Simone Weil y la memoria histórica

Madrid, Calle de la filósofa Simone Weil. Puente de Vallecas.

Depuis 2017, Simone Weil a une rue à son nom à Madrid.

El País, 19/10/2018

      Simone Weil y la memoria histórica

(Alejandro del Río Herrmann, editor en la editorial Trotta, que publica las obras de Simone Weil.)

La pensadora francesa, sin renunciar a su pacifismo, no pudo evitar tomar partido en la Guerra Civil española

La reciente inclusión en el callejero de Madrid del nombre de Simone Weil, en el marco de la aplicación de la conocida como Ley de Memoria Histórica, da pie para evocar el breve paso de la pensadora francesa por la Guerra Civil española y reflexionar sobre el significado de esa experiencia.

Simone Weil llega a Barcelona el 9 de agosto de 1936 gracias a un carnet de periodista. Como escribirá más tarde a Georges Bernanos, lo único que la horrorizaba más que la guerra era permanecer en la retaguardia; sin renunciar a su pacifismo, no puede evitar tomar partido. Además, viene a España movida todavía por la esperanza en una revolución y queriendo conocer de primera mano los cambios sociales que están acometiendo los anarquistas. En Barcelona se entrevista con Andrés Nin y Julián Gorkin, dirigentes del POUM. Gorkin rechaza su descabellado plan de internarse en las líneas enemigas para averiguar el paradero de Joaquín Maurín en Galicia. Finalmente, consigue enrolarse en las milicias de la CNT y va a Pina de Ebro, donde se incorpora a un pequeño grupo internacional dentro de la columna Durruti. Participa en varias misiones peligrosas, aunque no llega a disparar el fusil que ha aprendido a manejar. En su Diario de guerra anota: “Un hermoso día. Si me cogen, me matarán… Pero nos lo merecemos. Los nuestros han vertido mucha sangre. Soy moralmente cómplice”. Esta lacerante mala conciencia no la abandonará ya. En Pina pregunta a los campesinos por los asuntos que los afectan, la colectivización de los cultivos y de la producción, sus condiciones de vida tras el estallido de la guerra, y escucha sus opiniones sobre el servicio militar, el cura del pueblo o los propietarios. Un desafortunado accidente la obliga a regresar a Barcelona, donde la esperan sus padres, que la habían seguido hasta allí. Solo ha estado unos pocos días en el frente de batalla. Después de unas semanas de convalecencia, deja España el 25 de septiembre. No volverá más.

Los “crímenes de España”, que reaparecen transfigurados en su propia lectura de otros conflictos, como la guerra de Troya o la cruzada albigense, constituirán desde entonces para Simone Weil la evidencia ejemplar del “postulado” de que “se es siempre bárbaro con los débiles”. Su conmoción fue grande cuando encontró plasmada su misma experiencia de la guerra civil española por un escritor del lado contrario, el católico Georges Bernanos. A raíz de su lectura en 1938 de Los grandes cementerios bajo la luna, donde Bernanos denuncia la represión franquista de la que fue testigo en la isla de Mallorca, Simone Weil le escribe una carta que cabe entender como un ejercicio de memoria histórica.

Sin incurrir en una neutralidad indiferente, intenta comprender el común destino que une a las facciones enfrentadas

Lo que le importa a Simone Weil es el carácter moral con el que afrontar una peculiar atmósfera, “ese olor a guerra civil, a sangre y a terror que desprende su libro”, como le dice a Bernanos. ¿Se deja uno llevar por ese clima, por esa “mística” o “religión de la fuerza”, en palabras del segundo? ¿O se es capaz de resistir a la embriaguez que procura el uso de la fuerza cuando se tiene el poder de ejercerla y se está legitimado a hacerlo? La mirada de Weil, como la de Bernanos, se fija ante todo en los de su propio bando, en aquellos por los que ha tomado partido y cuyas ideas y principios comparte.

No deja de luchar a su lado ni de defender su causa. Pero adopta una determinada posición moral que le exige hacer una lectura distinta de los acontecimientos; una lectura hecha a un tiempo de participación y de distancia. Sin incurrir en una neutralidad indiferente o culpable, asume una tarea de memoria consistente en comprender el común destino que une en una misma condición a las facciones enfrentadas. En este sentido le dice a Bernanos: “Está usted más próximo de mí, sin punto de comparación, que mis camaradas de las milicias de Aragón…, esos camaradas a los que, no obstante, yo amaba”.

