Portrait d’Arthur Rimbaud (Pablo Picasso). 13 décembre 1960.
Arthur Rimbaud, l’adolescent génial et révolté, est très tôt devenu un mythe en France et dans le monde.
Ses identités multiples et contradictoires ont permis tant aux catholiques (Paterne Berrichon, Isabelle Rimbaud, Paul Claudel) qu’aux progressistes de s’approprier sa figure (Paul Éluard, Louis Aragon, Pablo Neruda)
Je crois que son influence a été plus grande dans le monde anglo-saxon (Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Bob Dylan, Patti Smith) que dans le monde hispanique.
Pourtant, elle est évidente chez Pablo Neruda, particulièrement dans Residencia en la tierra (1935).
Le poète chilien cite une phrase d’Adieu (Une saison en enfer 1873-75) lors son discours de réception du Prix Nobel de Littérature le 13 décembre 1971.
Discurso pronunciado con ocasión de la entrega del Premio Nobel de Literatura.
« Voici exactement cent ans, un poète pauvre et splendide, le plus atroce des désespérés, écrivait cette prophétie : « À l’aurore, armés d’une ardente patience, nous entrerons aux splendides villes. » « Je crois en cette prophétie de Rimbaud, le voyant. Je viens d’une obscure province, d’un pays séparé des autres par un coup de ciseaux de la géographie. J’ai été le plus abandonné des poètes et ma poésie a été régionale, faite de douleur et de pluie. Mais j’ai toujours eu confiance en l’homme. Je n’ai jamais perdu l’espérance. Voilà pourquoi je suis ici avec ma poésie et mon drapeau. En conclusion, je veux dire aux hommes de bonne volonté, aux travailleurs, aux poètes, que l’avenir tout entier a été exprimé dans cette phrase de Rimbaud ; ce ne sera qu’avec une ardente patience que nous conquerrons la ville splendide qui donnera lumière, justice et dignité à tous les hommes. Et ainsi la poésie n’aura pas chanté en vain. » .
“Hace hoy cien años exactos, un pobre y espléndido poeta, el más atroz de los desesperados, escribió esta profecía: « A l’aurore, armés dune ardente patience, nous entrerons aux splendides villes. » (Al amanecer, armados de una ardiente paciencia entraremos en las espléndidas ciudades.) Yo creo en esa profecía de Rimbaud, el vidente. Yo vengo de una oscura provincia, de un país separado de todos los otros por la tajante geografía. Fui el más abandonado de los poetas y mi poesía fue regional, dolorosa y lluviosa. Pero tuve siempre confianza en el hombre. No perdí jamás la esperanza. Por eso tal vez he llegado hasta aquí con mi poesía, y también con mi bandera. En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.”
Casa de Pablo Neruda de Isla Negra (Chile).
Dans sa maison d’Isla Negra, au bord du Pacifique, on peut remarquer en bonne place les photos de Walt Whitman, de Charles Baudelaire, mais aussi celle d’Arthur Rimbaud.
Pablo Neruda a écrit dans les années 50, pour le centenaire de la naissance du poète de Charleville, une bien curieuse ode à ” l’homme aux semelles de vent. “
Oda a Jean Arthur Rimbaud (Pablo Neruda)
Ahora en este octubre cumplirás cien años, desgarrador amigo. ¿Me permites hablarte? Estoy solo, en mi ventana el Pacífico rompe su eterno trueno oscuro. Es de noche.
La leña que arde arroja sobre el óvalo de tu antiguo retrato un rayo fugitivo. Eres un niño de mechones torcidos, ojos semicerrados, boca amarga. Perdóname que te hable como soy, como creo que serías ahora, te hable de agua marina y de leña que arde, de simples cosas y sencillos seres.
Te torturaron y quemaron tu alma, te encerraron en los muros de Europa y golpeabas frenético las puertas. Y cuando ya pudiste partir ibas herido, herido y mudo, muerto.
Muy bien, otros poetas dejaron un cuervo, un cisne, un sauce, un pétalo en la lira, tú dejaste un fantasma desgarrado que maldice y escupe y andas aún sin rumbo, sin domicilio fijo, sin número, por las calles de Europa, regresando a Marsella, con arena africana en los zapatos, urgente como un escalofrío, sediento, ensangrentado, con los bolsillos rotos, desafiante, perdido, desdichado.
No es verdad que te robaste el fuego, que corrías con la furia celeste y con la pedrería ultravioleta del infierno, no es así, no lo creo, te negaban la sencillez, la casa, la madera, te rechazaban, te cerraban puertas, y volabas entonces, arcángel iracundo, a las moradas de la lejanía, y moneda a moneda, sudando y desangrando tu estatura querías acumular el oro necesario para la sencillez, para la llave, para la quieta esposa, para el hijo, para la silla tuya, el pan y la cerveza.
En tu tiempo sobre las telarañas ancho como un paraguas se cerraba el crepúsculo y el gas parpadeaba soñoliento. Por la Commune pasaste niño rojo, y dio tu poesía llamaradas que aún suben castigando las paredes de los fusilamientos. Con ojos de puñal taladraste la sombra carcomida, la guerra, la errabunda cruz de Europa. Por eso hoy, a cien años de distancia, te invito a la sencilla verdad que no alcanzó tu frente huracanada, a América te invito, a nuestros ríos, al vapor de la luna sobre las cordilleras, a la emancipación de los obreros, a la extendida patria de los pueblos, al Volga electrizado, de los racimos y de las espigas, a cuanto el hombre conquistó sin misterio, con la fuerza y la sangre, con una mano y otra, con millones de manos.
A ti te enloquecieron, Rimbaud, te condenaron y te precipitaron al infierno. Desertaste la causa del germen, descubridor del fuego, sepultaste la llama y en la desierta soledad cumpliste tu condena. Hoy es más simple, somos países, somos pueblos, los que garantizamos el crecimiento de la poesía, el reparto del pan, el patrimonio del olvidado. Ahora no estarías solitario.
Poema escrito en el centenario del nacimiento de Rimbaud, 1954.
Nuevas odas elementales. Buenos Aires, Editorial Losada, 1955.
J’ai lu dans Charlie Hebdo du 4 octobre 2023 l’article de Philippe Lançon (Le torrent Neruda) sur le Quarto Gallimard Résidersur la terre. Oeuvres choisies que je conseille à nouveau. Les traductions ont été revues, mais Claude Couffon était un très bon traducteur. Merci à lui pour son travail sur Federico García Lorca et Miguel Hernández particulièrement.
