hugo, le berger marie sa promise après avoir vaincu la pieuvre ou lorsque le Bossu de Notre-Dame circule en volant sur les veines de la gothique anatomie. Ô María de Jorge Isaacs, baiser tout blanc dans le jour rouge des haciendas célestes qui s’immobilisèrent avec ce sucre mensonger qui nous fit pleurer, nous étions si purs.
Les livres tissèrent, creusèrent,
déroulèrent leur serpentin
et peu à peu, derrière
les choses, les travaux,
surgit comme une odeur amère
et avec la clarté du sel
l’arbre du savoir.
Mémorial de l’Île Noire, Gallimard, 1970. Traduction: Claude Couffon.
Relire encore et encore les poètes de la Génération de 1927.
Como el viento
Como el viento a lo largo de la noche, Amor en pena o cuerpo solitario, Toca en vano a los vidrios, Sollozando abandona las esquinas;
O como a veces marcha en la tormenta,
Gritando locamente,
Con angustia de insomnio,
Mientras gira la lluvia delicada;
Si, como el viento al que un alba le revela
Su tristeza errabunda por la tierra,
Su tristeza sin llanto,
Su fuga sin objeto;
Como él mismo extranjero,
Como el viento huyo lejos.
Y sin embargo vine como luz.
Un río, un amor, 1929.
Comme le vent
Comme le vent tout au long de la nuit, Amour en peine ou bien corps solitaire, En vain touche les vitres, Abandonne en sanglots les carrefours ;
Ou comme parfois il marche dans la tourmente,
En criant follement,
Angoissé d’insomnie,
Tandis que tourne la pluie délicate ;
Oui, comme le vent à qui l’aube révèle
Sa tristesse errante sur la terre,
Sa tristesse sans pleurs,
Sa fuite sans objet ;
Comme lui-même étranger,
Comme le vent je fuis au loin.
Pourtant je suis venu comme lumière.
Un fleuve, un amour. Editions Fata Morgana. 1985. Traduction: Jacques Ancet.
Ce poème a été écrit le 10 mai 1929 à Toulouse. Son ancien professeur à l’Université de Séville, le poète Pedro Salinas, l’aida à obtenir, à la fin de l’année 1928, un poste de lecteur à l’École Normale de Toulouse. Il y travaillera pendant sept mois. Gerardo Diego publiera ce texte dans sa célèbre anthologie Poesía española: antología 1915- 1931. Madrid, 1932. On y retrouve davantage l’influence romantique que surréaliste.
Le poète et architecte Joan Margarit est décédé hier à Sant Just Desvern (Barcelone). Il avait obtenu le Prix Cervantès en 2019 qu’il n’avait pu recevoir qu’en décembre 2020, en petit comité à cause de la pandémie. «Soy un poeta catalán, pero también castellano, coño» avait-il affirmé en 2019 en déposant ses archives à l’Instituto Cervantes de Madrid.
Descansa en paz, poeta.
La presse espagnole a publié à l’occasion un poème inédit:
Commovedora indiferència
Pensava que em quedava encara temps
per entendre el profund significat
de deixar d’exisitir. Ho comparava
amb el desinterès, l’oblit, el son profund
les cases on vam viure ui on no hem tornat mai més.
Pensava que ho anava comprenent,
que anava alliberant-me de l’enigma.
Però era molt lluny, encara, de saber
que jo no m’allibero. M’allibera la mort:
permet, indiferent,
que m’acosti a alguna veritat.
Inexplicablement, això m’emociona.
Animal de bosc.
Conmovedora indiferencia
Pensé que me quedaba todavía
tiempo para entender la honda razón
de dejar de existir. Lo comparaba
con el desinterés, con el olvido,
con las horas del sueño más profundo,
pensando en esas casas donde un día vivimos
y a las que no hemos vuelto nunca.
Pensaba que lo iba comprendiendo,
que me iba liberando del enigma.
Pero estaba muy lejos de saber
que yo no me libero. Me libera la muerte,
permite, indiferente,
que me vaya acercando hasta alguna verdad.
Inexplicablemente, esto me ha emocionado.
Nostalgie de Madrid!
La glorieta de Quevedo est une place importante du quartier de Chamberí à Madrid. Au centre se trouve une sculpture de l’écrivain espagnol du Siècle d’or en marbre de Carrare, œuvre d’ Agustín Querol (1860-1909). Elle date de 1902.
