(Gracias a ManuSM)
9. Los aviones
Los aviones requieren un capítulo aparte. Lo primero que se me ocurre es que tiene que ser un buen negocio, dada la abundancia de compañías aéreas. Lo segundo que se me ocurre es que volar ya no es viajar, sino solo moverse, o desplazarse, o más bien hacer colas, apretujarse, comprimirse.
Ya nadie viaja.
El viaje no existe. Lo que la gente hace es sufrir, pagar, e intentar dormir en un espacio físico indigno. Porque las compañías aéreas dividen los aviones en espacios minúsculos, en donde solo los liliputienses pueden viajar dignamente.
Tiene gracia eso: para viajar dignamente en un avión actual tienes que ser un liliputiense o un niño de seis años.
No hay urbanidad aquí.
Mejor viajar contemplando un mapa.
Los mapas antiguos son más humanos que los aviones modernos.
Los aeropuertos son todos hostiles y feos, aunque estén diseñados por grandes arquitectos, porque son solo lugares de paso, llenos de ruido, llenos de gente temerosa de perder su vuelo, o de que se retrase su vuelo, o de que cancelen su vuelo.
Lo mejor de los aeropuertos son las tiendas de marcas de lujo. Yo ne he visto nunca nadie comprar en esas tiendas.»
Nueva teoría de la urbanidad. Editorial: Carreño Books. Edición exclusiva para los lectores y amigos de la Fnac. Octubre de 2019.