VI
Paz para los crepúsculos que vienen, paz para el puente, paz para el vino, paz para las letras que me buscan y que en mi sangre suben enredando el viejo canto con tierra y amores, paz para la ciudad en la mañana cuando despierta el pan, paz para el río Mississippi, río de las raíces: paz para la camisa de mi hermano, paz en el libro como un sello de aire, paz para el gran koljós de Kíev, paz para las cenizas de estos muertos y de estos otros muertos, paz para el hierro negro de Brooklyn, paz para el cartero de casa en casa como el dia, paz para el coreógrafo que grita con un embudo a las enredaderas, paz para mi mano derecha, que sólo quiere escribir Rosario: paz para el boliviano secreto como una piedra de estaño, paz para que tú te cases, paz para todos los aserraderos de Bío Bío, paz para el corazón desgarrado de España guerrillera: paz para el pequeño Museo de Wyoming en donde lo más dulce es una almohada con un corazón bordado, paz para el panadero y sus amores y paz para la harina: paz para todo el trigo que debe nacer, para todo el amor que buscará follaje, paz para todos los que viven: paz para todas las tierras y las aguas.
Yo aquí me despido, vuelvo a mi casa, en mis sueños, vuelvo a la Patagonia en donde el viento golpea los establos y salpica hielo el Océano. Soy nada más que un poeta: os amo a todos, ando errante por el mundo que amo: en mi patria encarcelan mineros y los soldados mandan a los jueces. Pero yo amo hasta las raíces de mi pequeño país frío. Si tuviera que morir mil veces allí quiero morir: si tuviera que nacer mil veces allí quiero nacer, cerca de la araucaria salvaje, del vendaval del viento sur, de las campanas recién compradas. Que nadie piense en mí. Pensemos en toda la tierra, golpeando con amor en la mesa. No quiero que vuelva la sangre a empapar el pan, los frijoles, la música: quiero que venga conmigo el minero, la niña, el abogado, el marinero, el fabricante de muñecas, que entremos al cine y salgamos a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
IX Qué despierte el leñador. Canto general. 1950.
VI
Paix pour les crépuscules qui s’avancent, paix pour le pont, paix pour le vin, paix pour les lettres qui me cherchent et montent dans mon sang, y emmêlant le vieux chant et la terre, les amours, paix pour la ville au petit jour quand s’éveille le pain, paix pour le fleuve des racines, pour le Mississippi : paix pour la chemise de mon prochain, paix dans le livre comme un sceau de vent, paix pour Kiev et son grand kolkhoze, paix pour les cendres de ces morts et de ces autres morts, paix pour le fer noir de Brooklyn, paix pour le facteur qui se rend de maison en maison comme le jour, paix pour le chorégraphe qui crie ses paroles dans un entonnoir, aux volubilis, paix pour ma main droite qui ne veut écrire que Rosario : paix pour le Bolivien secret comme une pierre d’étain, paix pour que tu te maries, paix pour toutes les scieries du Bío Bío, paix pour le coeur écartelé de l’Espagne guérillera : paix pour le petit musée du Wyoming où le plus doux est un coussin avec un coeur brodé, paix pour le boulanger et ses amours et paix pour la farine : paix pour tout le blé à naître, pour tout l’amour qui cherchera la frondaison, paix pour tous ceux qui vivent : paix pour toutes les terres et les eaux.
Je prends congé, je rentre chez moi, dedans mes rêves, je retourne à cette Patagonie où le vent frappe les étables et où l’Océan disperse la glace. Je ne suis qu’un poète et je vous aime tous, je vais errant par le monde que j’aime : dans ma patrie on emprisonne les mineurs et le soldat commande au juge. Mais j’aime, moi, jusqu’aux racines de mon petit pays si froid. Si je devais mourir cent fois, c’est là que je veux mourir, si je devais naître cent fois, c’est là aussi que je veux naître, près de l’araucaria sauvage, des bourrasques du vent du sud, des cloches depuis peu acquises. Que personne ne pense à moi. Pensons à toute la terre, frappons amoureusement sur la table. Je ne veux pas revoir le sang imbiber le pain, les haricots noirs, la musique : je veux que viennent avec moi le mineur, la fillette, l’avocat, le marin et le fabricant de poupées, que nous allions au cinéma, que nous sortions boire le plus rouge des vins.
Je ne veux rien résoudre.
Je suis venu ici chanter, je suis venu
afin que tu chantes avec moi.
IX Que s’éveille le bûcheron. Chant général. 1950. Traduction Claude Couffon révisée par Stéphanie Decante.
Collection NRF Poésie/Gallimard n° 182. 1984. Traduction Claude Couffon. Première parution 1977.
Lago Fagnano (Kami). Isla Grande de Tierra del Fuego (Argentina).
La Maison de l’Amérique Latine (217 Boulevard Saint-Germain. 75007-Paris) rend hommage à Pablo Neruda, 50 ans après sa mort. Un après-midi de rencontres a été organisé le dimanche 24 septembre à la Maison Elsa Triolet-Aragon (Moulin de Villeneuve à Saint-Arnoult-en-Yvelines).
Le 2 octobre 2023, à 19 heures, à la Maison de l’Amérique Latine, aura lieu la présentation du livre Résider sur la terre (Œuvres choisies. Quarto-Gallimard) en compagnie de Patrick Straumann, modérateur, de Stéphanie Decante et Waldo Rojas. Projection de photos tirées du Quarto, et poèmes lus par Jean-Marie Thiédey.
Traduction de l’espagnol (Chili) par Claude Couffon, Stéphanie Decante, Jean-Francis Reille, Waldo Rojas, Bernard Sesé et Sylvie Sesé-Léger. Édition de Stéphanie Decante.
Ce recueil fait de Résidence sur la terre le pivot central de l’œuvre de Neruda. Il retrace la trajectoire poétique et intellectuelle du grand poète chilien, au-delà de sa légende. Le Prix Nobel de Littérature 1971 a participé aux principales mutations artistiques du XX ème siècle. Il fut avant-gardiste, compagnon de route des poètes espagnols de la Génération de 1927 et précurseur de la poésie engagée. Son écriture originelle, son expression dense et sensuelle qui célèbre la matière, tend ensuite à une simplicité marquée par une vision plus grave et ironique. On peut découvrir aussi dans ce livre sa collaboration avec de nombreux artistes (Sergio Larraín, Antonio Quintana, Federico García Lorca, José Venturelli).
J’ai relu Memorial de Isla Negra qui a été publié en 1964. Pablo Neruda avait 60 ans. L’oeuvre est composée de 5 parties : Donde nace la lluvia, La luna en el laberinto. El fuego cruel. el cazador de raíces. Sonata crítica. Il s’agit d’une autobiographie poétique, une oeuvre de maturité où on ressent une certaine désillusion face aux rêves de jeunesse. On y retrouve imbriqués des événements personnels, des souvenirs, des réflexions et la quête des paysages et de la nature du Chili.
La traduction de Claude Couffon date de 1970. On peut aussi la lire dans la Collection Poésie Gallimard n°117. Elle a été légèrement révisée par Stéphanie Decante. J’ai choisi trois poèmes tirés du Quarto Gallimard.
Patagonias
I
Áspero territorio extremo sur del agua : recorri los costados, los pies, los dedos fríos del planeta, desde arriba mirando el duro ceño, tercos montes y nieve abandonada, cúpulas del vacío, viendo, como una cinta que se desenrolla bajo las alas férreas la hostilidad de la naturaleza.