Quatre sculptures allégoriques (la Satire, la Poésie, la Prose et l’Histoire) apparaissent sur le socle en calcaire.
La calle de Fuencarral, la calle de San Fernando et la calle de Bravo Murillo débouchent sur cette place. La statue se trouvait primitivement Plaza de Alonso Martínez. José Ángel Valente a dédié un poème à cette statue .
José Ángel Valente.
A Don Francisco de Quevedo, en piedra
«cavan en mi vivir mi monumento»
Yo no sé quién te puso aquí, tan cerca –alto entre los tranvías y los pájaros– Francisco de Quevedo, de mi casa.
Tampoco sé qué mano
organizó en la piedra tu figura
o sufragó los gastos,
los discursos, la lápida,
la ceremonia, en fin, de tu alzamiento.
Porque arriba te han puesto y allí estás
y allí, sin duda alguna, permaneces,
imperturbable y quieto,
igual a cada día,
como tú nunca fuiste.
Bajo cada mañana
al café de la esquina,
resonante de vida,
y sorbo cuanto puedo
el día que comienza.
Desde allí te contemplo en pie y en piedra,
convidado de tal piedra que nunca
bajarás cojeando
de tu propia cojera
a sentarte en la mesa que te ofrezco.
Arriba te dejaron
como una teoría de ti mismo,
a ti, incansable autor de teorías
que nunca te sirvieron
más que para marchar como un cangrejo
en contra de tu propio pensamiento.
Yo me pregunto
qué haces allá arriba, Francisco
de Quevedo, maestro,
amigo, padre,
con quien es grato hablar,
difícil entenderse,
fácil sentir lo mismo:
cómo en el aire rompen
un sí y un no sus poderosas armas,
y nosotros estamos
para siempre esperando
la victoria que debe
decidir nuestra suerte.
Yo me pregunto si en la noche lenta, cuando el alma desciende a ras de suelo, caemos en la especie y reina el sueño, te descuelgas de tanta altura, dejas tu máscara de piedra, corres por la ciudad, tientas las puertas con que el hombre defi ende como puede su secreta miseria y vas diciendo a voces:
– Fue el soy un será, pero en el polvo un ápice hay de amor que nunca muere.
¿O acaso has de callar
en tu piedra solemne,
enmudecer también,
caer de tus palabras,
porque el gran dedo un día
te avisara silencio?
Dime qué ves desde tu altura.
Pero tal vez lo mismo. Muros, campos,
solar de insolaciones. Patria. Falta
su patria a Osuna, a ti y a mí y a quien
la necesita.
Estamos
todos igual y en idéntico amor
podría comprenderte.
Hablamos
mucho de ti aquí abajo, y día a día
te miro como ahora, te saludo
en tu torre de piedra,
tan cerca de mi casa,
Francisco de Quevedo, que si grito
me oirás en seguida.
Ven entonces si puedes,
si estás vivo y me oyes
acude a tiempo, corre
con tu agrio amor y tu esperanza – cojo,
mas no del lado de la vida – si eres
el mismo de otras veces.
Poemas a Lázaro (1955-1960). Madrid, Índice, 1960 (Premio de la Crítica 1961).
Madrid. Glorieta de Quevedo. Estatua al escritor (Agustín Querol, 1902).
Quevedo était laid et boiteux, myope (en espagnol, los quevedos ce sont les lorgnons). Il avait deux passions: la politique et l’écriture. Cet homme incarne toutes les contradictions de l’Espagne décadente de son époque. Il est réactionnaire et arriviste. Il attaque férocement la “nouvelle poésie”, et particulièrement Góngora et Lope de Vega. Il connaîtra l’exil et la prison. C’est un maître de l’écriture conceptiste. Son oeuvre considérable a une grande influence sur Rubén Darío, César Vallejo, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Octavio Paz, Miguel de Unamuno, Ramón del Valle-Inclán, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Miguel Hernández, Blas de Otero, Camilo José Cela…
Amor constante más allá de la muerte est un poème très célèbre. Il a été analysé par de nombreux critiques. Il se referme sur un des vers les plus terribles de la poésie espagnole et transgresse toutes les lois religieuses, païennes et chrétiennes. Il existe deux belles traductions en français: l’une de Claude Esteban, l’autre de Jacques Ancet.