En un ensayo concebido por esa misma época, La Ilíada o el poema de la fuerza,Simone Weil comenta la “extraordinaria equidad” que inspira al autor del poema: vencedores y vencidos despiertan en él la misma piedad, “apenas sentimos que el poeta es griego y no troyano”. En el tono de inconsolable amargura que baña la Ilíada, que ni desprecia ni ensalza, trasluce el conocimiento de la fuerza, que doblega a todos por igual, unas veces a unos, otras a otros. Una lectura a contrapelo de la historia, que haga memoria de los vencidos, hará bien en tener en cuenta la triple advertencia con la que Simone Weil concluye su ensayo: “No admirar nunca la fuerza, no odiar a sus enemigos y no despreciar a los desdichados”.

Simone Weil.

Emil Cioran (1911 – 1995)

Emil Cioran.

«La lucidité et la fatigue ont eu raison de moi – j’entends une fatigue philosophique autant que biologique – quelque chose en moi s’est détraqué. On écrit par nécessité et la lassitude fait disparaître cette nécessité. Il vient un temps où cela ne nous intéresse plus. En outre, j’ai fréquenté trop de gens qui ont écrit plus qu’il n’aurait fallu, qui se sont obstinés à produire, stimulés par le spectacle de la vie littéraire parisienne. Mais il me semble que moi aussi j’ai trop écrit. Un seul livre aurait suffi. Je n’ai pas eu la sagesse de laisser inexploitées mes virtualités, comme les vrais sages que j’admire, ceux qui, délibérément, n’ont rien fait de leur vie.»

Entretien avec Sylvie Jaudeau, José Corti, 1990.

 

Simone Weil

« Si l’on examine cette fiction de près, il n’apparaît même pas qu’elle vaille un regret. Il suffit de tenir compte de la faiblesse humaine pour comprendre qu’une vie d’où la notion même du travail aurait à peu près disparu serait livrée aux passions et peut-être à la folie ; il n’y a pas de maîtrise de soi sans discipline, et il n’y a pas d’autre source de discipline pour l’homme que l’effort demandé par les obstacles extérieurs. Un peuple d’oisifs pourrait bien s’amuser à se donner des obstacles, s’exercer aux sciences, aux arts, aux jeux ; mais les efforts qui procèdent de la seule fantaisie ne constituent pas pour l’homme un moyen de dominer ses propres fantaisies. Ce sont les obstacles auxquels on se heurte et qu’il faut surmonter qui fournissent l’occasion de se vaincre soi-même. Même les activités en apparence les plus libres, science, art, sport, n’ont de valeur qu’autant qu’elles imitent l’exactitude, la rigueur, le scrupule propre aux travaux, et même les exagèrent. Sans le modèle que leur fournissent sans le savoir le laboureur, le forgeron, le marin qui travaillent comme il faut, pour employer cette expression d’une ambiguïté admirable, elles sombreraient dans le pur arbitraire. »

 Réflexions sur les causes de la liberté et de l’oppression sociale, 1934

Antonio Machado

Portrait d’Emmanuel Kant. (Anonyme) v 1790. Centre de Recherche Kant, Université Johannes Gutenberg de Mayence.

Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo 1936. Livre I. Chapitre XXXII.

       (Kant y Velázquez)

“Es evidente, decía mi maestro —Mairena endosaba siempre a su maestro la responsabilidad de toda evidencia— que si Kant hubiera sido pintor, habría pintado algo semejante a Las Meninas, y que una reflexión juiciosa sobre el famoso cuadro del pintor sevillano nos lleva a la Crítica de la pura razón, la obra clásica y luminosa del maestro de Kónisberg. Cuando los franceses —añadía—tuvieron a Descartes, tuvimos’nosotros —y aun se dirá que no entramos con pie derecho en la edad moderna— nada menos que un pintor kantiano, sin la menor desmesura romántica. Esto es mucho decir. No nos estrepitemos, sin embargo, que otras comparaciones más extravagantes se han hecho —Marx y Cristo etc.— que a nadie asombran. Además, y por fortuna para nuestro posible mentir de las estrellas, ni Kant fue pintor ni Velázquez filósofo.
Convengamos en que, efectivamente, nuestro Velázquez, tan poco enamorado de las formas sensibles, a juzgar por la indiferencia ante la belleza de los modelos, apenas si tiene otra estética que la estética transcendental kantiana. Buscadle otra y seguramente no la encontraréis. Su realismo, nada naturalista, quiero decir nada propenso a revolcarse alegremente en el estercolero de lo real, es el de un hombre que se tragó la metafísica y que, con ella en el vientre, nos dice: la pintura existe, como decía Kant: ahí está la ciencia físicomatemática, un hecho ingente que no admite duda. De hoy más, la pintura es llevar al lienzo esos cuerpos tales como los construye el espíritu, con la materia cromática y lumínica, en la jaula encantada del espacio y del tiempo. Y todo esto —claro está— lo dice con el pincel.
He aquí el secreto de la serena grandeza de Velázquez. Él pinta por todos y para todos; sus cuadros no sólo son pinturas, sino la pintura. Cuando se habla de él, no siempre con el asombro que se merece, se le reprocha más o menos embozadamente su impasible objetividad. Y hasta se alude con esta palabra —¡qué gracioso!—al objetivo de la máquina fotográfica. Se olvida -decía mi maestro— que la objetividad, en cualquier sentido que se tome, es el milagro que obra el espíritu humano, y que, aunque de ella gocemos todos, el tomarla en vilo para dejarla en un lienzo o en una piedra es siempre hazaña de gigantes”