Aquí, cumbres de sombra, ventisqueros, y el infinito orgullo que hace resplandecer las soledades, aquí, en alguna cita con raíces o sólo con el ímpetu del viento debo de haber nacido.
Tengo que ver, tengo deberes puros con esta claridad enmarañada y me pesa el espacio en el pasado como si mi pequeña historia humana se hubiera escrito a golpes en la nieve y ahora yo descubriera mi propio nombre, mi estupor silvestre, la volcánica estatua de la vida.
II
La patria se descubre pétalo a pétalo bajo los harapos porque de tanta soledad el hombre no extrajo flor, ni anillo, ni sombrero : no encontró en estos páramos sino la lengua de los ventisqueros, los dientes de la nieve, la rama turbulenta de los ríos. Pero a mí me sosiegan estos montes, la paz huraña, el cuerpo de la luna repartido como un espejo roto.
Desde arriba acaricio mi propia piel, mis ojos, mi tristeza, y en mi propia extensión veo la sombra : mi propia Patagonia : pertenezco a los ásperos conflictos, de alguna inmensa estrella que cayó derrotándome y sólo soy una raíz herida del torpe territorio : me quemó la ciclónea nieve, las astillas del hielo, la insistencia del viento, la crueldad clara, la noche pura y dura como una espina. Pido a la tierra, al destino, este silencio que me pertenece.
Memorial de Isla negra. Editorial Losada, 1964.
Patagonie
I
Âpre territoire, extrême sud de l’eau : j’ai parcouru les flancs, les pieds, les doigts froids de la planète, de tout là-haut j’ai regardé les durs sourcils froncés, les monts butés, la neige abandonnée, les coupoles du vide. J’ai vu comme un ruban qui se déroule sous les ailes de fer l’hostilité de la nature.
Ici, des cimes d’ombre, des glaciers, et cet orgueil sans fin qui fait briller de tous leurs feux les solitudes, ici, de quelque rendez-vous avec les racines ou de la seule fougue du vent, il me semble que je suis né.
J’ai un lien, j’ai des devoirs purs envers cette clarté aux rais enchevêtrés. L’espace dans le passé me harcèle comme si ma petite histoire humaine par à-coups dans la neige avait été écrite et qu’à présent je découvrais mon propre nom, ma stupeur de forêt, la volcanique statue de la vie.
II
La patrie se découvre pétale à pétale sous les haillons car l’homme n’a extrait d’une aussi grande solitude ni fleur ni anneau ni chapeau : il n’a trouvé sur cette haute nudité que la langue des glaciers, les dents de la neige, la branche turbulente des rivières. Pourtant moi, ils me tranquillisent ces monts et cette paix farouche et la corps de la lune éparpillé comme un miroir brisé.
De tout là-haut je caresse ma propre peau, mes yeux, ma tristesse, et sur ma propre étendue je vois l’ombre : ma propre Patagonie : j’appartiens aux âpres conflits, d’une étoile immense qui en s’abattant me vainquit, je ne suis qu’une racine blessée du territoire maladroit : j’ai senti me brûler la neige cyclonale et les échardes de la glace, l’insistance du vent, la cruauté claire, la nuit limpide et dure comme une épine. Je demande à la terre, au destin, ce silence qui m’appartient.
Memorial d’Isla Negra, 1964. Traduction : Claude Couffon, révisée par Stéphanie Decante. Gallimard, résider sur la terre. Œuvres choisies. Gallimard, Quarto, 2023.
La verdad
Os amo idealismo y realismo, como agua y piedra sois partes del mundo, luz y raíz del árbol de la vida.
No me cierren los ojos aun después de muerto, los necesitaré aún para aprender, para mirar y comprender mi muerte.
Necesita mi boca para cantar después, cuando no exista. Y mi alma y mis manos y mi cuerpo para seguirte amando, amada mía.
Sé que no puede ser, pero esto quise.
Amo lo que no tiene sino sueños.
Tengo un jardín de flores que no existen.
Soy decididamente triangular.
Aún echo de menos mis orejas, pero las enrrollé para dejarlas en un puerto fluvial del interior de la República de Malagueta.
No puedo más con la razón al hombro.
Quiero inventar el mar de cada día.
Vino una vez a verme un gran pintor que pintaba soldados. Todos eran heróicos y el buen hombre los pintaba en el campo de batalla muriéndose de gusto.
También pintaba vacas realistas y eran tan extremadamente vacas que uno se iba poniendo melancólico y dispuesto a rumiar eternamente.
Execración y horror! Leí novelas interminablemente bondadosas y tantos versos sobre el Primero de Mayo que ahora escribo sólo sobre el 2 de ese mes.
Parece ser que el hombre atropella el paisaje y ya la carretera que antes tenía cielo ahora nos agobia con su empecinamiento comercial.
Así suele pasar con la belleza como si no quisiéramos comprarla y la empaquetan a su gusto y modo.
Hay que dejar que baile la belleza con los galanes más inaceptables, entre el día y la noche: no la obliguemos a tomar la píldora de la verdad como una medicina.
Y lo real? También, si duda alguna, pero que nos aumente, que nos alargue, que nos haga fríos, que nos redacte tanto el orden del pan como el del alma.
A susurrar! ordeno al bosque puro, a que diga en secreto su secreto y a la verdad: No te detengas tanto que te endurezcas hasta la mentira.
No soy rector de nada, no dirijo, y por eso atesoro las equivocaciones de mi canto.
Memorial de Isla negra. Editorial Losada, 1964.
La vérité
Idéalisme et réalisme, je vous aime, Comme l’eau et la pierre vous êtes parties du monde, lumière et racine de l’arbre de la vie.
Non, ne me fermez pas les yeux. lorsque j’aurai cessé de vivre, j’en aurai besoin pour apprendre pour regarder et comprendre ma mort.
Il me faut ma bouche pour chanter après qu’elle aura disparu. Et mon âme, et mes mains, mon corps pour continuer à t’aimer, ma douce.
C’est impossible, je le sais, pourtant je l’ai voulu.
J’aime ce qui n’a que des rêves.
J’ai un jardin tout de fleurs qui n’existent pas.
Je suis résolument triangulaire.
Et je regrette encore mes oreilles, mais je les ai enveloppées pour les laisser dans un port, sur un fleuve à l’intérieur de la République de Malagueta.
Je suis las de porter la raison sur l’épaule.
Je veux inventer la mer quotidienne.
Un jour j’ai reçu la visite d’un peintre de talent qui peignait des soldats. Tous étaient des héros et le brave homme les peignait en plein feu sur le champ de bataille mourant comme à plaisir.
Et il peignait aussi des vaches réalistes, si réalistes et si parfaites, si parfaites qu’on se sentait, rien qu’à les voir, mélancolique et prêt à ruminer jusqu’à la fin des siècles.
Horreur et abomination ! J’ai lu des romans-fleuves de bonté et tant de vers à la gloire du Premier Mai que je n’écris plus désormais que sur le Deux du même mois.
Il semble bien que l’homme bouscule fort le paysage et cette route qui avait un ciel auparavant maintenant nous écrase de son entêtement commercial.