Amor constante más allá de la muerte (Francisco de Quevedo)
Cerrar
podrá mis ojos la postrera
sombra, que me llevare el blanco
día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán
ansioso lisonjera;
mas
no, de esotra parte, en la ribera
dejará la memoria en donde
ardía;
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el
respeto a ley severa;
Alma
a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto
fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
su
cuerpo dejará no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá
sentido.
Polvo serán, mas polvo enamorado.
El Parnaso español, 1648
Constance de l’amour au-delà de la mort
Voiler pourra mes yeux l’ombre dernière
Qu’un jour m’apportera le matin blanc,
Et délier cette âme encore mienne
L’heure flatteuse au fil impatient;
Mais non sur cette rive-ci de la rivière
Ne laissera le souvenir, où il brûla :
Ma flamme peut nager parmi l’eau froide
Et manquer de respect à la sévère loi.
Âme, à qui tout un dieu a servi de prison,
Veines, qui à tel feu avez donné vos sucs,
Moelle, qui glorieuse avait brulé,
Vous laisserez le corps, non le souci ;
Vous serez cendre, mais sensible encore ;
Poussière aussi, mais poussière amoureuse.
Monuments de la mort. Traduction Claude Esteban. Paris, Deyrolle, 1992.
Amour constant au-delà de la mort
Clore pourra mes yeux l’ombre dernière
Que la blancheur du jour m’apportera,
Cette âme mienne délier pourra
l’Heure, à son vœu brûlant prête à complaire;
Mais point sur la rive de cette terre
N’oubliera la mémoire, où tant brûla;
Ma flamme sait franchir l’eau et son froid,
Manquer de respect à la loi sévère.
Âme dont la prison fut tout un Dieu,
Veines au flux qui nourrit un tel feu,
Moelle qui s’est consumée, glorieuse,
Leur corps déserteront, non leur tourment;
Cendre seront, mais sensible pourtant;
Poussière aussi, mais poussière amoureuse.
Les Furies et les peines. Traduction: Jacques Ancet. NRF Poésie/Gallimard n°463. 2011.
J’ai relu un poème de Jorge Luis Borges, Cambridge, qui se trouve dans le recueil Elogio de la sombra.
Les trois derniers vers trouvés par hasard sur Twitter m’ont frappé.
Cambridge
Nueva Inglaterra y la mañana.
Doblo por Craigie.
Pienso (yo lo he pensado)
que el nombre Craigie es escocés
y que la palabra crag es de origen celta.
Pienso (ya lo he pensado)
que en este invierno están los antiguos inviernos
de quienes dejaron escrito
que el camino esta prefijado
y que ya somos del Amor o del Fuego.
La nieve y la mañana y los muros rojos
pueden ser formas de la dicha,
pero yo vengo de otras ciudades
donde los colores son pálidos
y en las que una mujer, al caer la tarde,
regará las plantas del patio.
Alzo los ojos y los pierdo en el ubicuo azul.
Más allá están los árboles de Longfellow
y el dormido río incesante.
Nadie en las calles, pero no es un domingo.
No es un lunes,
el día que nos depara la ilusión de empezar.
No es un martes,
el día que preside el planeta rojo.
No es un miércoles,
el día de aquel dios de los laberintos
que en el Norte fue Odin.
No es jueves,
el día que ya se resigna al domingo.
No es un viernes,
el día regido por la divinidad que en las selvas
entreteje los cuerpos de los amantes.
No es un sábado.
No está en el tiempo sucesivo
sino en los reinos espectrales de la memoria.
Como en los sueños
detrás de las altas puertas no hay nada,
ni siquiera el vacío.
Como en los sueños,
detrás del rostro que nos mira no hay nadie.
Anverso sin reverso,
moneda de una sola cara, las cosas.
Esas miserias son los bienes
que el precipitado tiempo nos deja.
Somos nuestra memoria,
somos ese quimérico museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos.
Elogio de la sombra, 1969.