Las Meninas. Detalle: el pintor. 1656. Madrid Prado.

Pour les rapports entre Descartes, Kant et Velázquez, on peut se reporter à l’essai de José Ortega y Gasset, “Sobre el punto de vista en las artes” publié dans la revista de Occidente en 1924.

“Hasta entonces la pupila del pintor había girado ptolomeicamente en torno a cada objeto siguiendo una órbita servil. Velázquez resuelve fijar despóticamente el punto de vista. Todo el cuadro nacerá de un solo acto de visión, y las cosas habrán de esforzarse por llegar como puedan hasta el rayo visual. Se trata, pues, de una revolución copernicana, pareja a la que promovieron en filosofía Descartes, Hume y Kant. La pupila del artista se erige en centro del cosmos plástico y en torno a ella vagan las formas de los objetos. Rígido el aparato ocular, lanza su rayo visor recto, sin desviación a uno y otro lado, sin preferencia por cosa alguna. Cuando tropieza con algo no se fija en ello y, consecuentemente, queda el algo convertido, no en cuerpo redondo, sino en mera superficie que intercepta la visión.”

“Demos un salto hacia 1600, época en que comienza la pintura de hueco. La filosofía está en poder de Descartes. ¿Cuál es para él la realidad cósmica?, Las substancias plurales e independientes se esfuman. Pasa a primer plano metafísico una única substancia -substancia vacía, especie de hueco metafísico que ahora va a tener un mágico poder creador. Lo real para Descartes es el espacio, como para Velázquez el hueco.”

Portrait de José Ortega y Gasset (Ignacio Zuloaga). 1920. Collection particulière.

Voir le texte intégral:

https://fr.scribd.com/doc/3819932/Ortega-y-Gasset-Jose-Sobre-el-punto-de-vista-en-las-artes

Gilles Deleuze

Gille Deuze au miroir.

« La bêtise est une structure de la pensée comme telle : elle n’est pas une manière de se tromper, elle exprime en droit le non-sens dans la pensée. La bêtise n’est pas une erreur, mais un tissu d’erreurs. On connaît des pensées imbéciles, des discours imbéciles qui sont faits tout entiers de vérités ; mais ces vérités sont basses, sont celles d’une âme basse, lourde et de plomb. La bêtise et, plus profondément, ce dont elle est le symptôme : une manière basse de penser. […] Lorsque quelqu’un demande à quoi sert la philosophie, la réponse doit être agressive, puisque la question se veut ironique et mordante. La philosophie ne sert pas à l’État ni à l’église, qui ont d’autres soucis. Elle ne sert aucune puissance établie. La philosophie sert à attrister. Une philosophie qui n’attriste personne et ne contrarie personne n’est pas une philosophie. Elle sert à nuire à la bêtise, elle fait de la bêtise quelque chose de honteux. »
Nietzsche et la Philosophie, 1962.

Antonio Machado

Segovia. Estatua de Antonio Machado. Plaza Mayor.

Je suis en train de relire, à petites doses, le Juan de Mairena d’Antonio Machado dans l’édition Cátedra (Letras Hispánicas), en deux tomes, prêtée par Manuel. Un merveilleux traité poétique et philosophique.

Antonio Machado est né le 26 juillet 1875 à Séville dans un appartement en location du Palais de Dueñas. Son père Antonio Machado Álvarez était avocat, journaliste et spécialiste du folklore. Il était connu sous le pseudonyme de Demófilo.

“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero…” (de Retrato, Campos de Castilla)

“… Esta luz de Sevilla… Es el palacio
donde nací, con su rumor de fuente.
Mi padre, en su despacho. La alta frente,
la breve mosca, y el bigote lacio.”

Il  publia en 1936 chez Espasa-Calpe “Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)”.