Il en va de même avec la beauté, et comme si nous refusions de l’acheter, ils l’emballent à leur goût et à leur mode.
La beauté, laissons-la danser avec ses courtisans les plus inacceptables, entre le plein jour et la nuit ; ne la contraignons pas à avaler comme un médicament la pilule de vérité.
(Et le réel ? Il nous le faut, sans aucun doute, mais que ce soit pour nous grandir, pour nous rendre plus vastes, pour nous faire frémir, pour rédiger ce qui pour nous doit être l’ordre du pain tout autant que l’ordre de l’âme.)
Sussurez ! tel est mon ordre aux forêts pures, qu’elles disent en secret ce qui est leur secret, et à la vérité : Cesse donc de stagner, tu te durcis jusqu’au mensonge. Je ne suis pas recteur, je ne dirige rien, et voilà pourquoi j’accumule les erreurs de mon chant.
Memorial d’Isla Negra, 1964. Traduction : Claude Couffon, révisée par Stéphanie Decante. Gallimard, résider sur la terre. Œuvres choisies. Gallimard, Quarto, 2023.
Salvador Allende. Pablo Neruda.
Tal vez tenemos tiempo
Tal vez tenemos tiempo aún para ser y para ser justos. De una manera transitoria ayer se murió la verdad y aunque lo sabe todo el mundo todo el mundo lo disimula: ninguno le ha mandado flores: ya se murió y no llora nadie.
Tal vez entre olvido y apuro tendremos la oportunidad un poco antes del entierro de nuestra muerte y nuestra vida para salir de calle en calle, de mar en mar, de puerto en puerto, de cordillera en cordillera, y sobre todo de hombre en hombre, a preguntar si la matamos o si la mataron otros, si fueron nuestros enemigos o nuestro amor cometió el crimen, porque ya murió la verdad y ahora podemos ser justos.
Antes debíamos pelear con armas de oscuro calibre y por herirnos olvidamos para qué estabamos peleando.
Nunca se supo de quién era la sangre que nos envolvía, acusábamos sin cesar, sin cesar fuimos acusados, ellos sufrieron, y sufrimos, y cuando ya ganaron ellos y también ganamos nosotros había muerto la verdad de antigüedad o de violencia. Ahora no hay nada que hacer: todos perdimos la batalla.
Por eso pienso que tal vez por fin pudiéramos ser justos o por fin pudiéramos ser: tenemos este último minuto y luego mil años de gloria para no ser y no volver.
Memorial de Isla negra. Editorial Losada, 1964.
Nous avons peut-être le temps
Nous avons peut-être le temps encore d’être, et d’être justes. D’une manière provisoire la vérité est morte hier, cela tout le monde le sait bien que chacun le dissimule : elle n’a point reçu de fleurs : elle est morte et nul ne la pleure.
Entre l’oubli et ce qui presse, un peu avant l’enterrement, nous aurons l’occasion peut-être de notre mort, de notre vie, pour aller d’une rue à l’autre, de mer en mer, de port en port, de cordillère en cordillère, et plus encore, d’homme en homme, demander : « L’avons-nous tuée, nous, ou bien les autres l’ont-ils tuée ? Ce crime a-t-il été commis par notre amour ? Nos ennemis ? Puisque la vérité est morte nous pouvons dès lors être justes.
Car avant nous devions nous battre avec des armes d’obscur calibre : blessés, nous avons oublié le pourquoi de notre combat.
Nous n’avons jamais su à qui était le sang autour de nous, nous avons accusé sans cesse, sans cesse on nous a accusés, ils ont souffert, et nous aussi, mais alors qu’ils avaient gagné, alors que nous avions gagné, la vérité est morte de vieillesse ou de mort violente. Maintenant tout est vain, nous avons tous été vaincus.
Aussi je pense que peut-être nous pourrions enfin être justes ou que nous pourrions enfin être : nous avons cet ultime instant et après, mille années de gloire pour ne pas être ni revenir.
Memorial d’Isla Negra, 1964. Traduction : Claude Couffon, révisée par Stéphanie Decante. Gallimard, résider sur la terre. Œuvres choisies. Gallimard, Quarto, 2023.
Neruda siempre presente. En attendant Nadeau, 23 septembre 2023.
Une de l’Humanité du 22, 23 et 24 septembre 2023. Photo : Sam Falk.
Le 11 septembre 1973, eut lieu au Chili le coup d’état militaire contre le président Salvador Allende. Le 15 septembre 1973, l’auteur-compositeur Victor Jara était criblé de balles par ses tortionnaires dans le Stade national de Santiago de Chile. Le 23 septembre 1973, mourait le Pablo Neruda dans la chambre 406 de la clinique Santa María de la capitale. Est-il mort de son cancer de la prostate ou d’un empoisonnement ? Ses demeures furent pillées par les militaires. La dictature du général Augusto Pinochet dura 17 ans (1973-1990). Le corps du poète repose dans le jardin de sa maison d’Isla Negra face à l’océan Pacifique. 50 ans. Chile en el corazón.
L’ouvrage Résider sur la terre est paru récemment dans la collection Quarto de Gallimard. Il retrace la trajectoire poétique et intellectuelle de ce poète universel, prix Nobel de littérature en 1971 et ambassadeur du Chili en France de 1970 à 1972.
Pablo Neruda. Résider sur la terre. Œuvres choisies. Préface de Stéphanie Decante. Gallimard, collection « Quarto », 1 600 pages, 37 €.
Ambassade du Chili. 2 avenue de La Motte-Picquet, Paris VII. 1907 (René Sergent).
Oda al camino
En el invierno azul con mi caballo al paso al paso sin saber recorro la curva del planeta, las arenas bordadas por una cinta mágica de espuma, caminos resguardados por acacios, por boldos polvorientos, lomas, cerros hostiles, matorrales envueltos por el nombre del invierno.
Ay viajero! No vas y no regresas: eres en los caminos, existes en la niebla.
Viajero dirigido no a un punto, no a una cita, sino sólo al aroma de la tierra, sino sólo al invierno en los caminos.
Por eso lentamente voy cruzando el silencio y parece que nadie me acompaña.
No es cierto.
Las soledades cierran sus ojos y sus bocas sólo al transitorio, al fugaz, al dormido. Yo voy despierto. Y como una nave en el mar abre las aguas y seres invisibles acuden y se apartan, así, detrás del aire, se mueven y reúnen las invisibles vidas de la tierra, las hojas suspiran en la niebla, el viento oculta su desdichado rostro y llora sobre la punta de los pinos. Llueve, y cada gota cae sobre una pequeñita vasija de la tierra: hay una copa de cristal que espera cada gota de lluvia.
Andar alguna vez sólo por eso! Vivir la temblorosa pulsación del camino con las respiraciones sumergidas del campo en el invierno: caminar para ser, sin otro rumbo que la propia vida, y como, junto al árbol, la multitud del viento, trajo zarzas, semillas, lianas, enredaderas, así, junto a tus pasos, va creciendo la tierra.