Jorge Luis Borges vouait une profonde admiration à Paul-Jean Toulet (1867-1920) et aux Contrerimes, « recueil paru dans les années vingt, qui l’enchantait et qu’il plaçait, avec certitude et constance au pinacle de la poésie française. » (Jean Pierre Bernés, Jorge Luis Borges : La vie commence…, Paris, Le Cherche Midi, 2010, pp. 48-49)
« Il y a aussi un poète français que j’aime beaucoup et je crois qu’il est presque oublié en France ou qu’on ne fait que l’étudier, par exemple, dans les histoires de la littérature, ce qui est une façon d’avoir disparu ou d’être mort, non, d’appartenir à l’histoire de la littérature. Et c’est un poète du Sud de la France, Toulet, […] moi, je savais beaucoup de ses Contrerimes par cœur […] » (Jorge Luis Borges, DVD 1, 1ère partie, entretien avec Jean-José Marchand)
Il pouvait réciter par coeur la première des Romances sans musique,
En Arles.
Dans Arle, où sont les Aliscans, Quand l’ombre est rouge, sous les roses, Et clair le temps
Prends garde à la douceur des choses.
Lorsque tu sens battre sans cause
Ton coeur trop lourd;
Et que se taisent les colombes:
Parle tout bas, si c’est d’amour,
Au bord des tombes.
La cople 53 était la préférée de Jorge Luis Borges.
LIII
Voici que j’ai touché les confins de mon âge.
Tandis que mes désirs sèchent sous le ciel nu,
Le temps passe et m’emporte à l’abyme inconnu,
Comme un grand fleuve noir, où s’engourdit la nage.
Coples. Les Contrerimes. NRF Poésie/Gallimard. 1979. Page 140.
Jour palindrome. En espagnol “día capicúa” (du catalan “cap i cua” = tête et queue).
Nous attendons la naissance de Gabriel à Madrid ce jour. Notre petit-fils va naître un jour palindrome…
Le plus célèbre palindrome espagnol est anonyme: «Dábale arroz a la zorra el abad.» («Il lui donnait du riz, à la renarde, l’abbé»)
Une nouvelle de Julio Cortázar, Satarsa, (Deshoras, 1982. Heures indues, Gallimard, 1986) tourne autour du palindrome Atar a la rata (Attacher le rat). On trouve en épigraphe un autre palindrome, de Juan Filloy celui-là: Adán y raza, azar y nada.
Dans Lejana (Bestiario 1951. Gîtes, Gallimard, 1968), le personnage principal, Alina Reyes, commente le fait qu’elle passe son temps à faire des jeux de mots et à répéter des palindromes: “Los fáciles, salta Lenin el atlas; amigo, no gima; los más difíciles y hermosos, átale, demoníaco Caín, o me delata; Anás usó tu auto, Susana”.
Juan Filloy.
Le roi du palindrome semble bien être l’écrivain et juriste argentin Juan Filloy (1894-2000), décédé à Córdoba (Argentine) à plus de 105 ans. Il en aurait écrit 8 000. Par exemple: Acaso hubo búhos acá. Adán y raza, azar y nada. Allí va Ramón y no maravilla. Al reparto, otra perla. Amad a la dama. Amada dama. A Mercedes ese de crema. Amargor pleno con el programa. Amigo, no gima. Amó la paloma. Amo la pacífica paloma. Amor a Roma. Ana lava lana. Ana lleva al oso la avellana. Ana lleva nenes al abad, al reconocerla, dábala Senén avellana. Anás usó tu auto, Susana. Anita lava la tina. Anita, la gorda lagartona, no traga la droga latina. Anita patina. A ruda metralla he de hallarte madura. Así le ama Elisa. Así mal oirá Sor Rosario la misa. Así Ramona va, no Marisa. A sor Paloma Fidel le difamó la prosa. A su margen negra musa. Atale, demoníaco Caín, o me delata. Atar a la rata. Ateo por Arabia iba raro poeta. De cera pareced. Échele leche. Edipo lo pide. Ella te dará detalle. Ese bello sol le bese. Eso lo dirá mi marido, lo sé. Eva usaba rimel y le miraba suave. Isaac no ronca así. La moral, claro, mal. La ruta natural. La ruta nos aportó otro paso natural. Le avisará Sara si va él. Le vino dote de todo nivel. Luz azul. No bajará Sara el jabón. No di mi decoro, cedí mi don. Nos ideó Edison. No traces en ese cartón. Obeso, lo sé: sólo sebo. O dolor o lodo. Oír a Darío. Oirás orar a Rosario. ¡Ojo! corre poco perro cojo. O rey o joyero. Robaba oro a babor. Roza las alas al azor. Saca tú butacas. Sale el as. Salta Lenin el Atlas. Sarita Sosa es idónea en odiseas o sátiras. Se es o no se es. Se laminan animales. Sí, lo sé Solís. Si peca Hebe donde su sed no debe, hace pis… Si tragar era gratis… Sólo di sol a los ídolos. Sólo diseca la fe de falaces ídolos. Sometamos o matemos. Somos o no somos. Sor Rebeca hace berros. ¡Sosa ya pagó su soga, payasos! Subo tu autobús. ¡Y él alababa la ley! Yo de lo mínimo le doy.