«Vivimos en un mundo esencialmente apócrifo, en un cosmos o poema de nuestro pensar, ordenado o construido todo él sobre supuestos indemostrables, postulados de nuestra razón, que llaman principios de la lógica, los cuales, reducidos al principio de identidad que los resume y reasume a todos, constituyen un solo y magnífico supuesto: el que afirma que todas las cosas, por el mero hecho de ser pensadas, permanecen inmutables, ancladas, por decirlo así, en el río de Heráclito. Lo apócrifo de nuestro mundo se prueba por la existencia de la lógica, por la necesidad de poner el pensamiento de acuerdo consigo mismo, de forzarlo en cierto modo, a que sólo vea lo supuesto o puesto por él, con exclusión de todo lo demás. Y el hecho – digámoslo de pasada- de que nuestro mundo esté todo él cimentado sobre un supuesto que pudiera ser falso, es algo terrible, o consolador. Según se mire. Pero de esto hablaremos otro día.»

“Seguid preguntando, nunca os canséis de preguntar, sin preocuparos demasiado de las respuestas.”

“Nuestras inquietudes se disponen en el alma como balas en un rifle.”

 

Denis Diderot

Denis Diderot (Louis-Michel Van Loo) 1767.

Denis Diderot, Lettres à Sophie Volland.

XXII

Au Grandval, le 15 octobre 1759.

Ceux qui se sont aimés pendant leur vie et qui se font inhumer l’un à côté de l’autre ne sont peut-être pas si fous qu’on pense. Peut-être leurs cendres se pressent, se mêlent et s’unissent! que sais-je? Peut-être n’ont-elles pas perdu tout sentiment, toute mémoire de leur premier état. Peut-être ont-elles un reste de chaleur et de vie dont elles jouissent à leur manière au fond de l’urne froide qui les renferme. Nous jugeons de la vie des éléments par la vie des masses grossières. Peut-être sont-ce des choses bien diverses. On croit qu’il n’y a qu’un polype! Et pourquoi la nature entière ne serait-elle pas du même ordre? Lorsque le polype est divisé en cent mille parties, l’animal primitif et générateur n’est plus; mais tous ses principes sont vivants. Ô ma Sophie! il me resterait donc un espoir de vous toucher, de vous sentir, de vous aimer, de vous chercher, de m’unir, de me confondre avec vous quand nous ne serons plus, s’il y avait pour nos principes une loi d’affinité, s’il nous était réservé de composer un être commun, si je devais dans la suite des siècles refaire un tout avec vous, si les molécules de votre amant dissous avaient a s’agiter, à s’émouvoir et à rechercher les vôtres éparses dans la nature! Laissez-moi cette chimère, elle m’est douce, elle m’assurerait l’éternité en vous et avec vous.

Walter Benjamin (1892-1940)

Walter Benjamin

Walter Benjamin a désormais son nom de rue à Paris. Et en plus, c’est un passage. Dommage pour l’orthographe: Bertolt Brecht et Hannah Arendt.

2017 DU 83 Dénomination passage Walter Benjamin (4e).
PROJET DE DELIBERATION
EXPOSE DES MOTIFS
Mesdames, Messieurs,
Il vous est aujourd’hui proposé de rendre hommage à Walter Benjamin, philosophe et écrivain allemand, traducteur de Proust et Baudelaire, en attribuant son nom à une partie de la rue des Ecouffes, à Paris (4e).
Issu d’une famille juive allemande, Walter Bendix Schönflies Benjamin naît le 15 juillet 1892 à Berlin. Après son baccalauréat en 1912, il poursuit des études de philosophie et de littérature jusqu’à son doctorat sur l’art et le romantisme allemand. A Berlin, il participe activement au Mouvement de jeunesse
antibourgeois et publie ses premiers essais au journal du mouvement Le commencement. Il effectue un bref séjour à Paris en 1913.
Alors que la Première guerre mondiale éclate, il est éprouvé par le suicide d’un couple d’amis : le poèteHeinle et son amie Rika Seligsohn.
Admirateur de Kafka et de Klee, il est proche de Max Horkheimer et Theodor Adorno et ami de Berthold Brecht, Ernst Bloch et Hannah Harendt.
Chassé d’Allemagne en 1933 lors de l’accès au pouvoir d’Hitler, il émigre à Paris où l’Institut de Recherche sociale l’accueille comme membre permanent et assure la publication de ses essais. Les travaux sur Edouard Fuchs, collectionneur et historien (1937) ainsi que L’œuvre d’art à l’époque de sa
reproductibilité technique (1936) représentent une contribution essentielle à la sociologie des arts plastiques. Il gagne sa vie comme chroniqueur et essayiste. Il traduit notamment Baudelaire et Proust. Il rédige ses derniers essais Sur le Concept d’histoire pendant l’hiver 39-40. Paris, capitale du XIXe siècle est la grande œuvre inachevée de Walter Benjamin. Pendant l’Occupation, il préfère rester en Europe, tentant sans succès de rejoindre Londres. En 1940, ses amis lui procurent un visa d’émigration aux
Etats-Unis mais trop tard : il ne lui reste plus que la frontière espagnole pour fuir. Parvenu à Portbou, en Espagne, Walter Benjamin craint d’être livré à la Gestapo par le régime franquiste. Il se suicidera le 26 septembre 1940.
Un monument funéraire intitulé Passages, réalisé par le sculpteur israélien Dani Karavan, lui est dédié au cimetière de Portbou.
La Commission de dénomination des voies, places, espaces verts et équipements publics municipaux qui s’est réunie le 22 septembre 2016 a donné un avis favorable sur ce projet de dénomination.
Aussi, si vous en êtes d’accord, la dénomination “ passage Walter Benjamin ” sera attribuée à la partie de la rue des Ecouffes, voie publique, comprise entre la rue de Rivoli et la rue du Roi de Sicile, à Paris (4e), conformément au plan annexé au présent exposé des motifs.
Je vous prie, Mesdames et Messieurs, de bien vouloir en délibérer.
La Maire de Paris