Ah viajero, no es niebla, ni silencio, ni muerte, lo que viaja contigo, sino tú mismo con tus muchas vidas.
Así es cómo, a caballo, cruzando colinas y praderas, en invierno, una vez más me equivoqué: creía caminar por los caminos: no era verdad, porque a través de mi alma fui viajero y regresé cuando no tuve ya secretos para la tierra y ella los repetía con su idioma.
En cada hoja está mi nombre escrito.
La piedra es mi familia.
De una manera o de otra hablamos o callamos con la tierra.
Nostalgie d’un voyage. Du 16 janvier au 1 février 2018 : Voyage au Chili entre cordillère et Pacifique.
VIII
Amo, Valparaíso, cuanto encierras, y cuanto irradias, novia del océano, hasta más lejos de tu nimbo sordo. Amo la luz violeta con que acudes al marinero en la noche del mar, y entonces eres -rosa de azahares- luminosa y desnuda, fuego y niebla. Que nadie venga con un martillo turbio a golpear lo que amo, a defenderte: nadie sino mi ser por tus secretos: nadie sino mi voz por tus abiertas hileras de rocío, por tus escalones en donde la maternidad salobre del mar te besa, nadie sino mis labios en tu corona fría de sirena, elevada en el aire de la altura, oceánico amor, Valparaíso, reina de todas las costas del mundo, verdadera central de olas y barcos, eres en mí como la luna o como la dirección del aire en la arboleda. Amo tus criminales callejones, tu luna de puñal sobre los cerros, y entre tus plazas la marinería revistiendo de azul la primavera.
Que se entienda, te pido, puerto mío, que yo tengo derecho a escribirte lo bueno y lo malvado y soy como las lámparas amargas cuando iluminan las botellas rotas.
Canto general, 1950.
Valparaíso. Cerro Alegre. Escaliers de Templeman.
VIII
J’aime, Valparaiso, tout ce que tu renfermes ou que tu irradies, ô fiancée de l’océan, hors de ton nimbe sourd et bien au-delà. J’aime ta lumière si si crue quand tu accours au-devant du marin dans la nuit de la mer : tu es alors – rose aux pétales d’oranger – radieuse nudité, tu es feu et brouillard. Que nul ne vienne avec un marteau équivoque frapper cela que j’aime, te défendre : qu’il n’y ait que moi seul errant dans tes secrets : qu’il n’y ait que ma voix au milieu de tes haies d’embruns à découvert, et sur tes escaliers où la maternité saumâtre de la mer te donne son baiser, qu’il n’y ait que mes lèvres sur ta froide couronne de sirène, élevée dans l’air des hauteurs, amour océanique, valparaiso. Reine de toutes les côtes du monde, authentique centrale de vagues et de bateaux, tu es en moi comme la lune ou comme la direction du vent au sein de la forêt. J’aime tes ruelles criminelles, ta lune de poignard au-dessus des coteaux, et d’une place à l’autre tes marins habillant de bleu le printemps.
Qu’on sache, port, mon port, écoute-moi, que j’ai le droit de t’écrire au sujet du meilleur et du pire, moi qui ressemble à ces tempêtes amères éclairant les tessons des bouteilles brisées.
Statue de Pablo Neruda (Lucy Lafuente). Valparaíso, Plaza Mena (o de los Poetas).
Le poète chilien Pablo Neruda a célébré l’île de Pâques dans Le Chant Général, son grand poème d’exil publié en 1950. Il l’ a visitée en 1971 pour filmer un documentaire pour la télévision chilienne, Historia y geografía de Pablo Neruda, avant de prendre son poste d’ambasadeur en France. Il a composé le recueil La rosa separada qui ne sera publié qu’après sa mort. Je relis ces poèmes le coeur serré après la destruction de nombreux moaïs lors de l’incendie du 1 octobre, particulièrement sur les flancs du volcan Rano Raraku parcourus en janvier 2018.
III La isla
Antigua Rapa Nui, patria sin voz, perdónanos a nosotros los parlanchines del mundo: hemos venido de todas partes a escupir en tu lava, llegamos llenos de conflictos, de divergencias, de sangre, de llanto y digestiones, de guerras y duraznos, en pequeñas hileras de inamistad, de sonrisas hipócritas, reunidos por los dados del cielo sobre la mesa de tu silencio.
Una vez más llegamos a mancillarte.
Saludo primero al cráter, a Ranu Raraku, a sus párpados de légamo, a sus viejos labios verdes: es ancho, y altos muros lo circulan, lo encierran, pero el agua allá abajo, mezquina, sucia, negra, vive, se comunica con la muerte como una iguana inmóvil, soñolienta, escondida.
Yo, aprendiz de volcanes, conocí, infante aún, las lenguas de Aconcagua, el vómito encendido del volcán Tronador, en la noche espantosa vi caer la luz del Villarrica fulminando las vacas, torrencial, abrasando plantas y campamentos, crepitar derribando peñascos en la hoguera.
Pero si aquí me hubiera dejado mi infancia, en este volcán muerto hace mil años, en este Ranu Raraku, ombligo de la muerte, habría aullado de terror y habría obedecido: habría deslizado mi vida al silencio, hubiera caído al miedo verde, a la boca del cráter desdentado, transformándome en légamo, en lenguas de la iguana.
Silencio depositado en la cuenca, terror de la boca lunaria, hay un minuto, una hora pesada como si el tiempo detenido se fuera a convertir en piedra inmensa: es un momento, pronto también disuelve el tiempo su nueva estatua imposible y queda el día inmóvil, como un encarcelado dentro del cráter, dentro de la cárcel del cráter, adentro de los ojos de la iguana del cráter.
La rosa separada, Losada, 1973.
III L’île
Antique Rapa Nui, patrie sans voix, pardonne aux bavards de ce monde que nous sommes : nous voici venus de partout pour cracher sur ta lave, nous arrivons avec notre plein de conflits, d’oppositions, de sang, de larmes et de digestions, de guerres, de brugnons, en petits rangs d’inimitié, l’hypocrisie dans nos sourires, réunis par les dés du ciel sur l’échiquier de ton silence.
A nouveau revenus pour te souiller.
Je salue d’abord le cratère, Ranu Raraku, ses paupières de glaise, le vert de ses lèvres anciennes : spacieux, de hauts murs l’encerclent, l’enserrent, mais l’eau d’en bas, mesquine, sale, noire, vit, elle communique avec la mort comme l’iguane qui ne bouge et somnole en sa cache.
Moi qui fus apprenti en volcans, j’ai connu, encore enfant, les langues de l’Aconcagua, la vomissure incandescente du mont Tronador, une nuit de frayeur, j’ai vu s’abattre la clarté du Villarrica, foudroyant boeufs et vaches, son torrent embrasant les plantes, les abris, crépiter, renversant rocs et rochers dans son brasier.