Le poète vénézuélien Darío Lancini (1932-2010) fait preuve lui aussi d’une remarquable agilité verbale. Il est connu pour son oeuvre Oír a Darío (Monte Ávila Editores, 1975) qui réunit trente de ses palindromes. Le plus court n’ a que quatre mots: «Yo hago yoga hoy». L’un d’eux, fait unique en espagnol, en comporte 750, un record (Ubú Rey).
Après la publication de son livre, Julio Cortázar lui écrivit cette lettre admirative:
París 13/3/77
Amigo Darío Lancini, acabo de recibir por Sergio Pitol su maravilloso OÍR A DARÍO. Gracias, muchas gracias por estas horas fascinantes que he pasado con su libro. Un libro interminable porque se vuelve a él una y otra vez, a solas y con los amigos, en plena calle, en pleno sueño.
Me ha hecho usted un regalo que no olvidaré nunca. Al mostrarnos así las dos caras del espejo, nos enriquece en poesía, nos entraña aún más en el vértigo de la palabra. Gracias.
Con un abrazo,
Su amigo Julio Cortázar.
Un autre exemple remarquable de Darío Lancini:
Amor Azul
Amor azul
Ramera, de todo te di.
Mariposa colosal, sí,
yo de todo te di.
Poda la rosa, Venus.
El átomo como tal
es un evasor alado.
Pide, todo te doy: isla,
sol, ocaso, pirámide.
Todo te daré: mar, luz, aroma.
(Merci à Jean-François M. et à Nathalie de C.)
In girum imus nocte et consumimur igni . Guy Debord, édition critique (Éditions Gérard Lebovici, 1990).
Soria. Cerro de los Moros desde el castillo y la ermita de San Saturio (J. C. Hervás).
La spéculation immobilière menace les paysages qui entourent Soria et qu’ ont immortalisés les poètes Antonio Machado et Gustavo Adolfo Bécquer. Voir la pétition lancée par notre amie Carmen Heras Uriel.
Julio Llamazares a publié dans le journal El País hier un bel article qui rappelle l’importance de la préservation de cet endroit magnifique: Paisaje y memoria.
“Decía alguien que los paisajes no existen hasta que los colonizan los escritores o los pintores y esa curva de ballesta que el río Duero traza a los pies de Soria es el ejemplo más claro de que es así. La mirada de Antonio Machado compuso ese lugar para nosotros y ya siempre será como él lo cantó en sus versos, impregnado el paisaje de la emoción que a él le produjo y que es ya patrimonio de todos independientemente de su propiedad real. El paisaje es memoria y como tal nos pertenece a todos, y más en el caso de que constituya un patrimonio cultural y estético, como es el de Soria para su suerte.
Hasta el Romanticismo el paisaje era el decorado del teatro de la vida de los hombres, el telón el fondo del escenario que para nada o muy poco influía en la obra, pero hoy ya sabemos que el paisaje es algo más y lo sabemos por personas como Machado, gente que entendió muy pronto que el paisaje es el alma de las personas, el espejo que refleja sus emociones y sus deseos y que los guarda cuando desaparecen.” (Julio Llamazares)
Antonio Machado. Campos de Castilla. Fac-similé de la couverture de l’édition de 1912.
Campos de Soria (Antonio Machado)
I
Es la tierra de Soria, árida y fría.
Por las colinas y las sierras calvas,
verdes pradillos, cerros cenicientos,
la primavera pasa
dejando entre las hierbes olorosas
sus diminutas margaritas blancas.
La tierra no revive, el campo sueña.