Passage Walter Benjamin, Paris.

Jean-Jacques Rousseau

Rousseau herborisant à Ermenonville (Georg Friedrich Meyer) 1778

Jean-Jacques Rousseau est né le 28 juin 1712 à Genève et mort le 2 juillet 1778 à Ermenonville.

«Le bonheur est un état permanent qui ne semble pas fait ici-bas pour l’homme. Tout est sur la terre dans un flux continuel qui ne permet à rien d’y prendre une forme constante. Tout change autour de nous. Nous changeons nous-mêmes et nul ne peut s’assurer qu’il aimera demain ce qu’il aime aujourd’hui. Ainsi tous nos projets de félicité pour cette vie sont des chimères. Profitons du contentement d’esprit quand il vient; gardons-nous de l’éloigner par notre faute, mais ne faisons pas des projets pour l’enchaîner, car ces projets-là sont de pures folies. J’ai peu vu d’hommes heureux, peut-être point ; mais j’ai souvent vu des cœurs contents, et de tous les objets qui m’ont frappé c’est celui qui m’a le plus contenté moi-même. Je crois que c’est une suite naturelle du pouvoir des sensations sur mes sentiments internes. Le bonheur n’a point d’enseigne extérieure; pour le connaître, il faudrait lire dans le cœur de l’homme heureux; mais le contentement se lit dans les yeux, dans le maintien, dans l’accent, dans la démarche, et semble se communiquer à celui qui l’aperçoit. Est-il une jouissance plus douce que de voir un peuple entier se livrer à la joie un jour de fête, et tous les cœurs s’épanouir aux rayons expansifs du plaisir qui passe rapidement, mais vivement, à travers les nuages de la vie?»
Extrait de la «Neuvième Promenade», Rêveries du promeneur solitaire (écrites en 1776-1778, publiées en 1782).

Antonio Machado -René Descartes

Antonio Machado 1917 (Joaquín Sorolla) New York Hispanic Society of America.

Antonio Machado, Juan de Mairena I.

«Cogito, ergo sum», decía Descartes. Vosotros decid: «Existo, luego soy», por muy gedeónica que os parezca la sentencia. Y si dudáis de vuestro propio existir, apagad e idos.»

René Descartes, Discours de la méthode, IV ème partie.

«(…) et enfin, considérant que toutes les mêmes pensées que nous avons étant éveillés nous peuvent aussi venir quand nous dormons, sans qu’il y en ait aucune pour lors qui soit vraie, je me résolus de feindre que toutes les choses qui m’étoient jamais entrées en l’esprit n’étoient non plus vraies que les illusions de mes songes. Mais aussitôt après je pris garde que, pendant que je voulois ainsi penser que tout étoit faux, il falloit nécessairement que moi qui le pensois fusse quelque chose; et remarquant que cette vérité, je pense, donc je suis, étoit si ferme et si assurée, que toutes les plus extravagantes suppositions des sceptiques n’étoient pas capables de l’ébranler, je jugeai que je pouvois la recevoir sans scrupule pour le premier principe de la philosophie que je cherchois.»

Portrait de René Descartes (Frans Hals) v. 1649 Paris Louvre