Pourtant, si mon enfance ici m’avait laissé, dans ce volcan mort il y a mille ans, dans ce Ranu Raraku, nombril de la mort, en hurlant de terreur je me serais soumis : j’aurais laissé glisser ma vie au milieu du silence, j’aurais roulé dans la peur verte, la gueule édentée du cratère, mué en argile, mué en langues de l’iguane.
Silence déposé au creux du creux, terreur de la bouche lunaire, il est une minute, une heure lourde comme si le temps arrêté allait se transformer en pierre immense : c’est un moment, soudain le temps dissout sa nouvelle et impossible statue et le jour demeure immobile, comme un prisonnier dans le cratère, en cette geôle du cratère, dans les yeux de l’iguane du cratère.
La rose détachée et autres poèmes. 1979. NRF Poésie/Gallimard n°394. Traduction de Claude Couffon.
Le mardi 4 octobre, deux incendies se sont déclenchés dans l’île de Pâques et ont causé des dommages irréparables à environ 80 moaïs. L’un menaçait les maisons, l’autre, des moaïs. L’équipe de six pompiers s’est concentrée sur l’extinction du premier, tandis que la Corporación Nacional Forestal (Conaf, l’ONF chilien) affrontait le second avec deux gardes forestiers et un camion.
Le feu a ravagé plus de 100 hectares. Il a atteint la zone du volcan Rano Raraku. L’ancienne civilisation indigène fabriquait ses statues dans cette carrière. Ce site abrite 416 de ces sculptures, à différents stades de fabrication.
L’île, aussi appelée Rapa Nui, est située à 3 500 km au large de la côte ouest du Chili. Elle compte 887 moaïs. Ils auraient été sculptées pour la première fois au 13e siècle par les premiers habitants de l’île. Leur taille varie de 2,5 à 9 mètres. Certains peuvent peser jusqu’à 80 tonnes.
Ariki Tepano, directeur de la communauté Ma’u Henua en charge de la gestion et de l’entretien du parc, a qualifié ces dégâts d’« irréparables ». « Les moaïs sont totalement carbonisés. »
Selon le maire de l’île, Pedro Edmunds Paoa, l’incendie ne serait « pas un accident », car « tous les incendies de Rapa Nui sont causés par des êtres humains ». Il a ajouté que « les dégâts causés par l’incendie ne peuvent pas être réparés. La fissuration d’une pierre originale et emblématique ne peut être récupérée, peu importe combien de millions d’euros ou de dollars y sont investis ».
« Cet incendie a été provoqué par les éleveurs de bétail pour les pâturages. Tout l’indique », a déclaré le ministre chilien de l’Agriculture, Esteban Valenzuela. Le total des dommages causés au site n’a pas encore été évalué.
Avant la pandémie, l’île, dont le tourisme est le principal moyen de subsistance, accueillait 160 000 visiteurs par an, à raison de deux vols par jour. Les mesures d’interdiction d’entrée, imposées il y a deux ans pour prévenir le Covid-19, avaient été levées à partir du lundi 1er août. Ces dernières années, le climat subtropical humide et doux de l’île a subi une grande évolution. L’île de Pâques est confrontée à des sécheresses sévères et récurrentes depuis cinq ans. Les précipitations sont de plus en plus rares. Selon l’Unesco, il s’agit de l’un des six sites au monde classé au patrimoine mondial les plus vulnérables au changement climatique et à ses conséquences.
Casa de Isla Negra. Tombe de Matilde Urrutia (1912-1985) et de Pablo Neruda (1904-1973).
Je continue de publier des poèmes d’auteurs chiliens. Aujourd’hui c’est le tour de Pablo Neruda, très présent dans mon blog. Los versos del capitán paraît pour la première fois de manière anonyme en Italie en 1952, imprimé par son ami Paolo Ricci. Il n’est publié sous le nom de Neruda au Chili qu’en 1963.
Los versos del capitán. Naples, 8 Juillet 1952.
8 de septiembre
Hoy, este día fue una copa plena, hoy, este día fue la inmensa ola, hoy, fue toda la tierra.
Hoy el mar tempestuoso nos levantó en un beso tan alto que temblamos a la luz de un relámpago y, atados, descendimos a sumergirnos sin desenlazarnos.
Hoy nuestros cuerpos se hicieron extensos, crecieron hasta el límite del mundo y rodaron fundiéndose en una sola gota de cera o meteoro.
Entre tú y yo se abrió una nueva puerta y alguien, sin rostro aún, allí nos esperaba.
Los versos del capitán, 1952.
8 septembre
Aujourd’hui, notre temps a été coupe pleine, aujourd’hui, notre temps a été vague immense, aujourd’hui, terre entière.
Aujourd’hui la mer, houle furieuse, nous a portés si haut dans un baiser que nous avons tremblé sous l’éclair fulgurant et l’un à l’autre liés, nous sommes descendus au fond des eaux sans desserrer l’étreinte.
Aujourd’hui nos corps ont grandi, grandi, ils sont arrivés jusqu’au bout du monde et ils ont roulé, fusionné : goutte unique de cire ou météore.
Entre nous – toi et moi – une porte nouvelle s’est ouverte où quelqu’un, encore sans visage, nous attendait.
Les Vers du capitaine. Publié en français sous le titre Les Vers du capitaine, suivi de La Centaine d’amour, traduits par Claude Couffon, André Bonhomme et Jean Marcenac, Paris, Gallimard, « Du monde entier», 1984.
Je continue de lire les poèmes posthumes de Pablo Neruda repris en Poésie/Gallimard et traduits par Claude Couffon.
” Les huit livres réunis dans le présent volume constituent l’oeuvre poétique posthume de Pablo Neruda. Dans La rose détachée, Neruda s’interroge sur le mystère des statues de l’île de Pâques «entourées par le silence bleu». Jardin d’hiver est une émouvante méditation sur l’homme vieillissant, admirablement complétée par les souvenirs et fables guillerettes égrenés dans Le coeur jaune. 2000 poursuit l’interrogation commencée dans Fin de monde : à quels événements, à quelle mutation assistera le squelette du poète en cet « an 2000 à l’an 1000 pareil » ? Élégie est consacré aux rues et aux curiosités de Moscou et surtout à l’évocation des figures présentes ou disparues des amis russes ou exilés en Union soviétique : Ehrenbourg, Maïakovski et Lily Brik, Evtouchenko, Nazim Hikmet… La mer et les cloches présente de nouveaux aspects de la retraite chère à Neruda : l’Île Noire.Enfin, Défauts choisis réclame avec humour le droit aux faiblesses et aux erreurs, sans lesquelles l’homme ne serait plus l’homme. ” ( Quatrième de couverture de l’édition de 1979. Texte repris sur le site Gallimard)
Otro castillo (Pablo Neruda)
No soy, no soy el ígneo, estoy hecho de ropa, reumatismo, papeles rotos, citas olvidadas, pobres signos rupestres en lo que fueron piedras orgullosas.
¿En qué quedó el castillo de la lluvia, la adolescencia con sus tristes sueños y aquel propósito entreabierto de ave extendida, de águila en el cielo, de fuego heráldico?