Al empezar abril está nevada
la espalda del Moncayo;
el caminante lleva en su bufanda
envueltos cuello y boca, y los pastores
pasan cubiertos con sus luengas capas.
II
Las tierras labrantías,
como retazos de estameñas pardas,
el huertecillo, el abejar, los trozos
de verde oscuro en que el merino pasta,
entre plomizos peñascales, siembran
el sueño alegre de infantil Arcadia.
En los chopos lejanos del camino,
parecen humear las yertas ramas
como un glauco vapor -las nuevas hojas-
y en las quiebras de valles y barrancas
blanquean los zarzales florecidos,
y brotan las violetas perfumadas.
III
Es el campo ondulado, y los caminos
ya ocultan los viajeros que cabalgan
en pardos borriquillos,
ya al fondo de la tarde arrebolada
elevan las plebeyas figurillas,
que el lienzo de oro del ocaso manchan.
Mas si trepáis a un cerro y veis el campo
desde los picos donde habita el águila,
son tornasoles de carmín y acero,
llanos plomizos, lomas plateadas,
circuídos por montes de violeta,
con las cumbre de nieve sonrosada.
IV
¡ Las figuras del campo sobre el cielo !
Dos lentos bueyes aran
en un alcor, cuando el otoño empieza,
y entre las negras testas doblegadas
bajo el pesado yugo,
pende un cesto de juncos y retama,
que es la cuna de un niño;
y tras la yunta marcha
un hombre que se inclina hacia la tierra,
y una mujer que en las abiertas zanjas
arroja la semilla.
Bajo una nube de carmín y llama,
en el oro fluido y verdinoso
del poniente, las sombras se agigantan.
V
La nieve. En el mesón al campo abierto se ve el hogar donde la leña humea y la olla al hervir borbollonea. El cierzo corre por el campo yerto, alborotando en blancos torbellinos la nieve silenciosa. La nieve sobre el campo y los caminos cayendo está como sobre una fosa. Un viejo acurrucado tiembla y tose cerca del fuego; su mechón de lana la vieja hila, y una niña cose verde ribete a su estameña grana. Padres los viejos son de un arriero que caminó sobre la blanca tierra y una noche perdió ruta y sendero, y se enterró en las nieves de la sierra. En torno al fuego hay un lugar vacío, y en la frente del viejo, de hosco ceño, como un tachón sombrío – tal el golpe de un hacha sobre un leño -. La vieja mira al campo, cual si oyera pasos sobre la nieve. Nadie pasa. Desierta la vecina carretera, desierto el campo en torno de la casa. La niña piensa que en los verdes prados ha de correr con otras doncellitas en los días azules y dorados, cuando crecen las blancas margaritas.
VI
¡ Soria fría, Soria pura, cabeza de Extremadura, con su castillo guerrero arruinado, sobre el Duero; con sus murallas roídas y sus casas denegridas !
¡ Muerta ciudad de señores,
soldados o cazadores;
de portales con escudos
de cien linajes hidalgos,
y de famélicos galgos,
de galgos flacos y agudos,
que pululan
por las sórdidas callejas,
y a la medianoche ululan,
cuando graznan las cornejas !
¡ Soria fría ! La campana
de la Audiencia da la una.
Soria, ciudad castellana
¡ tan bella ! bajo la luna.
VII
¡ Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, oscuros encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de Soria, mística y guerrera,
hoy siento por vosotros, en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor ! ¡ Campos de Soria
donde parece que las rocas sueñan,
conmigo vais ! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas !…
VIII
He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria – barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra -.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
¡ Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo váis, mi corazón os lleva !
IX
¡ Oh, sí ! Conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita,
me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella ?
¡ Gente del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas,
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza !
Campos de Castilla. 1912.
Terres de Soria
I
La terre de Soria est aride et froide.
Sur les collines et les sierras pelées
sur les vertes prairies, sur les coteaux de cendre,
le printemps passe
laissant entre les herbes odorantes
ses minuscules pâquerettes blanches.
La terre ne revit pas, la campagne songe.
Quand arrive avril, le flanc du Moncayo
de neige est recouvert ;
le voyageur a le cou et la bouche
enveloppés dans son écharpe et les bergers
passent revêtus de leurs longues capes.
II
Les terres de labour
comme des morceaux d’étamine brune,
le potager, la ruche, les carrés
de vert sombre où paissent les moutons
au milieu de rochers de plomb sèment
un rêve joyeux d’enfantine Arcadie.
Sur les peupliers éloignés du chemin
des branches raides semblent s’élever
comme une vapeur glauque – les feuilles nouvelles –
et dans les fentes des vallées et des ravins
les ronceraies en fleur sont toutes blanches
et poussent les violettes parfumées.
III
Dans les champs ondulés, les chemins
tantôt cachent les voyageurs
montant de petits ânes gris,
tantôt sur le fond du soir rougeoyant
élèvent des silhouettes plébéiennes
qui sur la toile d’or du couchant se détachent.
Mais si vous grimpez sur une colline et que du haut
des pics où habite l’aigle vous regardez les champs,
tout n’est que chatoiement de carmin et d’acier,
plaines couleur de plomb, mamelons argentés,
cernés de montagnes violettes,
aux cimes enneigées de rose.
IV
Les silhouettes des champs sur le ciel !
Deux bœufs labourent lentement
sur un coteau, quand commence l’automne.
Entre les deux têtes noires
penchées sur le joug pesant
pend un panier de jonc et de genêt
qui est le berceau d’un enfant ;
et derrière l’attelage marchent
un homme incliné vers le sol
et une femme qui dans les sillons ouverts
jettent la semence.
Sous un nuage de carmin et de flamme,
dans l’or fluide et verdoyant
du couchant, les ombres grandissent démesurément.
V
La neige. Dans l’auberge sur la campagne ouverte on voit l’âtre où fument les bûches et où la marmite bouillonne. La bise court sur les champs gelés, soulevant en blancs tourbillons la neige silencieuse. Sur les champs et sur les chemins la neige tombe comme sur une fosse. Blotti près du feu un vieil homme tremble et tousse, la vielle file sa touffe de laine, et une fillette coud un galon vert à sa bure grenat. Les vieux sont les parents d’un muletier qui cheminait sur la terre blanche, et une nuit perdit la route et le sentier et s’ensevelit dans les neiges de la sierra. Près du feu il y a une place vide, et sur le front renfrogné du vieillard, comme une tache sombre, – telle sur un tronc la marque de la hache – . La vieille regarde la campagne comme si elle entendait des pas sur la neige. Nul ne passe. La route voisine, déserte. Déserte la campagne autour de la maison. La fillette songe qu’avec ses amies sur les vertes prairies elle ira courir dans les jours bleus et dorés, quand pousseront les blanches marguerites.
VI
Soria du froid, Soria pure,
capitale d’Estrémadure,
avec son château guerrier
tombant en ruine, sur le Douro,
avec ses murailles rongées
et ses maisons toutes noircies !
Morte cité de grands seigneurs,
soldats ou bien chasseurs;
aux porches ornés d’écussons
de cent lignées faméliques,
aux lévriers maigres et fins
qui pullulent
le long des ruelles sordides,
et qui à la minuit hululent,
lorsque croassent les corneilles !
Soria du froid ! La cloche sonne
une heure au tribunal.
Soria, cité castillane,
si belle ! Sous la lune.
VII
Collines argentées, coteaux grisâtres, rocailles violacées où le Douro dessine sa courbe d’arbalète autour de Soria, obscures chênaies, champs de cailloux, sauvages, sierras pelées, chemins tout blancs, peupliers du rivage, soirs de Soria, mystique et guerrière, aujourd’hui je ressens pour vous au fond du coeur une tristesse, une tristesse qui est amour! Champs de Soria où l’on dirait que rêvent les rochers, je vous emporte en moi ! Collines argentées, coteaux de gris, rochers de pourpre !…
VIII
Je suis revenu voir les peupliers dorés,
Peupliers du chemin sur le rivage
du Douro, entre San Polo et San Saturio,
au-delà des vieilles murailles
de Soria – barbacane tournée
vers l’Aragon, en terre castillane.
Ces peupliers de la rivière, qui accompagnent du bruissement de leurs feuilles sèches le son de l’eau, quand le vent souffle, ont sur l’écorce, gravées, des initiales qui sont des noms d’amoureux, des chiffres qui sont des dates. Peupliers de l’amour dont les branches hier étaient remplies de rossignols; peupliers qui serez demain les lyres du vent parfumé au printemps; peupliers de l’amour près de l’eau qui coule, passe et songe, peupliers des berges du Douro, vous êtes en moi, mon coeur vous emporte !