No soy, no soy el rayo de fuego azul, clavado como lanza en cualquier corazón sin amargura.
La vida no es la punta de un cuchillo, no es un golpe de estrella, sino un gastarse adentro de un vestuario, un zapato mil veces repetido, una medalla que se va oxidando adentro de una caja oscura, oscura.
No pido nueva rosa ni dolores, ni indiferencia es lo que me consume, sino que cada signo se escribió, la sal y el viento borran la escritura y el alma ahora es un tambor callado a la orilla de un río, de aquel río que estaba allí y seguirá estando.
Defectos ecogidos. Losada, 1974.
Autre château
Je ne suis pas, je ne suis pas de braise ardente, je suis fait de linge et de rhumatismes, de papiers déchirés, de rendez-vous manqués, de modestes signes rupestres sur ce qui fut pierres d’orgueil.
Que reste-t-il du château de la pluie, de cette adolescente avec ses tristes rêves, de cette intention entrouverte d’être aile déployée, d’être un aigle en plein ciel, une flamme héraldique ?
Je ne suis pas, je ne suis pas l’éclair de feu bleu, planté comme un javelot, dans le coeur de quiconque échappe à l’amertume.
La vie n’est pas la pointe d’un couteau ni le heurt d’une étoile, elle est vieillissement dans une garde-robe, soulier mille fois répété, médaille qui rouille dans les ténèbres d’un écrin.
Je ne demande ni rose nouvelle ni douleurs, ni indifférence, elle me consume, chaque signe a été écrit, le sel avec le vent effacent l’écriture et l’âme est maintenant un tambour muet au bord d’un fleuve, de ce fleuve qui continuera de couler où il coulait.
La rose détachée et autres poèmes. Gallimard, 1979. NRF Poésie/Gallimard n°394. 2004. Traduction de Claude Couffon.
Pablo Neruda tenait en haute estime Jules Laforgue (1860-1887). Il le situait dans la lignée d’un autre romantisme, américain celui-là. On peut lire ces mots dans Viaje al corazón de Quevedo, conférence prononcée à Santiago le 8 de décembre 1943 et publiée en 1955 :
” Hasta hoy, de los genios poéticos nacidos en nuestra tierra virginal, dos son franceses y dos son afrancesados. Hablo de los uruguayos Julio Laforgue e Isidoro Ducasse, y de Rubén Darío y Julio Herrera y Reissig. Nuestros dos primeros compatriotas, Isidoro Ducasse y Julio Laforgue, abandonan América a corta edad de ellos y de América. Dejan desamparado el vasto territorio vital que en vez de procrearlos con torbellinos de papel y con ilusiones caninas, los levanta y los llena del soplo masculino y terrible que produce en nuestro continente, con la misma sinrazón y el mismo desequilibrio, el hocico sangriento del puma, el caimán devorador y destructor y la pampa llena de trigo para que la humanidad entera no olvide, a través de nosotros, su comienzo, su origen.
América llena, a través de Laforgue y de Ducasse, las calles enrarecidas de Europa con una flora ardiente y helada, con unos fantasmas que desde entonces la poblarán para siempre. El payaso lunático de Laforgue no ha recibido la luna inmensa de las pampas en vano: su resplandor lunar es mayor que la vieja luna de todos los siglos: la luna apostrofada, virulenta y amarilla de Europa. Para sacar a la luz de la noche una luz tan lunar, se necesitaba haberla recibido en una tierra resplandeciente de astros recién creados, de planeta en formación, con estepas llenas aún de rocío salvaje. Isidoro Ducasse, conde de Lautréamont, es americano, uruguayo, chileno, colombiano, nuestro. Pariente de gauchos, de cazadores de cabezas del Caribe remoto, es un héroe sanguinario de la tenebrosa profundidad de nuestra América. Corren en su desértica literatura los caballistas machos, los colonos del Uruguay, de la Patagonia, de Colombia. Hay en él un ambiente geográfico de exploración gigantesca y una fosforescencia marítima que no la da el Sena, sino la flora torrencial del Amazonas y el abstracto nitrato, el cobre longitudinal, el oro agresivo y las corrientes activas y caóticas que tiñen la tierra y el mar de nuestro planeta americano. “
Pablo Neruda revendiquera l’influence de Jules Laforgue jusque dans ses derniers poèmes qui ne seront édités qu’après sa mort.
Portrait posthume de Jules Laforgue (Félix Vallotton ) paru dans Le Livre des masques de Remy de Gourmont (1898).
Paseando con Laforgue
Diré de esta manera, yo, nosotros, superficiales, mal vestidos de profundos, por qué nunca quisimos ir del brazo con este tierno Julio, muerto sin compañía ? Con un purísimo superficial que tal vez pudo ense?arnos la vida a su manera, la luna a su manera, sin la aspereza hostil del derrotado? Por qué no acompañamos su violin que deshojó el otoño de papel de su tiempo para uso exclusivo de cualquiera, de todo el mundo, como debe ser?
Adolescentes éramos, tontos enamorados del áspero tenor de Sils-María, ese sí nos gustaba, la irreductible soledad a contrapelo, la cima de los pájaros águilas que sólo sirven para las monedas, emperadores, pájaros destinados al embalsamiento y los blasones.
Adolescentes de pensiones sórdidas, nutridos de incesantes spaghettis, migas de pan en los bolsillos rotos, migas de Nietzsche en las pobres cabezas : sin nosotros se resolvía todo, las calles y las casas y el amor : fingíamos amar la soledad como los presidiarios su condena.
Hoy ya demasiado tarde volví a verte, Jules Laforgue, gentil amigo, caballero triste, burlándote de todo cuanto eras, solo en el parque de la Emperatriz con tu luna portátil – la condecoración que te imponías – tan correcto con el atardecer, tan compañero con la melancolía, tan generoso con el vasto mundo que apenas alcanzaste a digerir. Porque con tu sonrisa agonizante llegaste tarde suave joven bien vestido, a consolarnos de nuestras pobres vidas cuando ya te casabas con la muerte.
Ay cuánto uno perdió con el desdén en nuestra juventud menospreciante que sólo amó la tempestad, la furia, cuando el frufrú que tú nos descubriste o el solo de astro que nos enseñaste fueron una verdad que no aprendimos : la belleza del mundo que perdías para que la heredáramos nosotros : la noble cifra que no desciframos : tu juventud mortal que quería enseñarnos golpeando la ventana con una hoja amarilla: tu lección de adorable profesor, de compañero puro tan reticente como agonizante.
Defectos escogidos, Losada, 1974
En se promenant avec Laforgue
Je vais dire tout net : Pourquoi moi, pourquoi nous, superficiels, mal attifés, car trop profonds, n’allâmes-nous jamais bras dessus, bras dessous avec ce doux Laforgue, mort sans compagnie ? Avec un purissime en apparence qui aurait pu nous apprendre la vie à sa façon, la lune à sa manière, sans le ressentiment hostile du vaincu ? Pourquoi n’accompagnâmes-nous pas son violon qui effeuilla l’automne de papier de son époque pour l’usage exclusif de chacun, de quiconque, de tout le monde, comme il est normal ?
Nous étions des adolescents, des sots épris du ténor acariâtre de Sils-Maria, celui-là, ah ! Qu’il nous plaisait ! Nous aimions son irréductible solitude à rebours, le piton des aigles qui servent seulement à frapper les monnaies, empereurs, oiseaux destinés aux doigts de l’embaumeur et aux blasonnements.
Adolescents logés dans des pensions minables, nourris d’éternels spaghetti, de miettes de pain dans nos poches déchirés, tout se réglait sans nous, les rues et les maisons, l’amour : nous affections d’aimer la solitude comme les forçats, leur condamnation.
Aujourd’hui, et trop tard déjà, je t’ai revu, Jules Laforgue, gentil ami, sombre seigneur, te moquant de toi-même en tes moindres détails, solitaire au parc de l’Impératrice avec ta lune portative – la décoration que tu t’imposais – si correct à l’égard du jour à son déclin, si fraternel auprès de la mélancolie, si généreux envers le monde en son ampleur que tu avais à peine assimilé encore. Car, avec ton sourire agonisant tu es venu trop tard ô doux jeune homme bien vêtu nous consoler de nos médiocres existence alors qu’avec la mort déjà tu te mariais.
Ah ! Combien avons-nous perdu dans ce dédain durant nos années de jeunesse méprisante qui ne sut qu’aimer la tempête, la furie tandis que le frou-frou que tu nous découvrais ou le solo astral que tu nous enseignais étaient des vérités que nous n’apprîmes pas :
cette beauté du monde que tu égarais afin de nous l’offrir plus tard en héritage : le noble chiffre qui resta de nous indéchiffré : ta jeunesse mortelle aspirant à guider qui cognait au carreau avec sa feuille jaune : ta leçon d’adorable professeur, de compagnon intègre et dont la réticence n’avait pour l’égaler que l’ombre de la mort.
La rose détachée et autres poèmes. 1979. NRF Poésie/Gallimard n°394. 2004. Traduit de l’espagnol par Claude Couffon.
Le 1 août, l’île de Pâques (Rapa Nui -163,6 km²) se prépare à recevoir à nouveau des touristes après 28 mois de fermeture due à la pandémie. L’île a perdu 2000 de ses 7 700 habitants. En effet, 71 % de la population vivait du tourisme. Il n’ y a plus de vols réguliers depuis le 16 mars 2020. La réouverture se fera graduellement. Les premiers mois, il n’ y aura que deux vols commerciaux par semaine (compagnie Latam), soit 600 passagers. Cela ne représente qu’un tiers des passagers qui visitaient l’île auparavant (16 vols hebdomadaires). 11 des 24 sites touristiques vont rouvrir : la plage d’ Anakena, la carrière Rano Raraku, berceau de la culture de l’île, le site d’ Ahu Akivi et ses sept moais. Le chômage concerne actuellement 58 % de la population active. Avant la pandémie, l’île recevait 156.000 visiteurs par an ce qui générait 120 millions de dollars de recettes (119 millions d’euros). Le programme Pro Empleo a donné du travail à 800 personnes qui sont occupées au nettoyage des côtes, aux plantations et à la promotion d’ activités culturelles. Le Ministère de l’Économie chilien a annoncé la semaine dernière le déblocage d’un fonds de 700.000 dollars (694.000 euros) pour l’aide aux PME. Plus d’une centaine ont fermé Ce qui empêche une réouverture complète, c’est la faiblesse du système sanitaire. L’île fait partie de la région de Valparaíso qui se trouve à 3526 kilomètres. Elle ne possède qu’un hôpital et dix-huit lits. En cas d’urgence, il faut faire appel à un avion-ambulance qui transporte les patients jusqu’au continent en 5 heures et demie, Pedro Edmunds Paoa, maire élu depuis 1994, se plaint du manque d’aides du gouvernement central. Celui-ci veut atteindre un taux de vaccination de la population de 80 %. Il n’est actuellement que de 73 %. Il n’ y a eu aucun décès pour cause de Covid dans l’île.
Informations tirées de l’article d’Antonia Laborde (El País, 18 juillet 2022) : La Isla de Pascua se prepara para mostrar de nuevo su misterioso patrimonio tras dos años de aislamiento .
Tepito-Te-Henúa, ombligo del mar grande, taller del mar, extinguida diadema. De tu lava escorial subió la frente del hombre más arriba del Océano, los ojos agrietados de la piedra midieron el ciclónico universo, y fue central la mano que elevaba la pura magnitud de tus estatuas.
Tu roca religiosa fue cortada hacia todas las líneas del Océano y los rostros del hombre aparecieron surgiendo de la entraña de las islas, naciendo de los cráteres vacíos con los pies enredados al silencio.
Fueron los centinelas y cerraron el ciclo de las aguas que llegaban desde todos los húmedos dominios, y el mar frente a las máscaras detuvo sus tempestuosos árboles azules. Nadie sino los rostros habitaron el círculo del reino. Era callado como la entrada de un planeta, el hilo que envolvía la boca de la isla.
Así, en la luz del ábside marino la fábula de piedra condecora la inmensidad con sus medallas muertas, y los pequeños reyes que levantan toda esta solitaria monarquía para la eternidad de las espumas, vuelven al mar en la noche invisible, vuelven a sus sarcófagos de sal.
Sólo el pez luna que murió en la arena.
Sólo el tiempo que muerde los moais.
Sólo la eternidad en las arenas conocen las palabras: la luz sellada, el laberinto muerto, las llaves de la copa sumergida.
Canto general, 1950.
Rapa Nui
Tepito-Te-Henua, ombilic de l’immensité, atelier de la mer, diadème éteint. De la scorie de tes volcans, le front de l’homme monta plus haut que l’Océan, les yeux crevassés de la pierre prirent les dimensions du monde cyclonal, et ce fut une main centrale qui dressa la pure et suprême grandeur de tes statues.
Ta roche religieuse fut taillée vers toutes les issues de l’Océan et les visages de l’homme apparurent des entrailles des îles surgissant, naissant du vide des cratères, les pieds entravés au silence.
Ils furent factionnaires. Ils arrêtèrent le cycle des eaux déferlant de tous les domaines humides. La mer retint, devant les masques, ses arbres bleus et tempétueux. Nul hormis les visages n’habita le cercle du royaume. Il était muet comme l’entrée d’une planète, le fil qui bâillonna cette bouche insulaire.
Ainsi, dans la clarté de l’abside marine la fable de pierre décore l’immensité de ses médailles mortes, et les petits rois qui érigent cette monarchie solitaire pour l’éternité de l’écume, retournent à la mer dans la nuit invisible, rentrent dans leurs tombeaux, sarcophages de sel.
Et seul le poisson-lune qui mourut sur le sable,
seul le temps qui mord les moais,
seul l’éternité dans son gîte des grèves ont le secret des mots : la lumière arrêtée, le labyrinthe mort, les clefs de la coupe engloutie.