IX
Oui, vous êtes en moi, campagnes de Soria, soirs tranquilles, monts de violette, allées de peupliers le long de la rivière, Oh ! Verte rêverie du sol gris et de la terre brune âcre mélancolie de la ville décrépite, vous êtes parvenus jusqu’au fond de mon âme ou bien vous étiez là, peut-être, tout au fond ? Gens du haut plateau de Numance qui gardez Dieu ainsi que vieilles chrétiennes, que le soleil d’Espagne vous emplisse de joie, de lumière, de richesses !
Poésies. Paris, Gallimard, 1980. Traduction: Sylvie Léger, Bernard Sesé.
(Pour Julia, née le 3 février 2021 à Burgos, et Gabriel, attendu cette semaine à Madrid.)
Dejaría en este libro toda mi alma. Este libro que ha visto conmigo los paisajes y vivido horas santas.
¡Qué pena de los libros
que nos llenan las manos
de rosas y de estrellas
y lentamente pasan!
¡Qué tristeza tan honda
es mirar los retablos
de dolores y penas
que un corazón levanta!
Ver pasar los espectros
de vidas que se borran,
ver al hombre desnudo
en Pegaso sin alas,
ver la vida y la muerte, la síntesis del mundo, que en espacios profundos se miran y se abrazan.
Un libro de poesías
es el otoño muerto:
los versos son las hojas
negras en tierras blancas.
Y la voz que los lee
es el soplo del viento
que los hunde en los pechos,
-entrañables distancias-.
El poeta es un árbol
con frutos de tristeza
y con hojas marchitas
de llorar lo que ama.
El poeta es el médium
de la Naturaleza
que explica su grandeza
por medio de palabras.
El poeta comprende
todo lo incomprensible,
y a cosas que se odian,
él, amigas las llama.
Sabe que los senderos
son todos imposibles,
y por eso de noche
va por ellos en calma.
En los libros de versos, entre rosas de sangre, van desfilando las tristes y eternas caravanas
que hicieron al poeta cuando llora en las tardes, rodeado y ceñido por sus propios fantasmas.
Poesía es amargura,
miel celeste que mana
de un panal invisible
que fabrican las almas.
Poesía es lo imposible
hecho posible. Arpa
que tiene en vez de cuerdas
corazones y llamas.
Poesía es la vida que cruzamos con ansia esperando al que lleva sin rumbo nuestra barca.
Libros dulces de versos
son los astros que pasan
por el silencio mudo
al reino de la Nada,
escribiendo en el cielo
sus estrofas de plata.
¡Oh, qué penas tan hondas
y nunca remediadas,
las voces dolorosas
que los poetas cantan!
Dejaría en el libro este toda mi alma…
Asquerosa (luego Valderrubio) , 7 de agosto de 1918. Otros poemas sueltos.
Il s’agit du premier manifeste poétique de Federico García Lorca. Il l’a rédigé en 1918 et se considère écrivain et poète depuis peu. En 1944, Antonio Gallego Morell a publié ce texte dans la revue La Estafeta Literaria (n.º 16). Federico l’ avait écrit sur un exemplaire des Poesías Completas d’Antonio Machado (Ediciones de la Residencia de Estudiantes) qu’il avair remis à Antonio Gallego Burín (1895-1961), son ami d’alors. Celui-ci sera maire de Grenade et gouverneur civil de la province sous le franquisme. Cette version du texte est celle des Oeuvres complètes, publiées par Aguilar en 1968. Une autre version, légèrement différente, se trouve dans les archives de la famille du poète. Celui-ci avait l’habitude de recopier plusieurs fois ses poèmes.
Federico García Lorca ne portait pas dans son coeur la bourgeoisie rance de sa ville.
«Diálogo con García Lorca». 10 de junio de 1936. Diario El Sol. Encuentro entre el periodista , pintor, dibujante y caricaturista catalán Luis Bagaría i Bou (1882-1940). y Federico García Lorca.
“¿Tú crees que fue un momento acertado devolver las llaves de tu tierra granadina?
Fue un momento malísimo aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únicas en el mundo para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a una “tierra del chavico”, donde se agita actualmente la peor burguesía de España.”